Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, afirma que la empresa «no necesita» las publicaciones de 'The New York Times' para potenciar a su robot conversacional ChatGPT. Así lo ha señalado el ejecutivo durante una mesa redonda sobre el futuro de la inteligencia artificial (IA) celebrada dentro del marco del Foro Económico Mundial , que se está desarrollando esta semana en Davos. En esta estuvieron también presentes Marc Benioff, director ejecutivo de la empresa de software Salesforce, el ministro de Hacienda de Reino Unido, Jeremy Hunt, el CEO de Pfizer, Albert Bourla, y Julie Sweet, jefa de Accenture. Altman ha apuntado que OpenAI, empresa que recientemente fue demandada por el medio estadounidense por utilizar sus publicaciones para entrenar a ChatGPT , sigue «dispuesto a pagar». Y que, además, las dos compañías siguen negociando, por lo que no sería descartable que la confrontación, finalmente, no llegue a los tribunales. Pero, pase lo que pase, el funcionamiento de su robot conversacional no empeorará simplemente por no tener acceso. Básicamente, porque hay otras fuentes de las que puede seguir bebiendo para, al menos, intentar ofrecer buenos resultados a los usuarios. Noticia Relacionada estandar No OpenAI afirma que habría sido «imposible» crear ChatGPT sin violar los derechos de autor R. A. De acuerdo con un documento compartido con el Parlamento británico, la empresa remarca que utilizando únicamente datos de dominio público no se puede desarrollar inteligencia artificial «satisfaga las necesidades de los ciudadanos» «No hace falta leer mil libros de biología para aprender de biología. Con dos puede ser suficiente. Nuestros modelos van en ese sentido», apuntó Altman a este respecto. Cabe recordar que la empresa ha llegado durante los últimos meses a acuerdos con distintos editores de noticias, como Axel Springer o AP , para poder utilizar su contenido en el entrenamiento de ChatGPT. Herramienta que, cabe recordar, no se inventa nada. Toda la información que comparte con el usuario es gracias a la enorme cantidad de datos que, previamente, a engullido, y que proceden de todos los rincones de internet. A pesar de que Altman no cree que su IA necesite el contenido de 'The New York Times', reconoce que la tecnología, en general, todavía tiene mucho que desarrollarse y mejorar . «Todavía tiene muchas limitaciones y comete muchos errores», afirmaba al inicio de la conferencia. Y no le falta razón. Ha este respecto, Hunt compartió una divertida anécdota sobre la primera vez que se puso delante de una pantalla y tecleó algo en ChatGPT: »Le pregunté si era buen ministro (de Reino Unido), y me respondió que no era ni ministro. Y lo decía con mucha seguridad«. La AGI, a la vuelta de la esquina Sin embargo, el director ejecutivo de OpenAI sigue convencido de que todos estos problemas se irán superando con el tiempo. También dejó caer que la llegada de la inteligencia artificial general (AGI) -esa que se espera que sea más lista que el humano más listo independientemente del campo de conocimiento- «se acerca cada vez más». Por eso, es necesario que la sociedad en general, especialmente empresas y estados, den los pasos necesarios para establecer las barreras de seguridad necesarias para evitar que los algoritmos terminen convirtiéndose en un problema. Porque los desarrollos no se van a frenar. El potencial premio para la humanidad, de acuerdo con todos los asistentes a la conferencia, es demasiado grande para ello. «(En el futuro) habrá médicos digitales, y personas digitales. El humano tendrá que fiarse de la tecnología», apuntó el director ejecutivo de Salesforce. Precisamente, la IA ya ofrece mucho, y lo que le queda por dar, dentro del campo de la medicina, donde permite acelerar mucho el desarrollo de medicamentos. «Permite salvar vidas. En ciencias de la vida estamos viviendo una especie de renacimiento», dijo Albert Bourla, director ejecutivo de Pfizer. «Cuando surja una nueva pandemia, no querremos esperar un año para tener una vacuna si la podemos tener en un mes gracias a la tecnología», apuntó, por su parte, Jeremy Hunt. También se hizo mucho hincapié en la importancia de que la sociedad, y las empresas, no tengan miedo de la tecnología. En su lugar, deben conocerla y aprender a utilizarla en su provecho. «La diferencia entre usarla bien o no es la educación. Los gobernantes deben formarse», apuntó la CEO de Accenture.
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