viernes, 20 de enero de 2023

La innovación tecnológica al frente la Inteligencia Artificial, oportunidades y riesgos

Hoy os quiero proponer con algunas actualizaciones el tema y en parte el contenido de un articulo que escribí en el mayo de 2017 en 'Noticias Cuatro' sobre el futuro de la humanidad. Una breve reflexión que, después de un paréntesis casi tres años de una pandemia devastadora y un año de guerra que está revolucionando equilibrios y economías, vuelve a ser absolutamente actual porque la Inteligencia Artificial es el terreno de juego de la competición entre las dos grandes potencias mundiales que proyectan ya su despliegue al espacio. El desarrollo tecnológico es imparable y sigue viajando a velocidad exponencial. La disrupción ha llegado a todas las actividades personales y empresariales creando nuevos entornos de entretenimiento, de negocios y nuevas costumbres. La necesidad de compensar, por ejemplo, la ausencia física en las empresas a causa de 'block down' pandémico ha ampliado el conocimiento y la utilización de la tecnología, añadiendo a la operatividad empresarial el trabajo a distancia . Bien, la disrupción sigue y hoy tiene como elemento central el desarrollo de la inteligencia artificial. Se mueven los grandes Unicornios, se lanza el Metaverso, se habla de Inteligencia Artificial generativa ya empiezan a verse plataformas de Inteligencia Artificial que permiten al usuario, elegido un tema, de generar autónomamente los relativos contenidos, artículos o presentaciones . La robótica al mismo tiempo ha empezado a sustituir el trabajo de los humanos. El único aspecto nuevo que hoy resulta más evidente y que debemos considerar, en particular, los europeos después de esta desagradable experiencia de la guerra, es que todo estos nuevos horizontes tecnológicos no son exentos de un alto consumo de energía. Es verdad que la tecnología puede ayudar a generar eficiencia, pero esto no resuelve la urgente necesidad de independencia energética europea cuanto más indispensable para seguir el paso y la evolución de la innovación «virtureal». Se han hecho muchos estudios: un estudio del Foro Económico Mundial precedente a la Pandemia, decía que si un 8% de los puestos de trabajo hubieran sido sustituidos por robots, en 2020 este porcentaje se hubiera elevado al 26%. Según otro estudio de la época, McKinsey estimaba que con los avances tecnológicos, en Estados Unidos, se podían automatizar el 45% de las tareas existentes. En la misma línea, un informe de la Universidad de Oxford que decía que en los próximos 20 años serán reemplazadas por robots 700 profesiones (el 47% de las actividades en las que trabaja la Población Económicamente Activa). Esto significa 1.600 millones de puestos de trabajo. La posibilidad de que estas previsiones sigan actuales y se están ya realizando se basa en el gran avance de la tecnología, en la disponibilidad de una enorme cantidad de informaciones («el big data»), en la necesidad de una mayor eficiencia y mejora de la productividad. Esta son las preguntas a las cuales después de 5 años todavía no se hado respuesta: ¿Será sostenible un mundo en que la población mundial seguirá aumentando y con ella la esperanza de vida, mientras que la inteligencia artificial irá sustituyendo buena parte de la actividad humana? Si es esperable que la inteligencia artificial mejorará la productividad, aportando una reducción de los costes y entonces de los precios de productos y servicios, entonces, ¿qué pasará con las personas, con su trabajo? Y una pregunta más: ¿la importante cantidad de puestos de trabajo que se perderán con el uso de la inteligencia artificial será compensada por las nuevas profesiones hijas de esta cuarta revolución industrial? Las tesis son distintas y dependen de los países que se analicen. Por ejemplo, en los países más desarrollados se han vivido otras revoluciones y siempre en cada una de ellas se ha dudado de un saldo positivo entre puestos de trabajo perdidos y nuevos. Pero al final, los nuevos trabajos han compensado los perdidos. Si fuese así también en nuestros tiempos, la pregunta es, ¿quién tiene más riesgo de perder el trabajo y cuáles serían los nuevos trabajos? Según varios estudios de los años pasados que están reafirmados hoy, las personas que más riesgo tienen de perder el trabajo son las que tienen menor nivel de conocimiento, mientras que las personas con más nivel tienen más oportunidades de no perderlo siempre que su formación sea continua. Con respecto a los nuevos empleos, según algunos estudios del año '17 que considero absolutamente actuales, el Observatorio de demografía y diversidad del IE, liderado por el Prof. Rafael Puyol, indicaba que los sectores que hubieran liderado la contratación eran: a) El sector tecnológico y de I+D+I b) La salud y el bienestar c) El turismo y el ocio d) La energía e) La ingeniería ambiental f) Biotecnología y la ingeniería genética g) La formación Mientras que las profesiones emergentes serian: 1) Consultores de aplicaciones informáticas 2) Los growth hackers 3) Programadores de aplicaciones móviles 4) Responsables de seguridad informática 5) Expertos en learning analitics 6) Gestores «cloud». A diferencia de lo que ocurría en el pasado estar en las nubes va a ser muy ventajoso. 7) Ciberabogados 8) Nanomédicos o médicos ingenieros 9) Técnicos sociosanitarios 10) Neuropsicólogo empresarial 11) Médicos personales 12) Investigadores educativos 13) Abogados matemáticos 14) Arquitectos informaticos 15) Artistas digitales 16) Expertos en 3D 17) Expertos en robótica y mecatrónica Estas previsiones ya son una realidad, reformar en la forma y sobre todo en la substancia el actual sistema educativo es urgente. Dotar a los jóvenes de las herramientas necesarias para las nuevas profesiones es una prioridad. Al mismo tiempo, las personas que ya trabajan tendrán que alinear constantemente sus competencias a los nuevos perfiles demandados para no perder el trabajo o, si lo pierden, necesitarán nueva formación para volver a recuperarlo. Más complicado sería si los nuevos trabajos no compensaran a los nuevos. Esta hipótesis determinaría un grave problema que ya hoy vemos claramente: cómo asegurar la supervivencia de quien pierde el trabajo sin poderlo recuperar fácilmente o de quién no lo encuentra. ¿Sería sostenible reducir el horario de trabajo manteniendo los salarios para que trabaje más gente? ¿Sería sostenible un ingreso de supervivencia a pesar de su alto coste? Como dijo Bill Gates a Davos, ¿los robots pagarán la seguridad social a los humanos? No cabe duda que estos son los temas de nuestros días. Es ahora cuando tenemos que planificar y prepararnos para lo que viene, si no la velocidad exponencial de los avances tecnológicos podrían cogernos desprevenidos. Sobretodo es ahora cuando, con el avanzar de la Inteligencia Artificial y de sus extensiones generativas, tenemos que aumentar nuestra conciencia sobre el utilizo de la tecnología . Tenemos que considerar los beneficios en términos de eficiencia y de nuevas oportunidades de servicios pero también los riesgos derivados de la utilización que se puede hacer de las informaciones que generamos empezando desde nuestro comportamiento hasta nuestro pensamiento para manipular informaciones y conciencias. Un nuevo mundo donde la poca desarrollada conciencia crítica, que es la única a dar la supremacía del ser humano sobre la tecnología, no será suficiente. Este mundo todavía poco explorado y difícil de ordenar necesitará que el derecho haga su parte. Gracias por vuestra atención.

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