jueves, 26 de marzo de 2020

Drones, robots y aplicaciones: tecnologías al servicio de la lucha contra el coronavirus

La tecnología, al servicio sanitario. Desde que los casos de infectados por coronavirus Covid-19 se han disparado no han dejado de crecer iniciativas ciudadanas para volcarse en la lucha contra la pandemia que amenaza con una profunda recesión económica. Distintas innovaciones han sido utilizadas a nivel profesional por servicios sanitarios de distintos países. La infección no da tregua y herramientas como robots asistenciales, drones o aplicaciones de seguimiento están permitiendo combatir en esta guerra contra un enemigo invisible. Robots asistenciales La robotización es uno de los grandes desafíos de la Humanidad. Robots y máquinas que permiten agilizar procesos industriales y que están empezando a entrar en los hogares como robots asistenciales. El confinamiento al que se han visto obligados los ciudadanos de numerosos países para combatir la epidemia ha provocado que los servicios de transporte y repartidores a domicilio no den abasto de toda la demanda. Además, el potencial riesgo de enfrentarse a la calle en medio de las infecciones ha llevado a algunas empresas a eliminar los repartos a domicilio. Pero los supermercados y los suministros alimenticios no pueden parar. De ahí que hayan empezado a pensar en la tecnología como una solución, aunque todavía no se ha implantado. Así, hay ejemplos como Roxo -robot repartidor de FedEx- o Scout -de Amazon- que pueden servir para conseguir esta política de contacto cero entre humanos. Un ejemplo que sí se ha estado utilizando recientemente en China ha sido un robot de la empresa Keenon Robotics. Una máquina de comportamiento semiautomático -está controlado por un operario- que permite transportar medicinas y alimentos a las personas en las zonas de aislamiento. Drones Otro ejemplo de tecnología aplicada se encuentra en el uso que en algunas regiones le están dando a los vehículos aéreos no tripulados o drones. Con estos aparatos se ha llegado en China, por ejemplo, a pulverizar y desinfectar calles. Para ello, se han servido de modelos de DJI, el mayor productor del sector, que han incorporado sistemas de aspersión para lograr este cometido. Esto está sirviendo para no poner en peligro a personal de limpieza y optimizar sus recursos. De igual manera, en algunos casos se ha llegado a utilizar para labores de vigilancia policial, advirtiendo a la población de la necesidad de que se dirijan a sus casas para continuar con la cuarentena. La firma Shenzhen MicroMultiCopter (MMC) pensó en algo más: desplegar drones para transportar ayuda médica en remoto. En España, por ejemplo, se ha utilizado en ciudades como Madrid para monitorizar a la población. Impresión en 3D Otro de los grandes desafíos de la pandemia es proteger a los servicios sanitarios, el muro de contención contra las infecciones. La falta de material y de accesorios de protección ha llevado a poner en marcha iniciativas para producir desde los necesarios respiradores a las viseras por medio de la impresión en 3D. Una de las más llamativas ha sido la Coronavirus Makers, un grupo formado por ingenieros y profesionales sanitarios de varias zonas geográficas españolas (Asturias, Canarias…) que están produciendo a marchas forzadas equipos caseros. De igual manera, otros proyectos como Veda (Ventilador Estado De Alarma) han compartido sus servicios para crear ventiladores artesanales. Aplicaciones de seguimiento Uno de los grandes logros de Corea del Sur en la lucha contra la pandemia está siendo, además del acceso directo a test masivos, su capacidad de hacer seguimiento de los ciudadanos infectados y de su entorno. Para ello, han venido creando servicios digitales y aprovechando los datos de movimiento procedentes de los teléfonos móviles para lograr romper la cadena de transmisión del coronavirus. De esta manera, según diversos estudios consultados, la sociedad coreana ha conseguido aislar todo lo que está siendo posible a los infectados, reduciendo así la propagación del virus. Las restricciones en materia de protección de datos en Europa dificulta la implantación de una herramienta parecida. Una app llamada Corona100m dispone de una tecnología llamada «geofencing» que ejerce de «valla virtual» para que los usuarios, mediante la recepción de una alerta móvil, pueda saber si está entrando en una zona con casos masivos de contagios, permitiéndole así extremar las precauciones. En China, donde surgió la epidemia, han aprovechado la alta penetración de teléfonos móviles en su población (1.300 millones de personas) para generar un software en donde se introducen unos pocos datos personales y si tienen síntomas. Así, Alipay Health Code, gestionado por el gobierno chino, genera un código QR con el nivel de riesgo (rojo, amarillo, verde). Una información que le puede servir a las autoridades sanitarias para hacer una monitorización de los posibles infectados y saber de antemano si se está cumpliendo o no la cuarentena. En Madrid, un interesante proyecto a iniciativa de la Comunidad de Madrid ha llevado a un grupo de profesionales del sector de la tecnología y el emprendimiento a crear una aplicación llamada Coronamadrid, diseñada para descongestionar los servicios sanitarios. A través de un formulario y una serie de datos, los usuarios pueden analizar su estado de salud a través de un sencillo test evitando así el colapso de las líneas telefónicas abiertas para la atención ciudadana. Mediante unas sencillas preguntas, es posible saber cuáles de los síntomas del coronavirus está sufriendo el paciente y desde cuándo. De esta manera, se puede realizar una primera evaluación ayudando en el confinamiento, una de las barreras en la lucha contra la epidemia. También permiten conocer unas zonas calientes. El servicio, si el usuario le da permiso, es posible gelocalizarle para descubrir los lugares en donde se concentran mayor número de personas infectadas o con posibles síntomas. El País Vasco también trabaja en una herramienta similar. De igual manera, en ciudades de México o Cuba han creado una fórmula similar. Big Data y uso de datos móviles El análisis de datos masivos en tiempo real se ha convertido en un caballo de batalla para los países afectados. Existen numerosos servicios digitales y mapas inteligentes que se están desarrollando tanto a nivel local como globalmente están sirviendo para hacer un seguimiento de las infecciones. Información de gran utilidad que, sumados a los gráficos de estudios matemáticos y otros profesionales compartidos en internet, sirve para conocer el avance de la pandemia. Uno de los más mapas más importantes es el proyecto de la Universidad Johns Hopkins lanza un mapa para monitorizar los casos de coronavirus en tiempo real mediante la tecnología de la empresa Esri. La herramienta ofrece una representación visual de todos los casos globales de Wuhan Coronavirus (2019-nCoV) confirmados en el mundo, con datos de la OMS y el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU., entre otras fuentes. El usuario puede explorar dónde y cuándo se han producido los brotes, así como cuántos pacientes se han recuperado y cuántos han fallecido. En España, la Generalitat valenciana ha puesto en marcha un proyecto piloto en España para recabar información agregada de datos anonimizados de los ciudadanos a través de los teléfonos móviles. Mediante un acuerdo firmado entre el Instituto Nacional de Estadística (INE) y las tres principales operadoras del país (Telefónica, Vodafone y Orange) se podrá evaluar el impacto de las medidas de confinamiento en la expansión del coronavirus. Una de las promotoras de esta iniciativa es la ingeniera alicantina Nuria Oliver, doctora por el Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y especialista en inteligencia artificial y Big Data aplicado a iniciativas de bien social. En declaraciones a EFE, ha explicado que «hay un movimiento a nivel mundial orientado a la exploración de este tipo de información captada por la red de telefonía móvil para ayudarnos a entender cómo de efectivas están siendo las medidas de contención, hacer modelos epidemiológicos más precisos que incorporen información de movilidad real y la detección de posibles focos de infección». Inteligencia Artificial La Inteligencia Artificial es otro de los grandes aliados en esta lucha contra un enemigo invisible. Se está utilizando, por ejemplo, para encontrar una pronta vacuna contra el coronavirus. Pero para muchas más cosas. En plena alarma sanitaria por el coronavirus, un software llamado Bluedot con modelos de aprendizaje automático sirvió para que un epidemiólogo chino diera la primera voz de alarma de la epidemia en la región de Wuhan, foco donde se originó el brote. Alertó el 31 diciembre de los primeros casos advirtiendo de que una curva ascendente de futuros contagios. Quibim es una empresa biotecnológica valenciana especializada en la extracción de información cuantitativa de las imágenes médicas radiológicas. Un éxito reciente ha sido crear una red neuronal capaz de analizar una tomografía axial computerizada (TAC) en solo 20 segundos para estimar las posibilidades de un infectado por Covid-19. De la misma manera, un programa de software de Alibaba Cloud basado en algoritmos de aprendizaje profundo tiene una precisión del 96 % de aciertos en el diagnóstico de la neumonía por coronavirus para diferenciarla de la neumonía común u otras afecciones pulmonares, según fuentes de la compañía. El centro de investigación Damo de Alibaba Cloud, filial de computación en la nube del gigante chino del comercio electrónico, aseguró en un comunicado que el programa, que ya se usa en más de 160 hospitales de China, analiza imágenes de un TAC con una mayor velocidad de lo que puede hacer un médico.

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miércoles, 25 de marzo de 2020

Esta red neuronal une varias fotos fijas para hacer una imagen 3D con un realismo asombroso

Esta red neuronal une varias fotos fijas para hacer una imagen 3D con un realismo asombroso

La detección de profundidad y el avance del software ha permitido a las cámaras y dispositivos en general crear imágenes en tres dimensions cada vez más fácil. Facebook lo hace de forma automática con cualquier imagen en 2D y NVIDIA también ha mostrado de lo que es capaz. No obstante, en ninguno de los casos es tan espectacular como con NeRF, una nueva red neuronal que consigue imágenes en 3D especialmente realistas.

Matthew Tancik, un estudiante de doctorado de la Universidad de Berkley ha publicado junto a su equipo su investigación en Neural Radiance Fields (NeRF). NeRF es una tecnología que, según indican, consigue representar con mayor detalle los movimientos de la cámara suaves, las luces, la translucidez de los objetos y la posición y tamaño de las formas en sí.

Los resultados desde luego son espectaculares. De hecho cuesta imaginar que el resultado se obtenga a partir de varias fotos fijas de diferentes posiciones, parece más bien la grabación de un vídeo moviendo la cámara. Sin embargo, detrás de ello hay entre 30 y 100 fotografías y un (largo) proceso de renderización en el que la red neuronal analiza las fotografías y crea la escena en tres dimensiones.

