
Este 2018 que ya casi ha acabado ha sido un año plagado de noticias relacionadas con la inteligencia artificial y todo aquello que la rodea. Aunque no siempre lo que nos han vendido como IA lo era realmente, y hay quien opina que se tiende a exagerar los avances en este campo.
Sin embargo, sí ha habido avances, y de gran interés. En estos doce meses hemos conocido, por ejemplo, el funcionamiento de AlphaZero, una máquina capaz de aprender a jugar de manera autónoma y desarrollar estrategias desconocidas para nosotros, o hechos tan curiosos como la IA que aprendió a distinguir a hombres y mujeres por su retina, algo que parecía imposible... y que aún no sabemos cómo ha hecho.
En cualquier caso, desde Xataka os hemos preparado una recopilación de los temas vinculados con la IA que más han dado de qué hablar en este último año:
Los baches del coche autónomo
Era previsible que el coche autónomo fuera uno de los temas candentes del año. El Salón de Ginebra de marzo nos permitió tomar el pulso al nivel real de desarrollo de esta tecnología, pocos días antes del freno que supuso para el sector el accidente mortal protagonizado por uno de los prototipos de Uber.
Ha quedado claro que aún quedan obstáculos que superar para que las promesas se conviertan en realidad, y que enseñar a conducir a un coche (pero enseñarle de verdad, para hacer frente también a situaciones complejas) puede requerir un esfuerzo aún mayor del que se pensaba. Sumemos a eso el efecto que tienen sobre todo el sector los accidentes mortales, como el protagonizado por Uber.
La IA como nueva apuesta de las empresas de tecnología de consumo
Grandes empresas tecnológicas que antaño centraban su estrategia en otros campos (como el desarrollo de sistemas operativos o la fabricación de dispositivos móviles) están dando pasos cada vez más rápidos en su apuesta por la inteligencia artificial.
Así Microsoft, que todos vinculamos al sistema operativo Windows, dejó de lado este producto durante su última conferencia de desarrolladores para centrarse en la nube y la IA. Además, a lo largo de este año la compañía de Redmond ha protagonizado varias adquisiciones de empresas del campo de la inteligencia artificial.
Al otro lado del Pacífico, también Lenovo apuesta por subirse a la ola de la IA, por su potencial para predecir la demanda de nuevos productos o para mejorar procesos.
Otras grandes compañías como Apple o LG también están mostrando iniciativa en este campo.
Tenemos prejuicios hacia la IA... pero la IA quizá también los tiene hacia nosotros
Este año nos ha sorprendido descubrir que la IA, lejos de ser algo frío y neutral, puede desarrollar prejuicios y discriminar, aunque a veces el problema resida únicamente en que la alimentamos con datos de mala calidad.
Más allá de eso, prosigue el debate sobre la postura que deberíamos mantener los humanos hacia la IA, con posturas enfrentadas aun dentro de Silicon Valley, con la nueva ración de avisos de alerta de Elon Musk y la postura tecno-optimista de Bill Gates.
La automatización del empleo sigue (y seguirá) dando que hablar
También prosigue el debate sobre la repercusión que tendrá la IA (o, más concretamente, la automatización de tareas que ésta facilita) sobre el empleo humano.
Nos dicen que se creará más empleos que los que destruirá, pero también que los países en desarrollo sufrirán la peor parte del cambio. Además, hay quien vincula este proceso con el despertar de los populismos en Occidente.
El despertar del dragón chino ha puesto en guardia a EE.UU y Europa
El régimen chino no sólo es completamente consciente de la importancia de la IA para el desarrollo socieconómico de su país, sino que ya se ha puesto manos a la obra para exprimir el potencial de su sector nacional de IA y lograr arrebatar el liderato a EE.UU de aquí a 2030.
Esos planes pasan por la educación: las autoridades chinas están apostando por la formación de estudiantes en IA desde preescolar y captándolos en secundaria para que diseñen las armas autónomas del futuro.
Pero su sector privado no se queda atrás, ni mucho menos: compañías con un fuerte peso de la IA en su estrategia de negocio (como Didi, Baidu, Megvii y Sensetime) están plantando cara a sus contrapartes occidentales y captando cada vez más financiación.
¿Y qué hacen mientras los Estados Unidos? Pues el gigante americano, pese a haber cosechado algún triunfo este año (como el de arrebatar a China el trono del supercomputador más potente del mundo), se encuentra comercialmente a la defensiva, y ha puesto sobre la mesa la idea de restringir la exportación de tecnologías de IA a China.
