Puede que Bill Gates lleve tiempo alejado de la primera línea de Microsoft –relevo que ha tomado Satya Nadella con mucho acierto –, pero su contacto directo con los principales vectores de la innovación y la investigación le dan una perspectiva privilegiada que le permiten vaticinar el rumbo de la tecnología y la ciencia con al menos un año de antelación.
Ya es casi una tradición que el magnate tecnológico publique una carta a finales de año con las predicciones de los avances científicos y tecnológicos que nos deparará el año (o años) venideros. En la de este año, Gates ha estado especialmente certero. No ha pasado ni un mes desde la publicación de su carta, y 2024 ya le está dando la razón en algunas de sus predicciones.
Democratización de la IA. No hace falta ser un genio para adivinar que la inteligencia artificial iba a ser una de las protagonistas de, al menos, los próximos cinco años. Sin embargo, el mérito de Gates reside en que ha descrito con bastante fidelidad cómo llegaría la democratización de la inteligencia artificial.
Gates definía la integración de la IA en el móvil como una forma de las formas de democratizar el acceso de la mayor parte de la población a los beneficios educativos e integradores que aporta la inteligencia artificial.
Hace poco menos de una semana, Samsung y Google presentaban la materialización de esa predicción, integrando laIA en el sistema operativo de su buque insignia. En este desarrollo, la IA se integra en Android a modo de asistente virtual para facilitar la experiencia de uso de forma nativa, sin tener que recurrir a aplicaciones o servicios de terceros.
La ciencia pone la directa con la IA. Otra de las predicciones de Gates para 2024 era que la inteligencia artificial iba a servir de motor de propulsión para los avances científicos a la hora de desarrollar nuevas vacunas y medicamentos más eficientes. Contar con modelos de inteligencia artificial generativa más potentes y mejor entrenados permite a los científicos ahorrar tiempo en sus investigaciones con simulaciones más acertadas.
Buena prueba de que gracias al motor de AI se está avanzando en este terreno es el descubrimiento de nuevas vacunas basadas en ARNm contra la alopecia, contra el colesterol alto, o contra el melanoma.
No cabe duda que todavía queda un largo camino de desarrollo para encontrar una vacuna para el VIH o métodos de diagnóstico precoz basados en IA, pero en un solo mes de 2024 ya se han comenzado a ver importantes avances en ese sentido.
De la Ley de Moore a la Ley de NVIDIA. Uno de los secretos para la espectacular escalada en la cotización de NVIDIA –y de sus directivos— ha sido el buen rendimiento sus chips en materia de inteligencia artificial. Ese dominio absoluto del mercado del procesado para IA ha sacudido los cimientos de la industria de fabricación de chips, que ha hecho despertar a sus protagonistas del sueño autocomplaciente en el que llevaban años sumidos.
De nuevo, Bill Gates no se equivocaba en su afirmación de que la IA será el principal vector de desarrollo de 2024, pero también de la próxima década. La alta demanda de chips para IA ha provocado que Intel y AMD dejen de mirarse por el rabillo del ojo con una batalla de mínimos en sus procesadores para ordenadores o de gráficos para juegos, y pongan el foco en desarrollar chips optimizados para la IA.
En Xataka | La paradoja de Bill Gates: luchar contra el cambio climático a bordo de un jet privado
Imagen | Lukasz Kobus
via Robótica e IA - Xataka https://ift.tt/ZvHe5r9
No hay comentarios:
Publicar un comentario