Más allá de crear estos increíbles efectos, la tecnología también sirve simplemente para que el ordenador pueda entender la profundidad de una escena con sólo analizar una imagen. En uno de los ejemplos muestran una fotografía fija en la que una esfera "entiende" cuál es la profundidad y se desplaza de forma acorde por la imagen:

El truco está en la luz

Para obtener una imagen 3D que de la sensación de ser tan realista hay una serie de factores que influyen. El primero de ellos es la suavidad en la que se desplaza la cámara, para ello se requiere de una gran cantidad de imágenes tomadas desde cada uno de los ángulos en los que se mueve la vista. Por otro lado destaca la gran calidad que mantiene la forma en tres dimensiones del objeto, que se consigue con una buena cantidad de datos de profundidad. Y por último y quizás lo que más "engaña" a nuestro cerebro: las luces y sombras.

Son las luces y las sombras que se generan en una escena lo que nos ayuda a ver un objeto en tres dimensiones, darle profundidad y aportarle un nivel de realismo. Esto es algo que ocurre desde la vida real hasta en pintura o las fotografías. En el caso de NeRF, analiza especialmente bien la luz dinámica de la escena para mover no solamente la cámara sino también cómo se reflejan las luces y cómo se generan las sombras en el objeto y en el entorno donde se encuentra.

Para entender esto mejor en uno de los vídeos de ejemplo muestran cómo modifican la luz y a la vez mantienen el punto de vista para ver la diferencia:

NeRF, en líneas generales, es una red neuronal que ayuda a comprender mejor cómo se comporta la luz sobre los diferentes objetos de una escena. Esto se puede aprovechar para obtener vistosos resultados como estas imágenes en 3D pero también para crear escenas virtuales con mayor realismo en videojuegos por ejemplo. Y más allá del ocio, puede aprovecharse en robótica o coches autónomos para analizar mejor un escenario y posicionar correctamente los objetos del mismo.

Más información | Matthew Tancik

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martes, 24 de marzo de 2020

Mostrando a robots cómo hacer tareas

Entrenar a un robot con código lleva mucho tiempo y trabajo, por eso, los especialistas en robótica están centrando sus esfuerzos en desarrollar un robot automatizado que aprenda mientras observa a los humanos. De manera que cada persona en el futuro puede enseñarle a su robot cómo hacer las tareas que requiere, bien sean domésticas, de oficina, de cocina, etc. Los robots pasarían a ser una especie de nuevos empleados que cada persona puede capacitar mostrándoles muchas tareas.

Los investigadores del MIT han desarrollado un sistema que permite a los robots aprender mientras observan a los humanos. Es un robot especial para tareas complicadas con reglas que parecen confusas desde el punto de vista de la programación.

En esencia, el sistema de “Planificación con especificaciones inciertas” (PUnS, por sus siglas en inglés) de los investigadores proporciona a los robots la capacidad de planificación humana para sopesar simultáneamente muchos requisitos ambiguos y potencialmente contradictorios para alcanzar un objetivo final. El sistema elige la acción más probable para la tarea que se supone que debe realizar.

Los investigadores probaron el robot en una tarea que puede ser muy ambigua, como puede ser poner la mesa bajo ciertas condiciones. Un brazo robótico observó por primera vez demostraciones humanas seleccionadas al azar de poner la mesa con los objetos. Luego, los investigadores asignaron al brazo la tarea de establecer automáticamente una mesa en una configuración específica, en experimentos del mundo real y en simulación. El robot debía basar sus acciones en el conocimiento adquirido cuando vio a humanos hacerlo.

El robot había aprendido cómo colocar 8 objetos, una taza, un vaso, una cuchara, un tenedor, un cuchillo, un plato, un plato pequeño y un tazón, en diferentes configuraciones sobre una mesa. Para tener éxito, el robot tuvo que sopesar muchos posibles pedidos de ubicación, incluso cuando los artículos se eliminaron, apilaron u ocultaron a propósito. Cualquier robot se confundiría de inmediato en estas circunstancias. Pero este robot no cometió errores en las pruebas del mundo real y solo se equivocó algunas veces en decenas de miles de pruebas simuladas.

“La visión es poner la programación en manos de expertos en dominios, que pueden programar robots de manera intuitiva, en lugar de describir órdenes a un ingeniero para agregar a su código”, dice el primer autor Ankit Shah, un estudiante graduado en el Departamento de Aeronáutica y Astronáutica (AeroAstro) y el Interactive Robotics Group, que enfatizan que su trabajo es solo un paso para cumplir esa visión. “De esa manera, los robots ya no tendrán que realizar tareas preprogramadas. Los trabajadores de la fábrica pueden enseñarle a un robot a realizar múltiples tareas de ensamblaje complejas. Los robots domésticos pueden aprender cómo apilar gabinetes, cargar el lavavajillas o poner la mesa a la gente en casa”.

Los robots son buenos planificadores en tareas con “especificaciones” claras, pero poner la mesa aprendiendo de los humanos puede ser una tarea muy incierta. Los modelos actuales no pueden llevar a cabo tareas tan inciertas. Este nuevo sistema permite que un robot tenga una “creencia” sobre una gama de posibles especificaciones, gracias a que está basado en la “lógica temporal lineal” (LTL), un lenguaje expresivo que permite el razonamiento robótico sobre los resultados actuales y futuros.

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lunes, 23 de marzo de 2020

Ingeniería neuromórfica: qué es, para qué sirve y cómo puede salvarnos la vida el chip de Intel que es capaz de oler

Ingeniería neuromórfica: qué es, para qué sirve y cómo puede salvarnos la vida el chip de Intel que es capaz de oler

La ingeniería neuromórfica no es una disciplina reciente. Es relativamente poco conocida más allá de los ámbitos académico y de investigación, pero, en realidad, existe desde hace más de tres décadas. Su invención se atribuye a Carver Mead, un ingeniero eléctrico estadounidense formado en el prestigioso Instituto de Tecnología de California (Caltech) que a finales de los años 60 empezó a coquetear con la idea de diseñar circuitos integrados y algoritmos capaces de imitar el comportamiento del sistema nervioso de los animales.

Nuestro cerebro, que es, sin duda, el órgano más complejo de nuestro cuerpo, procesa la información de una manera extraordinariamente eficiente. Mead tuvo la habilidad de intuir hace más de medio siglo que algún día los ordenadores podrían inspirarse en él para desarrollar capacidades que los algoritmos que utilizamos en la informática clásica difícilmente podrían igualar. Su idea comenzó a tomar forma en los laboratorios dos décadas después de aquella primera intuición, a finales de los años 80, y durante la última década y media varios grupos de investigación y empresas han puesto en marcha proyectos que han aupado a la ingeniería neuromórfica como una disciplina con un potencial abrumador. Quizá, incluso, revolucionario.

Ingeniería neuromórfica: qué es y en qué se inspira

La naturaleza es una fuente de inspiración inagotable. La computación neuromórfica, como también se la conoce, no es en absoluto la primera tecnología que se inspira en la manera en que la naturaleza ha encontrado la solución a un reto. La forma de algunos trenes de alta velocidad está inspirada en una cualidad del martín pescador, un ave que gracias a la aerodinámica de su pico puede sumergirse en pleno vuelo sin apenas salpicar y sin provocar distorsiones en el agua. Los trenes más veloces han adoptado un «morro» puntiagudo similar al pico del martín pescador porque de esta forma no producen un estampido sónico al salir de los túneles.

Carver Mead concibió una arquitectura híbrida que combinase componentes electrónicos para emular no solo cómo funciona una neurona, sino también una gran cantidad de células nerviosas

Son tantas las innovaciones que hemos desarrollado inspirándonos en la naturaleza que ha surgido una disciplina científica, la biomímesis o biomimética, que, precisamente, toma como modelo la forma en que la naturaleza ha resuelto los retos con los que se ha encontrado durante miles de años. De la misma manera en que la aerodinámica de los trenes «bala» se inspira en la forma del pico del martín pescador, la computación neuromórfica se inspira en el comportamiento del sistema nervioso animal en general, y del cerebro en particular.

Una característica que puede ayudarnos a intuir su ambición es que su complejidad es tan alta que durante los últimos años se ha consolidado como una materia interdisciplinar que se nutre de la física, la microelectrónica, la biología, las matemáticas y la informática para seguir desarrollándose. El punto de partida inicial de Carver Mead fue aproximarse a los transistores como dispositivos de naturaleza analógica, y no como conmutadores digitales. Gracias a esta estrategia se dio cuenta de que el comportamiento de los transistores se parece a la manera en que las neuronas se comunican entre ellas transmitiendo impulsos eléctricos mediante un mecanismo conocido como sinapsis neuronal.

Pohoiki Beach 1 La placa de circuito impreso de esta fotografía es una Nahuku de Intel e incorpora entre 8 y 32 chips neuromórficos Loihi de quinta generación.

De alguna forma imaginó que debía de ser posible diseñar una arquitectura híbrida que combinase componentes electrónicos analógicos y digitales para emular no solo cómo funciona una neurona, sino también cómo se comporta un sistema complejo constituido por una gran cantidad de células nerviosas. En definitiva, intuyó que debía de ser posible construir un cerebro electrónico capaz de llevar a cabo un procesamiento complejo de la información similar al que realiza de forma natural y extremadamente eficiente un cerebro orgánico. Los científicos aún no han conseguido construir un sistema neuromórfico que iguale la capacidad del cerebro humano, pero ya tenemos, como veremos más adelante, sistemas con una capacidad equiparable a la del cerebro de un mamífero de pequeño tamaño con los que ya es posible llevar a cabo procesos muy complejos.

Estas son algunas de las aplicaciones de la computación neuromórfica

Los chips neuromórficos más avanzados que los científicos han conseguido desarrollar hasta ahora incorporan decenas de miles de neuronas artificiales, que son diminutos elementos electrónicos capaces de comunicarse entre sí de una forma muy similar a como lo hacen las neuronas de nuestro cerebro con el propósito de imitar su capacidad de procesamiento de la información. Esta estrategia provoca que la arquitectura de estos chips sea radicalmente diferente a la que utilizan los microprocesadores de nuestros ordenadores, teléfonos móviles y tabletas, y es precisamente esta diferencia la que nos permite enfrentarnos a problemas complejos de una forma muy distinta a como lo hacemos cuando utilizamos ordenadores y algoritmos clásicos.

El auténtico potencial de los sistemas neuromórficos consiste en su capacidad de resolver algunos problemas con mucha más rapidez y de una forma mucho más eficiente desde un punto de vista energético que un ordenador convencional. Incluso que un superordenador. Esto es posible, precisamente, debido a su habilidad a la hora de imitar la manera en que nuestro cerebro se enfrenta a los problemas. Una de las características más relevantes de los sistemas neuromórficos es su paralelismo intrínseco, que no es otra cosa que la capacidad de descomponer un problema en otros más pequeños que se pueden procesar de forma simultánea utilizando las distintas unidades funcionales de los sistemas neuromórficos.

