Tormentón en OpenAI. Otro más, en realidad. Tras el caos vivido hace casi un año, la empresa se enfrenta ahora a una serie de movimientos que definirán su futuro. El último de esos movimientos lo ha hecho Mira Murati, que hasta ahora era la CTO de la empresa y que ha anunciado que abandona su cargo "para tener tiempo y espacio para hacer mi propia exploración". La pregunta es si esa es la única razón.
Se va, pero todavía no. Fuentes cercanas a la decisión señalan en Wired que aunque Murati deja su cargo, no lo hace de forma inmediata. No se ha fijado un día específico para que abandone la empresa, y "se están manteniendo conversaciones entre ella y la dirección de OpenAI para garantizar una transición fluida".
Es todo raro. Katie Drumm, editora en Wired, comentaba en Threads que eso puede sugerir dos cosas. La primera, que como Altman decía, la dimisión ha sido en efecto muy amigable entre ambas partes. La segunda, que no lo ha sido en absoluto, algo que tendría sentido teniendo en cuenta que Murati ha usado su propia cuenta de X para anunciar su decisión.
Desbandada total. Los acontecimientos de noviembre de 2023 acabaron provocando consecuencias sísmicas en los meses siguientes. Poco a poco se fueron produciendo salidas de fundadores y directivos de la empresa: desde Ilya Sutskever, que acabó creando su propia startup, hasta Murati, resulta especialmente llamativo que el equipo original se haya disgregado de esta forma.
Desavenencias. Ya en aquella primera crisis se habló de claras desavenencias entre Sam Altman y la cúpula directiva, con Sutskever como uno que apoyó el despido de Altman. El CEO siempre ha querido lanzar y comercializar sus modelos de IA inmediatamente, dejando la seguridad de dichos modelos en un segundo plano: muchos de sus colegas no tenían esa misma visión y prefirieron dimitir.
Superalineación. Un ejemplo es Jan Leike, que era el máximo responsable del equipo de "superalineación". Esa iniciativa abogaba por el desarrollo de una IA segura, pero Altman no parecía tener muy en cuenta ese enfoque y Leike se fue dejando claro que llevaba tiempo "en desacuerdo con el liderazgo de OpenAI". Acabó fichando por Anthropic, la gran rival de OpenAI.
¿Peligra la ronda de financiación? Estas últimas semanas se ha hablado mucho de la colosal ronda de inversión que está preparando OpenAI. La dimisión de Murati llega en un momento especialmente delicado, y plantea nuevas dudas sobre una empresa que está quemando dinero como si no hubiera mañana y necesita mucho más cuanto antes.
Dimisiones, dinero y secretos. Tampoco han traslucido los detalles económicos de esas últimas desbandadas, pero en Vox ya indicaron en mayo de 2024 cómo los exempleados de OpenAI no pueden hablar de la compañía si no querían perder sus acciones en la empresa. Quienes dejan la empresa, afirmaban en ese reportaje, se exponen a "documentos altamente restrictivos de salida". Altman negó tales rumores, pero diversas informaciones analizadas por Vox señalaban justamente lo contrario. Estas dimisiones "amistosas" parecen serlo solo de cara al público: los afectados probablemente deben mantener en secreto la verdadera motivación para no perder muchísimo dinero por el camino.
Imagen | Village Global | Mira Murati (X)
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