Mientras, en Europa, Alemania ha anunciado la inversión de 3000 millones de euros para reivindicarse como locomotora del continente también en el campo de la IA, pero Kai-fu Lee, expresidente de Google China, avisa: "No hay esperanza para el sector europeo de la Inteligencia Artificial".
Las fotos y vídeos 'fake' generados mediante IA han llegado para quedarse
Si el año pasado estuvo protagonizado por el debate sobre las noticias fake, en 2018 ha quedado claro que las imágenes y los vídeos fake han llegado para quedarse y hacernos dudar de todo lo que veamos.
Y es que, si los deepfakes empezaron como un entretenimiento de la industria porno, humillante para algunos y lucrativo para otros, lo cierto es que han puesto el foco sobre un problema obvio: los vídeos van a dejar de servir como prueba, y eso terminará afectando a la opinión pública.
Curiosamente, los informativos televisivos han estado entre los primeros en lanzarse a experimentar con esta tecnología, ya sea para manipular lo que el presentador dice, ya sea para mostrarnos a un presentador inexistente.
Casi tan inexistente como los rostros fotorrealistas generados mediante IA por Nvidia, que tan difícil resulta admitir que no sean personas que estén dando vueltas por algún lugar del mundo ahora mismo.
Vamos a hablar cada vez más con nuestras máquinas
Éste también ha sido el año de los asistentes de voz y los altavoces digitales. En estos meses, no sólo hemos visto cómo se multiplicaban las alternativas en español, sino que a muchos nos ha cambiado la vida contar con nuestro propio asistente.
Google también quiere que nos cambien los modales, claro, pero por ahora las preocupaciones de muchos usuarios recaen sobre el aspect de la privacidad.
En cualquier caso, parece estar siendo el año de Alexa: no sólo se ha convertido en referente para Huawei, sino que puede que termine entrando hasta la cocina de Windows, hasta ahora coto privado de Cortana.
El debate ético es inaplazable
La Comisión Europea ha aprovechado los últimos estertores del año para presentar el borrador de sus directrices para el uso y desarrollo ético de IA. Pero éste es un debate que ha estado encima de la mesa durante todo el año.
Google, por ejemplo, presentó sus propios principios éticos para el uso de inteligencia artificial, descartando aplicarla en vigilancia y armamento tras la polémica desatada por el Proyecto Maven.
La lucha 'contra las IAs asesinas' ha impulsado campañas de protesta desde el ámbito académico, que debería tomar nota de los esfuerzos realizados en su momento contra la proliferación nuclear.
Pero los científicos han querido llevar el debate un paso más allá: ¿resulta seguro hacer públicos los avances en este campo?
Mientras, crece la preocupación por el modo en que las autoridades aplicarán dichos avances a la vigilancia masiva.
via Magazine - robotica-e-ia http://bit.ly/2EWuP5B


























Los altavoces inteligentes han llegado para quedarse en nuestras vidas. Millones de personas en el mundo cuentan ya en sus casas con los famosos dispositivos Echo de Amazon, capaces de informar sobre el tiempo que hace en tu ciudad, pedir comida y manejar otras tareas básicas en respuesta a un comando de voz. Pero este dispositivo no se queda solo ahí. El año pasado sorprendió a todos cuando a un usuario cuando dijo: «Mate a sus padres adoptivos». Pero no ha sido la única expresión con la que el asistente ha sorprendido a los usuarios. Tal y como recuerda Reuters, Alexa también ha conversado con usuarios sobre actos sexuales o la defecación del perro. La realidad es que Alexa no está teniendo crisis alguna. Estos curiosos episodios surgen de la estrategia que está llevando a cabo la propia compañía para conseguir que su dispositivo se comunique cada vez mejor. De hecho, una nueva investigación señala, según Reuters, cómo Amazon está trabajando con Alexa para que sea capaz de imitar las bromas humanas y hablar sobre casi todo lo que encuentre en internet. Sin embargo, asegurarse de que no ofenda a los usuarios es todo un desafío. Lo que está en juego es un mercado en rápido crecimiento de dispositivos con asistentes virtuales. De acuerdo con la firma de investigación eMarketer, aproximadamente dos tercios de los clientes de altavoces inteligentes de EE.UU., (43 millones de personas), utilizan los dispositivos Echo de Amazon. La compañía se centra, por tanto, en mantener la ventaja sobre sus competidores. «Muchos de nuestros sueños de IA están inspirados en la ciencia ficción», dijo Rohit Prasad, vicepresidente