Los sistemas neuromórficos pueden resolver algunos problemas con más rapidez y de una forma más eficiente que un superordenador convencional

Todo esto sobre el papel suena muy bien, pero para intuir el potencial real de la ingeniería neuromórfica es necesario que conozcamos en qué medida un sistema neuromórfico consigue aventajar a un ordenador convencional cuando ambos se enfrentan a la resolución de un mismo problema. Los sistemas neuromórficos actuales se utilizan principalmente para investigación, y si observamos lo mucho que han avanzado durante la última década y media parece razonable intuir que a medio plazo continuarán desarrollándose notablemente, lo que posiblemente los llevará más allá del ámbito académico y de los laboratorios de investigación. En cualquier caso, las cifras que manejan los sistemas neuromórficos actuales son bastante impresionantes. Y es que son capaces de resolver algunos problemas hasta 1.000 veces más rápido que un microprocesador clásico. Y, además, con una eficiencia energética hasta 10.000 veces mayor.

Estas cifras son muy impactantes, pero es importante que tengamos en cuenta que la computación neuromórfica no es la solución idónea para cualquier problema. Los investigadores la están utilizando para encontrar la solución a cargas de trabajo complejas y altamente paralelizables que conllevan un esfuerzo de cálculo y un gasto energético enormes cuando utilizamos un ordenador convencional. En estas circunstancias los sistemas neuromórficos pueden ser mucho más rápidos y eficientes incluso que los superordenadores con arquitectura clásica que tenemos hoy en día, pero no los reemplazarán porque, como acabamos de ver, no son idóneos para resolver cualquier problema. Ambas arquitecturas seguirán coexistiendo en el futuro.

Foosball 1 La computación neuromórfica tiene aplicaciones de lo más insospechadas. Los jugadores del futbolín de esta fotografía están controlados en tiempo real por un conjunto de chips neuromórficos Loihi de Intel.

Una de las disciplinas en las que está teniendo un mayor impacto la computación neuromórfica es la inteligencia artificial. Los investigadores están diseñando algoritmos que son capaces de procesar en tiempo real datos sin estructura que están sometidos a un gran volumen de ruido, algo que, precisamente, se le da mal a los microprocesadores y algoritmos convencionales. Estos últimos son muy eficientes cuando deben resolver operaciones matemáticas muy complejas, que es algo con lo que nuestro cerebro y los sistemas neuromórficos, que están inspirados en él, no se sienten cómodos, pero cuando lo importante es explorar en paralelo la viabilidad de una gran cantidad de soluciones en un entorno cambiante, y hacerlo a mucha velocidad, la computación neuromórfica marca la diferencia. Estos son algunos de los escenarios en los que esta disciplina encaja como un guante:

  • Problemas de optimización: un algoritmo neuromórfico puede resultar de gran ayuda a la hora de encontrar la mejor solución a un problema determinado en tiempo real y de forma sostenida. Puede utilizarse, por ejemplo, para optimizar la velocidad de transferencia de un canal de comunicación adaptándose a las circunstancias difíciles de prever que se van sucediendo a lo largo del tiempo.
  • Aprendizaje automático: esta rama de la inteligencia artificial puede sacar mucho partido a esta disciplina gracias a las facilidades que nos da a la hora de diseñar algoritmos neuromórficos que pueden ser entrenados con un conjunto finito de datos para inferir nuevo conocimiento a partir de un conjunto potencialmente infinito de datos. Esta tecnología se puede utilizar en motores de búsqueda, en programas de reconocimiento del habla, para elaborar predicciones económicas y diagnósticos médicos, etc.
  • Reconocimiento de patrones: los algoritmos neuromórficos están demostrando ser muy eficaces en todos aquellos procesos en los que es necesario identificar un conjunto de objetos heterogéneos a partir de su semejanza con uno o varios modelos tomados como referencia. Pueden utilizarse, por ejemplo, para reconocer caras en una base de datos policial, o para encontrar la ruta más corta entre dos puntos conectados por varios caminos en una aplicación de navegación y mapas.
  • Satisfacción de limitaciones: los algoritmos neuromórficos pueden diseñarse de manera que sean capaces de explorar un conjunto grande de soluciones a un problema determinado para encontrar aquellas que satisfacen unos requisitos concretos. Esta característica resulta muy útil para encontrar la ruta óptima que debe seguir un repartidor de paquetes, para planificar los horarios que deben tener las clases de una institución educativa, para diseñar estrategias capaces de maximizar la probabilidad de victoria en un juego de mesa, etc.

Loihi: el chip neuromórfico de Intel capaz de oler que puede salvarnos la vida

Intel es una de las compañías privadas que han apostado con más contundencia por la ingeniería neuromórfica. A finales de 2017 presentó Loihi, un chip neuromórfico de quinta generación con capacidad de aprendizaje y diseñado para proyectos de investigación con unas capacidades similares a las de un cerebro diminuto. Esto es, al menos, lo que nos permiten intuir sus cifras. Y es que este circuito integrado fabricado con fotolitografía de 14 nm incorpora 128 núcleos y algo más de 130.000 neuronas.

Estas especificaciones son bastante sorprendentes, pero lo más llamativo es que cada una de esas neuronas artificiales puede comunicarse con miles de las neuronas con las que convive, creando una intrincada red que emula a las redes neuronales de nuestro propio cerebro. Aquí es, precisamente, donde reside la potencia de Loihi. Tomando como punto de partida este chip Intel ha desarrollado sistemas neuromórficos más complejos que combinan varias unidades Loihi para adaptarse a cargas de trabajo sensiblemente más altas y a procesos más exigentes. El más sencillo de estos sistemas es Kapoho Bay, y contiene dos chips Loihi con 262.000 neuronas que le permiten, según Intel, identificar gestos en tiempo real y leer braille, entre otros procesos.

El sistema neuromórfico Pohoiki Springs integra 768 chips Loihi y 100 millones de neuronas artificiales, lo que lo dota de una complejidad equiparable a la del cerebro de un mamífero de pequeño tamaño

En cualquier caso, Kapoho Bay es solo la punta del iceberg. Y es que el sistema neuromórfico más ambicioso de esta compañía es Pohoiki Springs, una plataforma para investigación presentada por Intel hace solo unos días que integra 768 chips Loihi y nada menos que 100 millones de neuronas, lo que lo dota de una complejidad equiparable a la del cerebro de un mamífero de pequeño tamaño. Intel ha confirmado que tiene un consumo inferior a los 500 vatios, una cifra realmente sorprendente si tenemos presente que cada sistema neuromórfico Pohoiki Springs incorpora 768 chips Loihi. Aun así, más allá de las cifras, lo realmente interesante es qué podemos hacer con un hardware como este.

Loihi

Todas las aplicaciones de los sistemas neuromórficos de las que he hablado unos párrafos más arriba pueden, según Intel, llevarse a cabo con Pohoiki Springs, pero hay una aplicación especialmente sorprendente en la que merece la pena que nos detengamos: la detección de sustancias químicas peligrosas a través del olfato. Esta innovación ha sido desarrollada por un grupo de trabajo en el que han participado ingenieros de Intel e investigadores de la Universidad de Cornell, y ha sido necesario que los chips neuromórficos Loihi trabajen en tándem con una matriz de 72 sensores químicos que es la responsable de capturar los olores.

Los investigadores han conseguido poner a punto un algoritmo neuromórfico que, una vez ejecutado en la matriz de chips Loihi, emula el comportamiento de un circuito olfativo biológico. De esta forma, los datos generados por los sensores químicos como respuesta a la recogida de los olores son procesados por el sistema neuromórfico, que, según Intel, consigue identificar correctamente hasta diez sustancias químicas peligrosas incluso en presencia de otros olores capaces de enmascararlas.

Pohoiki Beach 2 Las cifras del sistema neuromórfico Pohoiki Springs son espectaculares: integra 768 chips Loihi, 100 millones de neuronas artificiales y 100.000 millones de sinapsis.

Las aplicaciones de una tecnología como esta en el mundo real son muy numerosas. Y, sobre todo, son importantes. Y es que los sistemas olfativos electrónicos podrán utilizarse para diagnosticar enfermedades, fabricar detectores de monóxido de carbono domésticos mucho más precisos que los actuales, detectar armas, explosivos y drogas, etc. Sus aplicaciones son muy variadas y prometen tener un impacto directo en nuestra vida, por lo que sería estupendo que esta tecnología alcance la viabilidad comercial lo antes posible. Crucemos los dedos.

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Engañar a los sistemas de reconocimiento facial es (relativamente) fácil si sabes cómo

Engañar a los sistemas de reconocimiento facial es (relativamente) fácil si sabes cómo

La polémica que enreda la privacidad con los avances del reconocimiento facial ha dejado de ser una anécdota para convertirse en un debate serio. Y no hablo sólo de casos en China, donde ya aplican esta técnica hasta para comprobar si la gente va en pijama o no por la calle: tu rostro es analizado para ver porno en Australia, para vigilarte en las escuelas y en las calles de Estados Unidos y para pagar el autobús en Madrid.

Con este panorama, en el que incluso en Europa estudia no vetar este modo de identificar a las personas, crecen las estrategias para burlar las cámaras de reconocimiento facial. Las imágenes de los manifestantes de Hong Kong evadiéndolas puede que sólo sean el aperitivo de algo mucho más extendido, que abarca desde maquillaje hasta máscaras y prendas de todo tipo.

Cv Dazzle

Una de las primeras iniciativas sobre esto es CV Dazzle, un proyecto que nació en 2010 para burlar el algoritmo Haarcascade de detección facial que apareció en ese entonces. ¿Cómo? Pues con peinados y maquillaje aplicados de forma que las cámaras de reconocimiento eran incapaces de reconocer una cara.

La imagen superior da un buen ejemplo de ello: ningún algoritmo espera encontrarse pelo liso dando la vuelta a todo el cuello o extendiéndose en forma de 'pinchos'. El maquillaje se aplica en zonas estratégicas de la cara, donde las facciones son más determinantes y están más cerca la una de la otra, usando colores y diseños completamente fuera de la común. Es ahí donde los algoritmos de reconocimiento sacan los datos más críticos para identificarnos, y por lo tanto estos maquillajes los neutralizan.

Curiosamente, son peinados y maquillajes "pendientes de actualización". La propia web de la iniciativa reza que el algoritmo Haarcascade ha quedado obsoleto frente a las redes neurales más modernas, y que están preparando un nuevo catálogo de looks anti-reconocimiento preparados para las detecciones de 2020.

Otro tipo de maquillaje que burla las detecciones es el que te envejece a propósito. Acentuando las arrugas, cambiando las proporciones de tu cara simulando que tu piel está más caída y exagerando las sombras provocas que los algoritmos no puedan detectarte bien e incluso recopilen información incorrecta. Y si un algoritmo se basa en datos que no son correctos, sus resultados son inválidos.

