viernes, 10 de mayo de 2024

Sam Altman no trae buenas noticias sobre el impacto de la IA en el empleo: “Es un problema enorme, enorme”

Sam Altman no trae buenas noticias sobre el impacto de la IA en el empleo: “Es un problema enorme, enorme”

A estas alturas ya nadie duda que la IA es uno de los mayores avances en materia tecnológica de los últimos 50 años. Sin embargo, todavía no se sabe con certeza el impacto real de la inteligencia artificial en la economía o en la gestión de las empresas.

Sam Altman, CEO de OpenAI, no parece muy convencido de que el mundo haya comprendido el alcance de la tecnología que alimenta a modelos de inteligencia artificial como su ChatGPT.

En una entrevista para Brookings Institution a principios de semana, Altman afirmó que el impacto de la IA en la economía debería ser una preocupación prioritaria para la ciudadanía. “Tengo miedo de que no nos lo estemos tomando lo suficientemente en serio”, declaraba el responsable de OpenAI.

Sam Altman recuerda que no se puede obviar el impacto de IA

"Lo que más me preocupa ahora mismo es la velocidad y la magnitud de los cambios socioeconómicos y sus repercusiones", haciendo referencia a la baja intensidad que están teniendo los debates sobre las implicaciones económicas y laborales de la IA con respecto al año pasado.

En opinión del fundador de OpenAI, tras la expectación del lanzamiento de ChatGPT 4.0, el debate sobre las implicaciones de esta tecnología en áreas como la destrucción de puestos de trabajo perdió interés. “GPT-4 no tuvo un gran impacto detectable en la economía, así que la gente se quedó en plan: ‘Bueno, quizás estábamos demasiado preocupados por eso, y eso no es un problema”, dijo Altman. “Me temo que en el futuro no nos lo tomaremos lo suficientemente en serio, y es un problema enorme”.

Un reciente estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI) reveló que la IA podría afectar alrededor del 60% de los empleos en países con economías avanzadas, y se estima que dejaría un 50% de los puestos susceptibles de ser automatizados.

Esto podría traducirse en menos contrataciones para puestos menos especializados y salarios más bajos. El informeGenerative AI and the future of work in America’ elaborado por McKinsey, estima que casi 12 millones de trabajadores estadounidenses podrían necesitar cambiar de trabajo para 2030 motivados, directa o indirectamente, por la implantación de la IA generativa.

Los empleados ya sienten el impacto de la IA en determinados empleos susceptibles de automatización por la llegada de los chatbots basados en IA. Sin embargo, la otra cara de la moneda de la IA es que, aquellos que saben utilizar la IA, pueden ahorrar tiempo, aumentar la productividad y abrirse nuevos caminos profesionales.

Más de una destrucción de empleo como tal, lo que los análisis sugieren va más en la línea de un desplazamiento de las capacidades laborales. El informeNew Technologies and Jobs in Europe’ elaborado por el Banco Central Europeo, sugiere “efectos entre neutros y ligeramente negativos” sobre los ingresos de los trabajadores”.
“Históricamente, las olas de innovación se han asociado con la ansiedad sobre el futuro del empleo”, indica el informe del Banco Central Europeo. Se espera que la IA tenga un triple efecto sobre la política laboral:

  • De desplazamiento, por la automatización de las tareas.
  • Incremento en la productividad, al optimizar los procesos de fabricación.
  • De recolocación, al sustituir un determinado perfil de empleo, por otros nuevos que responden a la implementación de nuevas tareas de creación, control y gestión de esa IA.

Algo más pesimistas son las estimaciones del estudio ‘IA y mercado de trabajo en España’ de Randstad, que calcula que la inteligencia artificial destruirá dos millones de puestos de trabajo, que se compensarán con la aparición de 1,6 millones de nuevos empleos, dejando un balance negativo de 400.000 empleos en el mercado laboral español.

“Con la IA vamos a experimentar una nueva revolución económica, ya que se estima que a nivel global el 18% del trabajo podría estar más o menos afectado por la automatización y el PIB mundial podría aumentar en un 7% como consecuencia del impulso a la productividad laboral”, señala Valentín Bote, director de Randstad Research.

En Xataka | El dilema de Sam Altman: odia el teletrabajo, pero adora el silencio, el menor coste laboral y la retención de talento

Imagen | Flickr (TechCrunch)



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