Cuando Elon Musk retiró su demanda contra OpenAI y Sam Altman sin explicación alguna el pasado mes de junio señalamos que nada le impediría reanudar su lucha en los tribunales tiempo más tarde. Después de casi dos meses de tregua, el empresario ha vuelvo a demandar a la compañía de inteligencia artificial (IA) y a su director ejecutivo.
El texto anterior había sido presentado en un tribunal estatal de California, mientras que el nuevo tiene curso en un tribunal federal del mismo estado. Una vez más, Musk dice que la empresa que cofundó antepuso las ganancias y los intereses comerciales al bien público, rompiendo así con los principios fundacionales de “beneficiar a toda la humanidad”.
La demanda de Musk contra OpenAI
La demanda asegura que Musk invirtió decenas de millones de dólares en OpenAI y reclutó a los mejores científicos creyendo en la promesa de Altman y Greg Brockman de que se mantendrían un esquema sin ánimos de lucro. En 2019, sin embargo, la compañía decidió tomar un camino diferente cuando anunció la creación de una estructura de "beneficio limitado”.
A partir de ese momento, la estructura quedó integrada por la organización sin ánimos de lucro, OpenAI, Inc., y la organización con ánimos de lucro, OpenAI Global, LLC. Este último brazo es el que permitió a Microsoft invertir unos 13.000 millones de dólares en la compañía de IA y cerrar un acuerdo para usar su tecnología en varios de sus productos.
En los últimos meses hemos visto como los modelos de lenguaje de OpenAI como GPT-4 han impulsado el asistente de IA Microsoft Copilot presente en el buscador Bing, las soluciones ofimáticas Microsoft 365 y hasta el sistema operativo Windows. Asimismo, como estos modelos se entrenan y ejecutan desde la infraestructura en la nube Microsoft Azure.
"El caso de Elon Musk contra Sam Altman y OpenAI es una historia de libro de texto de altruismo contra codicia. Altman, en concierto con otros demandados, cortejó y engañó intencionalmente a Musk, aprovechándose de la preocupación humanitaria de Musk sobre los peligros existenciales que plantea la inteligencia artificial", dice parte del texto de 81 páginas.
El desacuerdo entre Elon Musk y Altman
Una de las misiones de OpenAI era desarrollar una AGI (Inteligencia artificial general) para beneficiar a la humanidad. ¿El problema? Desarrollar tal IA iba a costar mucho, pero mucho dinero. Fue entonces que entre 2017 y 2018 se puso sobre la mesa una posible colaboración entre OpenAI y Tesla para resolver el creciente problema de financiación.
Aquí, precisamente, hay opiniones diferentes. Por un lado, OpenAI dice que Musk quería una fusión con Tesla o el control total de la compañía de IA. Musk, por su parte, señala que Brockman sugirió la idea de acercarse a Tesla para conseguir dinero como una forma de mantener a la compañía “en buenas manos y conservando su misión”.
Qué busca Musk con su nueva demanda
Musk, como mencionamos arriba, acusa a la compañía de IA y a su director ejecutivo de haber roto con sus principios fundacionales al adoptar un enfoque comercial. Producto de esto, busca una medida judicial que deje sin efecto el acuerdo entre OpenAI y Microsoft, privándole a la compañía de Redmond a utilizar sus modelos de lenguaje.
No sabemos en qué acabará todo esto. La demanda anterior, por ejemplo, fue retirada un día antes de que el juez escuchara la solicitud de desestimación del caso por parte de OpenAI. Reuters señala que una victoria para Musk podría traducirse en problemas para Microsoft, que sostiene parte de sus servicios con los modelos de lenguaje de OpenAI.
Ahora bien, algo está cambiando entre OpenAI y Microsoft. La compañía de Redmond no solo está trabajando en sus propios proyectos de IA, sino que también ha añadido a la firma liderada por Altman como uno de sus competidores. Y lo ha hecho en dos apartados: el desarrollo de la IA y las búsquedas.
Imágenes | Steve Jurvetson | Village Global
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