Ten cerca a tus amigos, pero ten más cerca a tus enemigos. La frase ha sido tradicionalmente atribuida de forma errónea a Sun Tzu, pero sí sabemos que Mario Puzo y Francis Ford Coppola la usaron en 'El Padrino II' en 1974. Y desde entonces —y probablemente mucho antes— se ha convertido en uno de los mantras en el mundo empresarial.
Microsoft, por ejemplo, hizo bueno ese refrán al invertir 10.000 millones de dólares en OpenAI en 2023. De hecho, se estima que la inversión total en estos momentos asciende a 13.000 millones de dólares.
La relación entonces parecía fantástica, y de hecho Nadella tuvo un papel importante en el escándalo que rodeó a Sam Altman —cofundador de OpenAI— en noviembre de 2023. Lo apoyó e incluso le ofreció trabajo, y aquello parecía dejar claro que la alianza había salido fortalecida.
Hoy eso ya no está tan claro. Hace unos días OpenAI lanzaba SearchGPT, su propio buscador, y planteaba así un competidor tanto para Google como para el propio buscador de Microsoft, Bing.
Eso no parece haber gustado demasiado en Redmond, y la relación como afirman en CNBC, se ha complicado. En su informe anual, Microsoft ha añadido a OpenAI en la lista de competidores en la que también están Amazon, Apple, Google y Meta. Lo ha hecho en dos apartados: el desarrollo de la IA y las búsquedas:
"Nuestras ofertas de IA compiten con productos de IA de hiperescaladores como Amazon y Google, así como con productos de otros competidores emergentes, como Anthropic, OpenAI, Meta y otras ofertas de código abierto, muchos de los cuales también son socios actuales o potenciales.
Nuestro negocio de búsqueda y publicidad de noticias compite con Google, OpenAI y una amplia gama de sitios web, plataformas sociales como Meta y portales que proporcionan contenidos y ofertas en línea a los usuarios finales".
Un portavoz de OpenAI explicaba en CNBC que la relación entre ambas empresas no ha cambiado y que su alianza se estableció a sabiendas de que acabarían compitiendo. Y aun así, las cosas se están comenzando a enmarañar.
No solo por el movimiento de OpenAI con SearchGPT o la competencia entre ChatGPT y Copilot, sino por los últimos cambios en Microsoft, que fichó a Mustafa Suleyman —cofundador de DeepMind y de Inflection AI— para liderar su división de IA .
Ambas empresas mantienen desde luego una alianza llena de delgadas líneas rojas. Microsoft por ahora depende del LLM GPT-4 de OpenAI para todos sus "copilotos", pero al mismo tiempo no para de trabajar en sus propios grandes modelos de lenguaje.
Están trabajando tanto en modelos "pequeños" para PCs, portátiles y móviles —ahí es donde entra Phi-3— como en grandes modelos que compitan con GPT-4. Hace poco supimos de la existencia de MAI-1, que teóricamente rivalizará con GPT-4, Gemini o Claude 3.5.
Mientras tanto, OpenAI tuvo un feo detalle al anunciar GPT-4o. Esta nueva versión de su LLM nos sorprendió por su capacidad para hablar de forma natural, pero curiosamente en las demos de producto usaron el iPhone y los Mac de Apple. De Windows, el producto de su gran aliado, nada. La presentación posterior de Apple Intelligence demostró que aquí OpenAI estaba jugando a dos bandas.
Así pues, la inversión de Microsoft en OpenAI parece ser tan solo una cuestión de necesidad: Microsoft necesitaba a OpenAI, y OpenAI necesitaba a Microsoft. Y lo que están intentando ambas, es precisamente eso.
No necesitarse.
Imagen | Microsoft
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