Mascara Reconocimiento Facial 2

Si la idea de maquillarnos no nos gusta, siempre podemos optar por utilizar máscaras. Cualquier máscara que tape nuestra cara funcionará, obviamente, aunque hay algunas ideas que van un poco más allá. En la imagen de arriba puedes ver la idea del neerlandés Jip van Leeuwenstein, reflejada desde BusinessInsider: una máscara transparente pero que distorsiona la luz gracias a que su forma actúa de lente. A los sistemas de detección les resulta imposible identificar a alguien con esta máscara, pero otras personas pueden identificar gestos y expresiones faciales conservando así la posibilidad de interactuar.

Pasamontanas Pixelado

Martin Backes, un diseñador alemán, propone un pasamontañas que cubra toda nuestra cabeza con una versión muy pixelada de una cara. Perdemos esa posibilidad de interacción limpia con otras personas, aunque al menos nuestra boca y ojos no quedan demasiado tapados.

Mascara Reconocimiento Facial 3

Zack Blas tiene otra propuesta que no puede ir más directa al grano: una máscara monocolor que deforman el rostro completamente para que las cámaras ni siquiera se den cuenta de que ahí hay una persona. Recuerdan vagamente a los zombies de la saga de juegos 'The Last of us'.

bufanda_caras_reconocimiento_facial

Y si no queremos taparnos la cara, esta bufanda ideada por la diseñadora Sanne Weekers nos cubre la cabeza de rostros para que los sistemas de reconocimiento los confundan con nuestra verdadera cara.

Gafas Led

Algo menos sofisticado pero igual de ingenioso son estas gafas con unos LED de luz quasi-infrarroja incorporados. Al encenderse alrededor de nuestros rasgos faciales, las cámaras son incapaces de analizarlos corectamente ya que dicha luz añade un ruido que difumina la imagen. La propuesta es del profesor del Instituto Nacional de Informática de Tokio Isao Echizen, quien garantiza que la visión de la persona que lleve esas gafas no se ve afectada incluso con esas luces encendidas alrededor de sus ojos.

Cartel Foto

Y una última idea es directamente provocar que las cámaras eviten identificar la forma de una persona colgándonos una fotografía grande con un fondo que se parezca al de una calle con otras personas. Si los sistemas de reconocimiento necesitan identificar una persona antes de buscar su cara, quedan completamente anulados de esta forma. Simple, pero ingenioso.

Qué puedes hacer para burlar la identificación sin depender de estas ideas

Hay algunos consejos para que los sistemas de reconocimiento facial no sepan identificarte en momentos delicados, y sin que eso implique ponerte maquillajes que modifiquen tu cara, dispositivos con proyectores o máscaras con materiales raros. He aquí algunos de los más sencillos:

  • Si el clima acompaña, lleva una bufanda que tape toda tu cara incluyendo la parte inferior de tu nariz.
  • Lleva un gorro o sombrero que cubra tu peinado, y mantén la vista hacia el suelo al andar.
  • Si tienes el pelo largo, péinalo de modo que cubra tu frente y rasgos de tu cara como las cejas y parte de los ojos.
  • Llega gafas de sol grandes y cuyos cristales sean capaces de reflejar la luz infrarroja.
  • Las barbas ayudan a camuflar algunos rasgos de nuestro rostro. Si puedes, déjatela crecer.
  • Si quieres compartir alguna fotografía de tu cara en tus redes sociales, antes modifícala ligeramente para confundir los sistemas de reconocimiento.

No sería raro que con el tiempo, los algoritmos de reconocimiento facial mejoren gracias al progreso de la Inteligencia artificial y aprendan a sortear todos estos intentos de burlar sus algoritmos. Eso podría iniciar la clásica carrera del gato y la liebre, con las cámaras mejorando día a día y la ciudadanía urdiendo nuevas técnicas para evitar ser identificada. El futuro dirá si acabaremos llegando a eso.



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martes, 17 de marzo de 2020

«Los humanos son lentos y caros, pero son buenos tomando decisiones»

Appian World es uno de los congresos más importantes de software corporativo del año, pero se suspendió la semana pasada debido a la pandemia del coronavirus. Aún y todo, todos las novedades se anunciaron igualmente a través de videoconferencia. Esta empresa de software originaria de Washington, una de las más importantes en el mundo en el «low-code», apunta a que una de las tendencias actuales en la industria de la informática se sustenta en evitar que los programadores tengan que repetir una y otra vez el mismo código. Y así, puedan usar simplemente componentes que se unen para crear aplicaciones. Los programadores todavía son necesarios, éstos son los encargados de unir esos componentes y diseñar la estructura de la aplicación. El 80% del código que se utiliza para crear una aplicación no tiene valor, aunque uses un «framework» o repliques código, todavía hay que revisarlo. Para escribir un programa de 50.000 líneas necesitas meses, con low-code, sólo semanas. El ingeniero de software sólo tiene que entender los componentes que necesita para construir la aplicación perfecta, que es ahí donde el desarrollador aporta valor real a lo que están haciendo. Además, no necesitan aprender nuevos lenguajes de programación que se van quedando obsoletos con el tiempo. Mike Beckey, responsable de tecnología de Appian, apunta a ABC que el objetivo de las empresas actuales es darle el control a los seres humanos, quienes seguirán siendo piezas fundamentales en los procesos industriales pese al auge de las máquinas. «Le damos al control de la tecnología a las personas. Nadie quiere pasarse el día copiando y pegando información de un lado a otro», añade en conversación telefónica. Appian asegura que da a los seres humanos mejores herramientas para hacer su trabajo, más rápido y de forma más precisa. «Los miembros del departamento de finanzas pueden pasar hasta 5 horas al día pegando datos, y es fácil que se equivoquen alguna vez. Pero si les das las herramientas para extraer los datos de cada factura, y la posibilidad de hacerlo con Appian y RPA, pueden dedicarse a lo que realmente importa y aportan más valor», sostiene. El objetivo de este proyecto es diseñar la fuerza de trabajo del futuro, incorporando RPA -Robotic Process Automation- a la ecuación anterior del low-code, la razón de que el año pasado la empresa estadounidense comprase la empresa sevillana Novaire, y ya haya incorporado su tecnología a su aplicación. Para los neófitos en estas lides: un RPA es un robot que simplemente graba la pantalla de un ordenador y los movimientos de teclado y ratón, para luego reproducirlo, como por ejemplo, dar de alta las facturas en el sistema. Así, con los RPA los procesos repetitivos que tienen lugar en frente de un ordenador, tienen los días contados. Matt Calkins, director general de Appian, da sin embargo una clave que, en su opinión, será un de las constantes en la economía en los próximos años: «Los humanos son lentos y caros, pero son buenos tomando decisiones. La IA no puede tomar decisiones por si sola, pero puede orientar a los humanos. Los RPA son rápidos y baratos, pero no saben evaluar, sólo realizan tareas repetitivas básicas. Si a eso le añadimos un motor de reglas, obtenemos la fuerza de trabajo del futuro». En opinión de Calkins, el secreto de la convivencia entre el ser humano y la máquina se encuentra en que la fuerza de trabajo moderna puede diverse en cuatro: la inteligencia artificial, los RPA, los procesos o reglas y los seres humanos. Todos ellos colaborarán -asegura- en una especie de cadena de trabajo. La idea es que cada parte de esa cadena, robot, inteligencia artificial y seres humanos aporten lo mejor de cada uno al trabajo. La toma de decisiones humana, la automatización de los RPA y la inteligencia de la IA. Un ejemplo de un proceso que se podría construir utilizando Appian sería el de la introducción de facturas en el sistema de cualquier empresa, una tarea muy común. Cuando las facturas llegan a un email, un algoritmo de IA reconocería cada una de ellas y el RPA las clasificaría, si la empresa no tiene un conector directo con su sistema de contabilidad, puede usar otro RPA que simule el proceso de dar de alta esa factura. Los seres humanos aquí serían los que escriben las reglas y toman las decisiones sobre el flujo de trabajo, y los robots ejecutarían. Esta empresa del Nasdaq compró recientemente la consultora tecnológica sevillana Novayre Solutiones. Una firma creada por Víctor Ayllón y Juan Manuel Reina que han desarrollado un software para automatización de robots. Un movimiento que ha demostrado el gran talento de muchos ingenieros y desarrolladores patrios. De hecho, España es uno de los principales mercados para Appian, donde la automatización está teniendo una buena recepción según sus portavoces. Incluso la administración pública está empezando a incorporar esta tecnología en sus procesos, sin olvidar que los principales bancos nacionales utilizan su aplicación como banco Santander o Bankia.

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«Gadgets» para el Día del Padre

