La incógnita es si el rover que amartizó en enero de 2004 en el planeta rojo podrá, tras recargar su baterías, iniciar automáticamente los procedimientos de recuperación.
El equipo en Tierra ha desarrollado un plan en dos pasos para tener “la más alta probabilidad” de comunicarse con el rover y volver a ponerlo en línea, según la información de la página web de la Nasa.
Por el momento, la opacidad atmosférica (TAU) es del 1,7, un nivel que llegó a alcanzar un máximo sin precedentes de 10 en el peor momento de la tormenta marciana, y se espera que en las próximas semanas se sitúe por debajo del 1,5.
En ese momento, los expertos comenzarán un periodo de “intento activo” para comunicarse con el robot, para lo que le enviarán órdenes a través de las antenas de la Red de Espacio Profundo de la Nasa, según las explicaciones en la web del gerente de proyectos de Oppotunity en el Laboratorio de propulsión a reacción de Pasadena, en California, John Callas.
Oscura y perpetua noche
Por el momento nadie sabe en qué estado se encuentra el rover, que pasó por “una oscura, perpetua noche”, según describió la tormenta el pasado junio Callas en una rueda de prensa.
Aquella polvareda de dimensiones galácticas pusieron a Opportunity en modo ahorro de energía, que suspende la mayoría de sus funciones, pero además debe mantener calientes las baterías para que puedan sobrevivir en el gélido ambiente de Marte.
El periodo de escucha activa ante cualquier comunicación del rover se mantendrá 45 días y si tras ese periodo continúa el silencio “el equipo se verá forzado a concluir que el polvo que bloqueó la luz solar y el frío marciano han conspirado para originar algún tipo de fallo de cual es muy probable que no se recupere”, señala Callas en la web de la Nasa.
Si ese fuera el caso, los expertos mantendrían “durante varios meses” una segunda fase de “escucha pasiva”, por si la gran cantidad de polvo almacenada sobre los paneles de la máquina fuera la causa del bloqueo, aunque es una posibilidad que consideran “improbable”, y algún fenómeno meteorológico pudiera limpiarlos.
El administrador asociado de la dirección de misiones científicas de la Nasa, Thomas Zurbuchen, aclaró en su Twitter que aunque no se reciban señales de “Oppy” -como llaman al rover familiarmente- tras 45 días, la Nasa “no cancelará los esfuerzos de recuperación”, sino que se revisará la situación, con la opinión de los expertos.
“Oppy, seguimos escuchando y trabajando activamente para recuperarte. Por favor, telefonea a casa. Todos nosotros @NASA te apoyamos”, animó Zurbuchen al rover vía las redes sociales.
Cautelosamente optimistas
La situación es incierta pero el equipo es “cautelosamente optimista”, pues en sus casi 15 años de servicios en Marte Opportunity conoce bien lo que es superar vicisitudes. El rover perdió el uso de la dirección delantera derecha en 2005 y de la izquierda en 2017 y su memoria flash de 256 megabytes ya no funciona.
Además, sus componentes han ido mucho más allá del periodo de garantía, pues Opportunity fue construido para una misión de 90 días y para caminar no más de un kilómetro, aunque ya lleva recorridos 45. Todo ello con el objetivo de buscar respuestas a la historia del agua en Marte.
Ahora solo queda esperar a que, como el extraterrestre de la famosa película, Oppy acabe llamando por teléfono a su casa. EFEfuturo
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