de Amazon y científico principal de Alexa Artificial Intelligence (AI), durante una charla el mes pasado en Las Vegas. Para hacer que eso suceda, la compañía lanzó en 2016 el Premio anual Alexa, alistando a estudiantes de informática para mejorar las habilidades de conversación del asistente. Los equipos compiten por el primer premio de 500.000 dólares, creando «chatbots» que le permiten a Alexa intentar conversaciones más sofisticadas con la gente. El proyecto ha sido importante para el CEO de Amazon, Jeff Bezos, quien aprobó que se usara a los clientes de la compañía como conejillos de indias, según ha relatado un persona a Reuters. Y es que Amazon está dispuesta a aceptar el riesgo de errores públicos para hacer una prueba de estrés de la tecnología en la vida real y conseguir que Alexa aprenda mucho más rápido. El experimento ya está dando frutos. Los equipos universitarios están ayudando a Alexa a tener una mayor variedad de conversaciones. Y los clientes de Amazon también han otorgado a los bots mejores calificaciones este año que el año pasado. Pero los errores de Alexa le están pasando factura. Tanto que Bezos en ocasiones ha ordenado al personal que cierre un bot. El usuario al que se le dijo que matara a sus padres adoptivos escribió una crítica muy dura contra la compañía en su página web, calificando la situación como «un nivel completamente nuevo y espeluznante». Cuando la compañía investigó el incidente, encontró que el robot había citado una publicación sin contexto de Reddit. El verdadero problema es que las implicaciones de privacidad pueden ser aún más complicadas. Es posible que los consumidores no se den cuenta de que algunas de sus conversaciones más sensibles estén siendo grabadas por los dispositivos de Amazon. El jueves, la compañía dijo que un «error humano» permitió que un cliente de Alexa en Alemania accediera accidentalmente a las grabaciones de voz de otro usuario. Posibles fugas de datos «Los usos potenciales de los conjuntos de datos de Amazon están fuera de las listas», dijo Marc Groman, un experto en política de privacidad y tecnología de Georgetown Law. «¿Cómo van a garantizar que, al compartir los datos, se utilicen de manera responsable?». De hecho, el experto avanza que se puede acabar en una «catástrofe basada en datos», como ha sucedido con Facebook. En julio, Amazon descubrió que uno de los bots diseñados por estudiantes había sido «hackeado». Esto comprometió una clave digital que podría haber desbloqueado las transcripciones de las conversaciones del robot, sin los nombres de los usuarios. La compañía deshabilitó rápidamente el bot e hizo que los estudiantes lo reconstruyeran para mayor seguridad. La empresa reconoció el «hackeo» en un comunicado: «En ningún momento se vieron afectados los sistemas internos de Amazon ni los datos identificables de los clientes». Amazon se niega a dar detalles de los errores específicos de Alexa reportados por Reuters, pero señaló que trabaja por proteger a los usuarios del contenido ofensivo. Sus equipos trabajan con herramientas que les ayudan a filtrar los temas blandos y delicados, que pueden detectar incluso ofensas sutiles. La compañía también escanea las transcripciones de conversaciones y cierra los robots transgresores hasta que se solucionen. «Estos casos son bastante raros, especialmente debido al hecho de que millones de clientes han interactuado con los 'socialbots'», dijo Amazon. Al igual que el motor de búsqueda de Google, Alexa tiene el potencial de convertirse en una puerta de entrada dominante a Internet, por lo que la compañía sigue adelante. «Al controlar esa puerta de entrada, puede construir un negocio súper rentable», dijo Kartik Hosanagar, un profesor de Wharton que estudia la economía digital. Caja de Pandora La estrategia comercial de Amazon para Alexa supone abordar un problema de investigación masivo: ¿Cómo enseñar el arte de la conversación a un ordenador? Alexa se basa en el aprendizaje automático, la forma más popular de la inteligencia artificial para trabajar. Estos programas informáticos transcriben el habla humana y luego responden a esa entrada con una suposición basada en lo que han observado antes. Alexa «aprende» de las nuevas interacciones, mejorando gradualmente con el tiempo. El objetivo de Amazon es conseguir un asistente capaz de entablar un diálogo natural y abierto. Eso requiere que Alexa entienda un conjunto más amplio de señales verbales de los clientes, una tarea que representa un desafío incluso para los humanos.