Una webcam para jugones Los videojuegos es el hobby de muchas personas. Y, sobre todo, para muchos padres a pesar de que, quizás, desde que se han iniciado en la paternidad han reducido su consumo. Ahora son jugadores casuales, pero son personas apasionadas a los que les gusta estar al día de esta industria. Un producto interesante puede ser una webcam para «gamers». Ideal para retransmitir partidas o comunicarse con sus amigos. Se trata de la Razer Kiyo. Una webcam minimalista que destaca por sus características técnicas. Presenta un anillo de luz ajustable con hasta 12 niveles de intensidad. También ofrece una buena resolución, que incluye varias opciones en función de las necesidades. Por ejemplo, para aquellos que quieran mostrar la fluidez de sus partidas puede optar por la calidad a 720 píxeles y una frecuencia de 60 cuadros por segundo, pero también existe la posibilidad de transmitir a 1.080 píxeles y a 30 frames por segundo. Además, y al estilo de la marca asiática, se pone de personalizar muchas de sus características. Es compatible para las plataformas de «streaming» Twitch o YouTube. Precio: 82.99 euros Un ordenador portátil equilibrado En el mercado existen numerosos modelos de ordenadores. Cada cual con su enfoque y su público objetivo. Uno que resulta bastante equilibrado es el Lenovo Yoga S740, que permite jugar y trabajar en condiciones. Porque todo ello es posible. Presenta un rendimiento muy elevado gracias a su procesador de 10ª generación Intel Core (y hasta 16 GB de memoria RAM), cuenta con funciones diseñadas par optimizar tu día con una batería que garantiza hasta 15 horas de uso. Su pantalla 15.6 pulgadas, ofrece una resolución 1.920 x 1.080 píxeles, y 400 nits de brillo con Dolby Vision y su sistema de altavoces con Dolby Atmos, permiten disfrutar de una experiencia de cine. En cuanto a su capacidad gráfica, el equipo incluye una tarjeta gráfica Nvidia Geforce GTX 1650 que le da un toque especial para disfrutar del ocio electrónico aunque no es la más potente del mercado. Todo sea dicho. Precio: 1.299 euros Samsung Galaxy Buds Plus Rivales de los AirPods Pro de Apple, los nuevos auriculares inalámbricos de botón de Samsung ofrecen buenas prestaciones y, sobre todo, pone el énfasis en la calidad de audio. Uno de sus aspectos más interesantes es su precio, que está por debajo de los de su competencia. Manteniendo el diseño de sus predecesores, estos cascos incluyen paneles táctiles para realizar algunas tareas como pasar canciones. Se adaptan bastante bien al oído e incluyen diversos tamaños para cada persona. Son muy ligeros. Cada uno pesa solo 6,3 gramos. Desde su estuche-cargador quedan protegidos. Su autonomía es otro de sus aspectos diferenciales. Algo que sorprende porque se han conservado las dimensiones. De esta manera, se pueden utilizar hasta 11 horas sin pestañear. Y se cargan en solo 15 minutos. Se han mejorado otros aspectos como sus micrófonos (ahora tiene dos) con lo que las comunicaciones son más eficientes. Disponen de sistema de cancelación de ruido y aguanta el sudor. Funcionan perfectamente para los sistemas operativos iOS y Android. Precio: 179 euros Un televisor inteligente Xiaomi ha metido la cabeza también en el competitivo mundo de los televisores. Y lo ha hecho sorprendiendo con pantallas de bastante calidad y altas prestaciones manteniendo, sin embargo, su filosofía comercial. Así, la nueva televisión de Xiaomi, apuesta por los comandos de voz por medio de la instalación del asistente digital de Google, Assisant, con el que controlar algunas funciones de manera natural. Está disponible en tres tamaños (32«, 43» y 55«). El modelo Mi Led TV 4S ofrece un diseño bastante minimalista y una calidad de imagen de hasta 4K y soporta, además, la tecnología HDR, que permite ampliar la paleta de colores para darle un mayor realismo. La calidad de sonido, aunque mejorable, está a la altura. Funciona con el sistema operativo Android TV 9.0. Incluye tres puertos HDMI para conectar desde consolas a otros dispositivos electrónicos. Precio: 449 euros Un robot aspirador ¿Y qué tal un robot aspirador? Igual para estos momentos puede ser un aparato bastante útil. Por ejemplo, el robot aspirador Roomba e5 de iRobot. Ofrece un sistema de limpieza en tres fases que utiliza dos cepillos de goma multisuperficie, una capacidad de succión muy potente, así como un filtro de alta eficiencia para ayudarte a limpiar en profundidad, cada día. Se puede programar fácilmente desde una aplicación. Gracias a sus sensores, reconoce las zonas que necesitan más atención para que así les dedique más tiempo y queden tan limpias como el resto de la casa. Su cepillo para bordes y esquinas, está específicamente diseñado para limpiar la suciedad en rincones y zócalos. Precio: 289 euros Un robot de cocina De igual manera, los robots de cocina son otro elemento que empieza a verse con más asiduidad en las cocinas españolas. Por sus capacidades y sus ventajas, son máquinas fantásticas para todo tipo de consumidores. Uno de los modelos más avanzados (aunque caros) el Thermomix TM6. Funciona de manera intuitiva. Este modelo muestra el paso a paso de cada receta de forma automática, indicando incluso el tiempo y la temperatura. Esto significa que los usuarios solo tendrán que ocuparse de incorporar los ingredientes, escoger la velocidad y avanzar al siguiente paso. Tiene una pantalla táctil a color desde donde visualizar las recetas de una forma cómoda gracias a su navegación intuitiva. Tiene conexión WiFi para acceder directamente a una plataforma para hacer los platos a tu medida. Precio: 1.259 euros Un reloj-despertador Los servicios de voz han empezado a revolucionar el día a día en muchos hogares. Un aparato interesante para el dormitorio puede ser el reloj despertador de Energy Sistem, que cuenta con sus propios altavoces con el asistente digital Alexa integrado, con lo que se puede controlar por comandos de voz fácilmente. El Smart Speaker Wake Up incluye radio. Ofrece, además, múltiples opciones para acceder a diferente información y funcionalidades en el dormitorio (gracias a la amplísima compatibilidad que ofrece con diferentes dispositivos y accesorios). Además de incluir el servicio de voz Alexa integrado, este altavoz-despertador dispone de altavoces con tecnología Bluetooth 5.0 y sistema multi-room propio para escuchar música de manera inalámbrica cuando se desee. Precio: 79,90 euros Un videotimbre inteligente Otra de las tendencias más fuertes en el mercado con las cámaras inteligentes que se gestionan por internet. Son prácticas y útiles. Desde cualquier sitio se puede analizar el estado de una vivienda en la que residas habitualmente. Y alrededor de este mercado han surgido los timbres inteligentes. En este caso, el modelo Ring Video Doorbell 3 incorpora un sistema «Pre-Roll», que proporciona a los usuarios una imagen ampliada de lo que suceda enfrente de su puerta al capturar también los cuatro segundos de vídeo anteriores a la detección de movimiento. Este videotimbre incluye un apartado llamado «Zonas de Privacidad», que permite a los usuarios ocultar partes del campo de visión de la cámara durante la grabación, así como sistemas de detección de audio y movimiento que la desactivarán según se requiera por configuración. Precio: 107 euros Una etiqueta inteligente Tecnología para no perder nada. Son las llamada «etiquetas inteligentes». Una serie de dispositivos preparados para localizar objetos fácilmente. Uno de los más exitosos es el Slim, el más elegante de la gama de localizadores de Tile que cuenta con un diseño fino en forma de tarjeta de crédito. Es perfecto para carteras, el bolsillo interior de la chaqueta o el maletín para ir al trabajo. Asimismo, el rango de localización llega a alcanzar una distancia de 60 metros y su batería promete durar hasta tres años. También tiene la función de pulsar el botón y que suene el teléfono para encontrarlo, incluso si está en modo silencio. Precio: 29,99 euros Una nube personal Guardar las fotos y vídeos es imprescindible para poder disfrutarlas cuando tus hijos sean mayores o rememorar viajes, tradiciones o celebraciones. Y, para ello, es interesante montar tu propia «nube» personal. Un servicio de almacenamiento para tener acceso desde cualquier parte -con internet, se entiende- de manera fácil. Una proposes es el NAS de Synology llamado DS420j. Está enfocado a todo tipo de familias. Con este minimalista equipo se puede guardar todos los archivos con una solución sencilla, privada y de gran capacidad para sincronizar y compartir los recuerdos de toda la familia en cualquier formato. Cuenta con un chip de 4 núcleos y 64 bits que garantiza una administración de fotos fácil y una experiencia de navegación fluida. La capacidad de almacenamiento máxima de hasta 64 TB para guardar los mejores recuerdos de forma segura. Precio: 314 euros Cargador para el iPhone La Smart Battery Case es, sin lugar a dudas, un accesorio casi imprescindible para los propietarios de un iPhone 11. Con esta funda-cargador se puede ampliar la autonomía hasta un 50% más. Y eso es algo muy goloso. Es compatible con sistemas de carga de tipo Qi. Además, cuenta con un botón específico para la cámara, incluso los «selfies». Precio: 149 euros Unos auriculares potentes ¿Amante de la música? ¿Melómano? Bien, pues si tu padre le encajan unos auriculares potentes una recomendación puede ser estos de Audio-Technica, los ATH-M50xB. Son inalámbricos y tienen un diseño de diadema. Ofrece una buena calidad de audio, potenciado las frecuencias graves. Promete, además, una autonomía de hasta 40 horas con una única carga, El control táctil proporciona un cómodo acceso a la asistencia por voz, Conexión cableada para cuando no hay sistema inalámbrico o batería agotada. Precio: 159 euros Una batería portátil Otra de las propuestas está muy enfocada a los padres que están continuamente con el teléfono móvil a cuestas o un ordenador. Y, por tanto, necesitan tener cuanto más autonomía, mejor. Así, una idea puede encontrarse en la Mophie Power Station. Una batería portátil de 6.000 mAh. Es útil y bastante pequeña para lo que es, con lo es fácil de transportar. Precio: 69,95 euros Un altavoz inalámbrico También en el mercado existen soluciones interesantes para escuchar música en condiciones. Se trata del altavoz inalámbrico JBL Pulse 4, que ofrece un buen sonido. Es bastante juvenil al incluir un sistema de iluminación LED, que produce impactantes efectos de luces para crear un ambiente único con su música favorita. Puede conectar hasta dos teléfonos o tabletas, mientras la batería de 12 horas y la cubierta impermeable IPX7, garantizan que el Pulse 4 pueda usarse en cualquier fiesta, haga sol o llueva. Accede a la función PartyBoost de una «app» específica para contestar varios altavoces compatibles Precio: 229 euros Un teléfono móvil Diseñado para complementar a los padres con más estilo, el Honor 20 Pro está preparado para hacerles brillar en cada momento, gracias a su nuevo diseño holográfico dinámico. Cuenta con una configuración de cámara cuádruple completamente rediseñada que incluye la última tecnología en fotografía y vídeo, un teleobjetivo con súper zoom de treinta aumentos, lente súper macro, gran angular y una cámara principal de 48 megapíxeles que incluye todo lo necesario para capturar los mejores momentos. Disponible en dos colores a un Precio: 429 euros Un traductor portátil Para aprender un idioma o utilizarlo como herramienta de trabajo, un traductor portátil puede ser útil. Por ejemplo, un modelo bueno es el Mini 2 es un traductor electrónico por voz de última generación de Vasco. El dispositivo, que presenta un reducido tamaño perfecto para su transporte en el bolsillo, es capaz de traducir más de 50 idiomas de forma rápida y precisa. Cuenta con una tarjeta SIM internacional incorporada que permite su uso en casi cualquier parte del mundo de forma gratuita e ilimitada de por vida, sin temer gastos de roaming. Su catálogo de idiomas cuenta con más de 50 lenguas diferentes, como el español, el inglés, el francés o el chino, incluyendo también el catalán, el euskera y el gallego. Este nuevo dispositivo destaca por su precisión en la traducción de las lenguas asiáticas. Precio: 249 euros Una pulsera de fitness Para hacer deporte en el futuro (cuando se pase la crisis del coronavirus), una pulsera de fitness puede ser útil. Así, la nueva Activity Band de Xplora puede ser el regalo ideal para los padres más deportistas y «techies». Se trata de una pulsera inteligente de actividad con la que podrán conocer el número de pasos diarios, la cantidad de deporte realizado, la presión arterial y las pulsaciones. Con este «gadget» que acaba de lanzar al mercado la marca noruega, podrán llevar un seguimiento diario de la actividad física realizada. Dispone de fácil conexión a un dispositivo móvil, compatible con sistema operativo de IOS y Android, y puede mostrar las notificaciones de mensajes y llamadas que se reciban en el teléfono. Precio: 39,99 euros Un ratón ergonómico Este ratón, tanto en su versión con cable como en la inalámbrica, se adapta perfectamente a la postura más natural para la mano del usuario, proporcionando una mayor comodidad y ergonomía en el trabajo diario. Este dispositivo aporta una gran precisión y sensibilidad gracias a su resolución ajustable de 1000, 1400 y 1800 dpi, además de dos botones laterales y una rueda scroll con función de tecla que proporcionan una mayor versatilidad al uso del ratón. Precio: 19,95 euros

