Se trata de una nueva tecnología, que está siendo desarrollada por la NASA, para ser usada en misiones que envían cargas más grandes que el robot Curiosity a otros cuerpos celestes, con el objetivo de disminuir considerablemente la velocidad de entrada a la atmosfera del planeta.
Tras varios años de intenso trabajo, la Agencia Aeroespacial de Estados Unidos, finalmente se encuentra lista para la primera prueba práctica de su nuevo sistema, denominado como “Desacelerador Supersónico de Baja Densidad” (LDSD). El nuevo dispositivo hace uso de un paracaídas supersónico para frenar, además de un aparato muy parecido a un platillo volador, que se infla rápidamente para desacelerar el objeto.
Se pretende usar este nuevo diseño en Marte, ya que la densidad de su atmosfera corresponde al 1% de la de la Tierra. Esto significa que tiene demasiado aire como para solo usar cohetes en la caída, pero tampoco posee lo suficiente como para confiar en la fricción del aire y en un paracaídas.
El sistema incluye dos estructuras similares a un globo denominados SIADs, con un tamaño de 6 metros de diámetro en el SIAD-R y 8 metros en el SIAD-E, ambos pensados para inflarse a una velocidad supersónica de 4.280 km/h, para de esta manera desacelerarse hasta una velocidad de 2.445 km/h. Al bajar la rapidez de descenso, el nuevo paracaídas entra en acción hasta llegar a la superficie.
El artículo Platillos voladores inflables como sistema de aterrizaje ha sido originalmente publicado en Robotikka.
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