En muchos países, la conjunción de factores como el abandono institucional, el uso de técnicas obsoletas, el aumento de población, la apuesta por el monocultivo y el cambio climático está facilitando que nuestros bosques y prados se vean devorados por los incendios forestales (cada vez más extensos y frecuentes) a un ritmo mayor que al que podemos recuperarlos.
Sin embargo, a la hora de debatir el mejor modo de actualizar técnicas, hay que partir de una realidad: pocas cosas hay más efectivas que poner a plantadores humanos a colocar a mano las plántulas a lo largo de kilómetros de paisaje quemado.
Pero la oferta, tanto de mano de obra como de plántulas, suele escasear. Y, a falta de las plantas adecuadas, en los terrenos yermos proliferan las malas hierbas, que suelen combatirse fumigando herbicidas.
Ante esta situación, DroneSeed , una startup con sede en Seattle, ha decidido convertirse en un referente de recuperación de bosques quemados gracias a la automatización, o más concretamente, a través del uso de drones, inteligencia artificial e ingeniería biológica.
El fundador y CEO de la compañía, Grant Canary, relata a TechCrunch que, cuando se puso a estudiar las técnicas que se venían usando hasta ahora, se dio cuenta de que todo era "increíblemente anticuado. Incluso en las compañías más sofisticadas del mundo, los plantadores son superhéroes que usan bolsas y una pala para plantar árboles. Se les paga para mover material sobre terreno montañoso y para ser una IA simple capaz de determinar dónde plantar los árboles".
Y, aunque la recuperación de bosques quemados no parezca a priori un ejemplo de actividad rentable, Canary ha descubierto que a los inversores les entusiasma todo lo que tenga que ver con automatización, aprendizaje automático y -especialmente- contratos públicos. Y ya cuenta con varios éxitos en este campo.
¿Cómo funcionan los DroneSeed?
DroneSeed fue premiada a comienzos de este mismo año con la primera licencia emitida por la FAA para drones de más de 55 libras de peso, así como con la primera exención para operar con enjambres de drones.
La tecnología que incluyen (cámara multiespectral, radar láser, etc) permite que cada unidad sea totalmente autónoma a la hora de explorar un área quemada, mapear cada centímetro de la misma (identificando objetos y especies de plantas presentes), fumigarla e identificar las mejores áreas para replantar los árboles (y proceder a hacerlo).
Los drones de DroneSeed operan en enjambres, manteniendo hasta cinco vehículos simultáneamente en el aire. Éstos vuelan siguiendo patrones calculados de antemano para aumentar su eficiencia y sólo regresan a las estaciones terrestres para recargar (excepto si la tripulación, que los supervisa contantemente, juzga necesario tomar el control de los mismos).
La combinación de radar láser y cámara multiespectral (que recopila imágenes más allá del espectro visible) permite crear mapas en 3D de la vegetación y del terreno (facilitando la identificación de la vegetación y la detección de casos de erosión del terreno), pero también realizar un análisis profundo del suelo y la vida vegetal.
Por último, en base a toda esta información, los drones de DroneSeed son capaces de fumigar y, a continuación plantar una mezcla secreta de semillas y nutrientes patentada por DroneSeed.
Y es que encontrar el lugar perfecto para que la semilla o plántula arraigue es toda una ciencia, en la que intervienen múltiples factores (nivel de pendiente, cercanía a corrientes de agua o a piedras, dirección del viento, etc) y en la, hasta que llegaron los drones con IA, sólo tenían éxito humanos con conocimientos y experiencia.
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