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Videojuegos inmersivos para olvidarte del coronavirus y disfrutar en casa

Los videojuegos comparten muchas cualidades con el cine, la literatura y la música. Posiblemente, una de las más importantes es la del escapismo. Poder perderte en una historia por un buen puñado de horas y olvidar, aunque solo sea por un rato, la cotidianidad, es algo especialmente valioso y necesario. Especialmente en situaciones como la actual. Por eso, en ABC hemos seleccionado algunas obras que pueden ayudarle a romper con la realidad. Todas con una apartado narrativo y técnico impecable. «Red Dead Redemption 2» La segunda entrega del popular western de mundo abierto ya ha dejado ojipláticos a millones de jugadores en todo el mundo. Con una historia y unos gráficos a la altura de lo mejor de la presente generación, Red Dead Redemption 2 sumerge al jugador en los últimos años del siglo XIX estadounidense. Una época que ha pasado a los libros, junto a otras muchas cosas, como el final de la época dorada del Salvaje Oeste. Ese tiempo de forajidos y dilegencias. De sheriffs con estrellas brillantes al pecho, ferrocarriles en construcción e indios a galope tendido. Rockstar, la desarrolladora de la obra, se dedicó a fondo para crear un mapa inmenso y tan vivo, tan realista, que, en ocasiones, parece imposible. A poco que el usuario se dedique a explorar su basto mundo, tiene centenares de escapismo por delante. Por otra parte, también destaca un riquísimo modo online en el que el juego puede volverse, directamente, eterno. Disponible en Xbox One, PlayStation 4 y ordenador <iframe width="560" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/okZiu65HJcM" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen></iframe> «Detroit Become Human» Quantic Dream se ha ganado a pulso un lugar entre las desarrolladoras más reconocidas. Centrada en el desarrollo de aventuras gráficas, esas obras en las que las decisiones del usuario afectan al desarrollo de la historia, su última gran joya se llama «Detroit Become Human», obra que llegó a los estantes de las tiendas en 2018. En la propuesta se presenta un futuro en el que los robots, empleados por los humanos como mano de obra, cada vez se parecen más a los seres humanos. Tanto que, inclusive, llegan a desarrollar sentimientos. Durante el discurrir de la historia, el “gamer” debe controlar a tres androides diferentes cuyas vidas acaban entrecruzándose. T oda una virguería a nivel narrativo y audiovisual que es sumamente difícil que no guste. Si termina haciéndose con él, y después de exprimirlo al límite desea darle una oportunidad a otras aventuras gráficas, puede optar por otras propuestas de la propia Quantic Dream; como «Beyond: Dos Almas» o «Heavy Rain». También merecen la pena «Until Dawn», «Man of Medan» o «The Walking Dead», si le apetece una historia más próxima al terror. Disponible para PlayStation 4 y ordenador. <iframe width="560" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/euULGCe8Y50" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen></iframe> «Judgment» El spin-off de Yakuza coge todo lo que convirtió a la saga en leyenda: investigación, minijuegos, buena narrativa y un sistema de lucha genial. También cuenta con unos gráficos y un control a la altura de lo que se espera de un título ambicioso de 2019. Durante su desarrollo de la aventura, el jugador controla a Takayuki Yagami, un exabogado del mítico barrio de Kamurocho metido a detective tras sufrir un serio revés profesional. La historia que el usuario va desvelando según avanza en la partida cumple con creces. Algo que, sumado a su apabullante apartado técnico, convierte al videojuego en uno de los más redondos del año pasado. A pesar de su gran éxito en Japón, en Europa hasta el momento ha pasado bastante desapercibido. Disponible para PlayStation 4 <iframe width="560" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/u59B_gZGDKY" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen></iframe> «Super Mario Odyssey» Los videojuegos no serían lo mismo sin Mario. El eterno personaje de Nintendo, que no ha dejado de pegar brincos desde su nacimiento en los ochenta, tiene en «Super Mario Odyssey» su última gran aventura en solitario. Con una duración holgada, en esta situación el fontanero se ve en la tesitura de rescatar de nuevo a su amada Peach de las garras de Bowser. Para ello, tendrá que ir dando tumbos por una amplia variedad de mundos: desde una gran metropoli plagada de taxis, hasta un territorio ártico, pasando por un desierto salpicado de pirámides. Sin duda, una de las mejores propuestas de la presente generación de consolas. Perfecta tanto para los usuarios más veteranos como para los niños de 10 u 11 años que están comenzando en este tipo de entretenimiento. Disponible para Nintendo Switch <iframe width="560" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/EF5YynyWvQo" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen></iframe> «Ni no Kuni» No cabe duda de que Ni no Kuni se ha convertido en una de las mejores sagas de rol del momento. Nacida con la colaboración del icónico Estudio Ghibli, las dos entregas disponibles sumergen al usuario en un mundo fantástico que goza de un apartado artístico y sonoro abrumador. En lo que se refiere a la narrativa, ambos cumplen con creces. La historia bebe a las claras del anime japonés, tanto en su argumento como en el diseño de personajes. A su vez, prometen horas y horas de diversión, más de 100, a todos aquellos que se animen a completarlo por completo. Si disfruta de los juegos de rol de corte nipón, también puede dedicarle un tiempo a propuestas como «Zelda: Breath of The Wild», «Xenoblade Chronicles 2», «Dragon Quest XI» o «Fire Emblem: Three Houses». «Ni no Kuni: La ira de la bruja blanca» (Remasterización): Disponible para Nintendo Switch, Xbox One, PlayStation 4 y ordenador. «Ni no Kuni: El renacer de un reino»: PlayStation 4 y ordenador. <iframe width="560" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/vGzdeUCVWOE" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen></iframe> Uncharted Cuando Naughty Dog presentó al mundo al buscatesoros Nathan Drake, hace ya más de 10 años, difícilmente podía saber que, con el tiempo, se acabaría convirtiendo en una de las caras más reconocibles de ese monstruo llamado PlayStation. A pesar del paso del tiempo, las primeras aventuras de este Indiana Jones sin sombrero ni látigo han envejecido a la perfección. Tanto que, a día de hoy, redescubrir Shamballa o El Dorado sigue siendo igual de divertido que en PS3. Sin embargo, posiblemente, la obra cumbre de la saga, tanto a nivel jugable como narrativo y gráfico, es su penúltima entrega: «Uncharted 4: El desenlace del ladrón». A esta la acompañó a finales de 2017 el «spin-off» «Uncharted: El legado perdido», que tiene una duración más breve, pero sigue estando a la altura de la franquicia. Todas están disponibles para PlayStation 4. «Uncharted: The Nathan Drake Collection» para PlayStation 4 incluye los tres primeros títulos de la saga para PS3. También puede encontrar, como exclusivos de la consola de Sony, «Uncharted 4: El desenlace del ladrón» y «Uncharted: El legado perdido». <iframe width="560" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/hh5HV4iic1Y" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen></iframe> «Star Wars: Jedi Fallen Order» La franquicia Star Wars no ha estado en su mejor momento durante los últimos años. Ni en cine ni en videojuegos. Al menos hasta la salida de «Star Wars: Jedi Fallen Orden» a finales del año pasado. En esta obra, Electronic Arts corta por lo sano con el multijugador online de los Battlefront para ofrecer una historia bien hilada para un solo jugador. El protagonista es Cal Kestis, un joven jedi que consiguió eludir la aniquilación de su orden y camuflarse durante años del Imperio Galáctico. Finalmente, tras ser descubierto, comienza a arrimar el hombro para ayudar a la Resistencia. Respecto a la jugabilidad, EA no se ha vuelto loca y ha recogido algunas de las grandes bazas de otras obras cumbre del sector; como el modo de escalada de Uncharted o el sistema de lucha de los Dark Souls. El resultado final es completamente redondo. Disponible para Xbox One, PlayStation 4 y ordenador <iframe width="560" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/0GLbwkfhYZk" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen></iframe> «Death Stranding» Pese a que en esta selección hemos tratado de omitir títulos de corte apocalíptico, como los Resident Evil, «Days Gone» o «The Last of Us», resulta imposible, especialmente en momentos como el actual, dejar de recomendar «Death Stranding». Y no por su jugabilidad, por su banda sonora o por su abrumador mundo, sino por el mensaje esperanzador que encierran todas esas horas deambulando por un mapa tan bello como muerto. Un mensaje que habla de unión frente a la adversidad. De persistencia frente a dificultad. De que el ser humano, cuando quiere, es capaz de hacer cosas maravillosas. Si hay algún título que le puede venir bien revisar durante estos días, posiblemente, sea este. Disponible para PlayStation 4 <iframe width="560" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/tCI396HyhbQ" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen></iframe>

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lunes, 16 de marzo de 2020

Los robots autónomos y drones que rocían con desinfectante y monitorizan el coronavirus en China y otras regiones

Los robots autónomos y drones que rocían con desinfectante y monitorizan el coronavirus en China y otras regiones

COVID-19 sigue causando estragos, ahora más en Europa que en Asia, donde tuvo su origen. China parece haber pasado ya el pico máximo de infección, según han indicado. Por otro lado, Corea del Sur es uno de los países que mejor ha frenado los contagios. Además de medidas restrictivas para la sociedad, también se han desplegado diferentes tecnologías autónomas que ayuden en las labores de control del coronavirus.

Una de las formas más efectivas de frenar los contagios por COVID-19 es evitando el contacto humano. Esto implica también evitar el contacto humano por parte de aquellos que ayudan en las labores de desinfección, limpieza o control de contagios. ¿Consecuencia? Estas semanas han surgido multitud de robots autónomos, drones y otras tecnologías para ayudar en las labores.

Robots para desinfectar, drones para vigilar

China, origen y mayor foco de COVID-19, es uno de los países que más ha apostado por la tecnología para hacer frente al coronavirus. Como ya vimos, las principales tecnológicas del país han desplegado apps y servicios para llevar el control de los infectados. Pero no sólo se ha visto en práctica la tecnología en servicios, también en hardware a pie de calle. Como indican en Bloomberg, las furgonetas autónomas de Neolix tienen una alta demanda estas últimas semanas gracias a que permiten transportar ítems de forma autónoma evitando el contacto humano. Las furgonetas se han utilizado especialmente para transportar material sanitario y para desinfectar las calles de las áreas infectadas.

Neolix

Otros robots se encargan de distribuir comida y otros bienes en hoteles para evitar contacto humano:

Siguiendo con China, las autoridades también han desplegado una serie de drones para monitorizar y vigilar a la sociedad en los focos de infección por COVID-19. Como recoge Global Times, han equipado a los drones con cámaras de alta resolución y altavoces para encontrar a usuarios que no lleven mascarillas o estén fuera de sus casas en zonas prohibidas. Mediante el altavos se dan instrucciones por voz para alertar a los ciudadanos.

En otro vídeo publicado en esta ocasión por People's Daily China (medio perteneciente al gobierno chino) a principios de febrero, se mostraba un drone analizando la temperatura en tiempo real de los ciudadanos desde el balcón de sus casas.

En Hong kong han apostado también por los robots autónomos para desinfectar espacios públicos. Los metros, que transportan una cantidad masiva de gente son un lugar de alto riesgo de contagio. Es por ello que las autoridades han comenzado a desplegar un pequeño robot que se encarga de pulverizar cada vagón para matar gérmenes. Según indican, la sustancia utilizada para pulverizar llega a pequeñas zonas donde generalmente no se alcanza a limpiar manualmente. De momento han desplegado una flota de 20 robots.

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viernes, 13 de marzo de 2020

Detectando movimiento con un radar diminuto: Google explica cómo funciona Soli en un teléfono móvil

Detectando movimiento con un radar diminuto: Google explica cómo funciona Soli en un teléfono móvil

En 2017 llegaba Face ID, la tecnología de Apple que asentó las bases de los reconocimientos faciales en móvil. Ya hubo propuestas anteriores para lograr este propósito, pero nunca se llegó (ni se ha llegado) al punto tecnológico a nivel de seguridad y velocidad en el que se encuentra Apple aquí. La compañía que más cerca ha logrado quedarse ha sido Google, a través de Project Soli.

Este es un proyecto de mini-radares en el Google lleva trabajando desde hace cerca de cinco años y que se ha acabado materializando en el Pixel 4, el móvil gama alta de Google. La compañía ha explicado "cómo percibe" este radar, acercándonos más que nunca al funcionamiento del mismo.

Qué ve realmente Soli, el radar de Google

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Los radares de Soli se utilizan tanto para el reconocimiento facial de Google como para su tecnología Motion Sense, una solución que permite interactuar con el teléfono sin que haya ningún tipo de contacto físico con el mismo. Se trata de una tecnología similar a la ya vista en móviles como el LG G8s, que también permite este tipo de gestos "por aire".

En concreto, Motion Sense permite detectar cuándo estamos cerca del teléfono, reducir el volumen de una alarma mediante gestos por aire, apagar la pantalla cuando no estamos cerca del dispositivo y demás. Pero, ¿cuáles son los principios básicos de detección de este radar? Como acostumbramos al hablar de Google, el aprendizaje automático y los algoritmos de procesamiento de señales son la respuesta.

Google aplica los principios básicos de un radar para Soli: se transmiten ondas de radio con el fin de medir, en este caso, la posición de los objetos (la mano del usuario)

Google explica que la función básica de su radar es detectar y medir las propiedades de los objetos en función de sus interacciones con las ondas de radio. No deja de ser algo similar a cómo actúa cualquier otro radar: un transmisor de ondas de radio que se redirigen a objetos para que reflejen su energía en el receptor de dicho radar. No obstante, uno de los retos de los radares clásicos, según Google, es que carecen de la sensibilidad y capacidad de detección de movimiento que se requieren en un pequeño dispositivo de consumo.

Image 2020 03 13 15 09 39 Los radares de Soli se integran en el marco superior del Google Pixel 4 y su variante XL.

Para solucionar estas limitaciones, Google ha desarrollado Soli como un radar en miniatura, con un algoritmo de detección basado en el movimiento, más que en la posición que ocupan en el espacio los objetos. Cuenta Google que el tamaño de Soli es de apenas 5 mm x 6,5 mm x 0,873 mm, logrando introducirlo en el marco superior de su Pixel 4.

La precisión de Soli es alta. Es capaz de distinguir distintos patrones de movimiento, gracias a que los datos del radar se procesan mediante la red neuronal de Google

Siendo algo más técnicos, lo que hace Soli es procesar los cambios temporales en las señales que recibe. Trasmite una señal de frecuencia modulada de 60 Hz y, a través de esta, puede distinguir objetos que se mueven con diferentes patrones de movimiento. Es llamativo conocer que Soli es capaz de conocer los distintos patrones de movimiento de un objeto. Según la velocidad o cercanía/lejanía de los objetos y personas, la energía se distribuye de forma distinta, por lo que el radar puede tener constancia de ello con más precisión.

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De forma gráfica, aquí tenemos un ejemplo de cómo Soli puede discernir entre una mano acercándose al móvil, cuando está a punto de cogerlo y cuándo empieza a interactuar con él. De este modo, la pantalla "sabe" cuándo tiene que encenderse, segundos antes de que el usuario coja el móvil para desbloquearlo.

Todo esto se hace posible, además de por el propio sistema de radar, gracias a los algoritmos de aprendizaje automático de Google, que filtra y aumenta la propia señal del radar y transforma las señales que recibe en órdenes que ha de seguir el teléfono. Hasta tal detalle se trabaja con el algoritmo, que se ha pensado incluso en la pequeña vibración que se produce cuando el móvil está reproduciendo música, la cual puede interferir en cómo capta el radar los movimientos.

Google cuenta que este modelo se ha perfeccionado entrenando una red neuronal con miles de voluntarios, que han ido registrando sus gestos y movimientos cerca del dispositivo, para que el algoritmo pueda minimizar el impacto que tienen las diferencias individuales de cada persona, la cual tiene sus propios gestos.



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martes, 10 de marzo de 2020

El español que ha fichado a la mano derecha de Steve Jobs

Al llegar al lugar de la entrevista, Xabi Uribe-Etxebarría hace un gesto con la mano, como para decir «espera, estoy contigo en un minuto». Está chateando por WhatsApp. Unos segundos después, se acerca sonriente y lleno de excusas. «Perdón, es que estaba hablando con Sculley, que hace tiempo que no nos vemos». «¿Con John Sculley, el de Apple?», le pregunto. «Sí, con ese...», responde tímidamente al tiempo que me enseña la pantalla de su móvil, con Whatsapp aún abierto. Alcanzo a ver el nombre del exdirector ejecutivo de Apple, ese al que Steve Jobs hechizó un día y le hizo abandonar la presidencia de PepsiCo, y me da tiempo a leer una frase de Sculley, al final del diálogo: «A ver si nos vemos pronto, te echo de menos...». Empieza la entrevista y resulta que no solo conoce a Sculley, sino que ha fichado para Sherpa, su empresa, a Tom Gruber, el creador de Siri, y también a la mítica J oanna Hoffman, la que fue mano derecha del mismísimo Steve Jobs durante tantos años y que al parecer era la única capaz de cantarle las cuarenta al «boss» sin temer a las represalias. Un tipo curioso este Xabi Uribe-Etxebarria. En Estados Unidos su empresa está considerada como una de las diez más importantes del mundo en Inteligencia Artificial. Y a él han llegado a compararle con Elon Musk. Pero aquí, en España, su tierra natal, casi nadie sabe quién es. Y los que le conocen no le creen capaz de llegar donde ha llegado. La conversación con él, pues, promete ser interesante... ¿Qué es la Inteligencia Artificial? Es la capacidad de una máquina de imitar el intelecto humano. Estoy hablando de habilidades que son casi exclusivas de las personas: razonar, aprender de ejemplos, etc. ¿Y qué no es la Inteligencia Artificial? Hay un montón de sistemas, que se basan en machine learning, es decir, en la capacidad de aprendizaje, que dicen ser Inteligencia Artificial, pero que no lo son. Muchos asimilan la IA a la consciencia. ¿Existe, o podrá existir en el futuro, un sistema de IA que sea consciente de sí mismo? Sí, antes o después, sí. A menudo, la gente de a pie suele relacionar la IA con robots, androides, hologramas o cualquier cosa que pueda tener forma humanoide. Pero la IA es mucho más que eso. Y hay muchos desarrollos de IA que están en nuestra vida cotidiana sin que la mayoría lo sepa. Cuando desbloqueo el móvil con mi huella o mi cara, cuando voy a un parking y me leen la matrícula y no tengo que meter el ticket, cuando uso Google Maps… Hay un montón de aplicaciones que usan la IA para facilitarnos la vida y que habrían sido imposibles sin ella. Es decir, ya usamos sistemas de IA, y no se parecen en nada a un robot. Evidentemente, en todos esos ejemplos no hay una consciencia… No, claro. Si ni siquiera sabemos aún cómo funciona el cerebro humano, ¿Cómo vamos a ser capaces de imitarlo? Es una conversación que suelo tener con Rafa Yuste (neurobiólogo español e impulsor del Proyecto Brain, puesto en marcha en Estados Unidos por el presidente Obama en 2013), que me dice que ni siquiera sabemos aún lo que es un pensamiento. Los humanos vivimos en una especie de realidad virtual, fabricada por nuestro cerebro... Y no sabemos cómo funciona. Por lo tanto, es difícil tratar de imitar algo que aún no sabemos lo que es. ¿Hasta dónde podremos llegar entonces? Lo que sí conseguiremos hacer relativamente pronto es imitar el modo en que el cerebro humano procesa la información, es decir, imitar la inteligencia humana. Los expertos dicen que eso sucederá alrededor del 2045 y llaman a ese evento «singularidad», el punto en que la inteligencia de una máquina va a sobrepasar la inteligencia de un humano. Y subrayo lo de «un humano», que no es lo mismo que decir la de los humanos en general. En algunos casos, y en tareas muy concretas, eso ya se ha conseguido. Sin embargo, hay toda una serie de cualidades de los humanos que aún estamos muy lejos de imitar. ¿Como por ejemplo? Hay una capacidad, llamada «small sample learning», que es uno de los grandes retos que tiene la IA ahora mismo. Se trata de la capacidad de aprender a partir de muy pocos ejemplos. Para que una IA sea capaz de reconocer, por ejemplo, la imagen de un elefante, hay que alimentarla con miles, con millones de imágenes diferentes de elefantes, de formas, de colores... Sin embargo, si a un niño que nunca ha visto un elefante le enseñas una sola foto, una sola vez, ya lo reconocerá para siempre, incluso si después le enseñas no ya una foto, sino un simple dibujo o un garabato de un elefante. Esto las IA no lo pueden hacer, y nos queda aún muchísimo para que lo consigan. Otro ejemplo es lo que se llama el "transfer learning" o transferencia de aprendizaje. Si sabes jugar, por ejemplo, al ajedrez, te costará muy poco aprender otros juegos de tablero, ya que utilizas para ello las partes comunes con otros juegos. Esto las máquinas tampoco saben hacerlo. ¿Se supone que esa capacidad sí que estará presente cuando llegue la singularidad...? Sí, claro. De hecho, en transfer learning ya hay algo en las máquinas, sobre todo para traducción de idiomas. Se pueden transferir muchas reglas de un idioma a otro para traducirlo. Lo cual nos lleva a la pregunta siguiente: ¿Hay que tenerle miedo a la Inteligencia Artificial? Yo creo que miedo no... Hay que tenerle respeto, pero no miedo. ¿En qué sentido? Siempre tenemos un cierto miedo a lo desconcido. Y digo que hay que tenerle respeto porque la IA es un arma muy poderosa, aunque yo estoy convencido de que traerá grandes beneficios a la Humanidad. Cualquier avance científico o tecnológico, de por sí, no es bueno ni malo. Es neutro. Suelo hacer una alalogía con la fusión nuclear, que puede servir igual para generar energía limpia que para construir bombas de hidrógeno. Todo depende del uso que le demos. Por lo tanto, no hay que tener miedo de la IA, sino de los humanos que la van a usar. La IA, igual que cualquier otro avance tecnológico, solo hará lo que un humano le diga que haga. ¿Por qué entonces hay manifiestos firmados por cientos de científicos, entre ellos el ya desaparecido Stephen Hawking, alertando de los peligros de la IA? Porque son tantas las posibilidades que tiene, tanto para el bien como para el mal, que se hace necesario un gran ejercicio de responsabilidad a la hora de desarrollarla y utilizarla. En ese sentido, junto a Rafael Yuste y otros, estamos tratando de hacer lo que llamamos "juramento tecnocrático", que es análogo al juramento hipocrático de los médicos, un código de conducta que todos deben jurar antes de ejercer. Creemos que la IA debe empezar a mirarse también desde un punto de vista humanista, y no solo tecnológico. ¿Y en qué punto está ese juramento tecnocrático? El documento ya existe, y ahora mismo estamos en conversaciones con varios gobiernos, instituciones y universidades para que esto sea pronto una realidad. Gobiernos como el español, o el de Chile, ambos ya muy involucrados. También queremos llevarlo a la ONU. Otro debate gira en torno a la posibilidad de combinar la IA con otras ciencias para aumentar las capacidades de los humanos... Sí, unida a las neurociencias, la IA puede aumentar, por ejemplo, nuestra memoria o nuestras capacidades mentales. Y ahí hay otro debate. Si esas mejoras en las capacidades humanas no se hacen de forma proporcionada, podemos incluso llegar a crear nuevas "castas" de humanos, por lo que es necesario asegurar el reparto equitativo de estos aumentos de capacidades, y eso podría llegar incluso a convertirse en un nuevo derecho humano. ¿Es partidario entonces de limitar la IA? Si, por ejemplo, la unimos a un robot, podríamos tener robots inteligentes. ¿Limitaría usted las posibilidades de acción de esos robots con algo parecido a las leyes de la robótica propuestas por Isaac Asimov? No, no lo haría. No se trata de limitar a las máquinas. Cualquier limitación que se les ponga también se les podría quitar en cualquier momento... Lo que sí que habría que limitar son las aplicaciones de la IA, lo que los humanos hagamos con ella. Debería limitarse su uso de forma que cuacluier aplicación se haga siempre y solo en beneficio de la Humanidad. ¿Y cómo se podría garantizar eso? Pues para eso es, precisamente, el juramento tecnocrático. No se trata de decirle a una máquina que no mate gente, sino de que esa máquina no se construya nunca. Eso entra de lleno en el debate actual sobre la industria de las armas. Drones que deciden de forma autónoma si disparar o no, etc... Efectivamente, de eso se trata. Usted es creador de Sherpa, una empresa española de IA. ¿Qué es lo que aporta su empresa en este campo? Empezamos siendo un asistente digital, tipo Siri, pero hemos creado tanta tecnología que hemos ido evolucionando a una empresa de servicios de Inteligencia Artificial, y así se está reconociendo en todos los rankings mundiales de IA. Sherpa es, de hecho, una de las más reconocidas del mundo, ¿no? Sí, según Datamation, por ejemplo, estamos en la lista de las diez compañías más relevantes del mundo en IA. Ocupamos el noveno lugar, pero es que en esa lista están, Microsoft, Amazon, Google... gigantes de la tecnología. Y nuestra empresa, que es pequeña y de Bilbao, está ahí, en medio de todos los grandes. ¿Qué ha hecho Sherpa para merecer tanto reconocimiento? Tenemos una serie de desarrollos, de algoritmos, creados por un equipo top en el que trabajan algunos de los mejores expertos del mundo. Hemos creado esos algoritmos en cuatro grupos o líneas: la primera son los sistemas conversacionales, que puedes implementar en cualquier máquina, altavoz inteligente, automóvil, televisor, etc, y convertirlo en un sistema con el que puedas hablar. La segunda línea son los recomendadores y personalización de contenidos, que es un sistema que te puede recomendar desde noticias a televisión o música aprendiendo de tus gustos y tratando de anticiparse a ellos. En las otras dos estamos trabajando, están sin terminar aún, y estamos haciendo descubrimientos sorprendentes que nos colocan por delante de cualquier otra empresa del planeta. Una es lo que llamamos análisis de contenidos, que mide la polaridad de la noticia y es capaz de identificar noticias falsas. ¿Y cómo exactamente hace eso? Llevamos a cabo cinco análisis, que identifican cinco patrones que nos dicen si es o no un fake. El primero es análisis del lenguaje que se utiliza en la noticia. Hay una serie de patrones y estilos que las fake news utilizan mucho. Otro es el índice de viralidad, que es cómo se disemina la noticia en las redes sociales. Otro análisis es el del medio, la fuente, quién ha publicado la noticia. En total, cada patrón aporta un porcentaje de probabilidad de que sea una fake. Al combinarlos, sabemos si es o no una noticia falsa. Nos faltaba aún la cuarta línea de trabajo de Sherpa... Sí, es la privacidad. Estamos haciendo enormes avances en este campo. Avances que nos sitúan en cabeza y que están muy por delante de lo que hacen otras empresas, incluídas las más grandes. Se trata de tecnología que garantiza que tus datos sean privados. ¿Y cómo puede una pequeña empresa de Bilbao tener algo que decir en temas que entran de lleno en el terreno de las grandes empresas de tecnología, como Google, Amazon o Microsoft, que trabajan en lo mismo? No solo tenemos algo que decir, sino que muchas cosas las hacemos mejor que ellos. Para poner los pies en la tierra, nosotros no competimos con Google, sino con un equipo que trabaja en Google, que es su equipo de Inteligencia Artificial. Y dentro de eso competimos en un terreno muy concreto. Google hace desde buscadores a coches autónomos, y nosotros no entramos en eso. ¿Y cuáles son las cosas concretas que haceis, por ejemplo, mejor que Google o que otros grandes? Pues en recomendación somos mucho mejores, más que Netflix o Apple, entre otros. En privacidad de datos estamos más avanzados que Google. Cuando empezamos cn ese tema tratamos de usar sus plataformas, pero tenían carencias, así que empezamos la nuestra, y los resultados son mejores que los de Google, aunque ellos aún no lo saben. ¿Con qué mimbres cuenta para desarrollar todo esto? Necesitará un equipo de primera... Sí, para mi el equipo es lo más importante, y a eso he dedicado muchos esfuerzos. Por ejemplo, hemos incorporado a Tom Gruber, el creador de Siri, al que conozco desde que estaba en Apple. Apple siempre ha estado interesada en nosotros, y Gruber nos consideraba como la empresa más avanzada en IA. Así que hace un año dejó Apople y se vino con nosotros. Pero no solo él, hace apenas unos días hicimos público el fichaje de Joanna Hoffman, la mano derecha de Steve Jobs durante toda su carrera, directora de marketing de Apple y creadora de la imagen única que tiene esa compañia en el mundo. El resto del equipo quizá no sea tan mediático, pero no tienen nada que envidiar a los dos que he mencionado y que son muy relevantes en el mundo de la tecnología. Se os reconoce mucho más fuera que dentro de España. ¿A qué se debe? Creo que es por falta de conocimiento, y también de interlocutores. Se trata de un sector muy puntero, que normalmente se desarrolla fuera, lo cierto es que nos resulta mucho más fácil explicarlo en Estados Unidos, donde tenemos un gran reconocimiento, que hacerlo aquí, en España, donde no pueden creerse que una empresa pequeña y de Bilbao haya hecho lo que ha hecho... Aquí hay que hacerse perdonar los éxitos. Por último, ¿Quién es y de dónde viene Xabi Uribe-Etxebarria? Estudié ingeniería técnica electrónica y organización industrial. Empecé un doctorado que no terminé, porque creé mi primera empresa, que se dedicaba a la atención al cliente online para grandes empresas. Y luego monté Sherpa, al mismo tiempo que hacía cursos en el MIT y estudiaba arquitectura, carrera de la que me falta aún un año para acabar. Pero no quiero hablar de títulos porque creo que cada vez son menos relevantes. Lo más importante es la capacidad de adaptarse y de aprender. Han llegado a compararle con Elon Musk... Sí, quizá porque me gusta hacer muchas cosas diferentes, tener un proyecto principal pero hacer al mismo tiempo otros proyectos. Mo objetivo no es el de hacer mucho dinero, sino el de crear un impacto positivo para el mundo. Por eso hay proyectos que me motivan mucho, como el de llevar la Inteligencia Artificial con Sherpa al resto del mundo, pero no es el único. Tengo otros proyectos que no tienen nada que ver con tecnología. Por ejemplo, me encanta la historia y he dedicado, y dedico, años a investigar sobre la primera vuelta al mundo. He ido recopilando en muchos países documentos de Elcano, mapas, antiguos testimonios de protagonistas olvidados y que han cambiado el mundo. Entonces, ¿cuál es la huella que le gustaría dejar? Me autoexijo mucho, pero lo que me gustaría es dejar un impacto positivo en el mundo. Tengo muchísimo miedo a la muerte, y un dia leí que le vas perdiendo el miedo a la muerte en la medida que vas cumpliendo objetivos en la vida. Y en eso estoy.

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