lunes, 20 de febrero de 2017

«Con los televisores OLED conseguimos hacer algo que los demás creían imposible»

Tiene 49 años y un gran futuro por delante. Desde hace dos, Jaime de Jaraiz es presidente de LG en España y Portugal, y es la única persona no coreana dentro de esa compañía que ha llegado a ostentar ese cargo. De formación humanista, su padre, el célebre el pintor extremeño Jaime de Jaraiz, miembro de la Real Academia de Extremadura y fallecido en 2007, ha tenido siempre una enorme influencia sobre él. Y un interés por la tecnología que también terminó por contagiar a su hijo. Con el televisor más revolucionario de los últimos tiempos recién lanzado al mercado, LG se ve envuelta, sin quererlo, en una agria polémica con algunos de los mayores fabricantes de televisores LED. Algo que, para Jaraiz, «es absurdo, porque ambas tecnologías no tienen nada que ver». En esta entrevista, el presidente de LG desvela cuáles son las líneas maestras por las que se moverá el futuro inmediato, desde la imagen a la telefonía, la inteligencia artificial o el coche del futuro. Y explica por qué la tecnología OLED es una auténtica revolución. Es usted toda una excepción dentro de LG. De hecho, es el único de los 50 presidentes de la empresa que no es coreano. ¿A qué cree que se debe? En el mundo coreano puede que una de las mayores dificultades sea la barrera del idioma. En el cuartel general de Seúl no todos hablan inglés, ni se sienten cómodos con el inglés. Por eso, a la hora de nombrar al máximo responsable de un país, es lógico que ellos confíen más en alguien con el que puedan comunicarse sin problemas. El cargo de presidente conlleva mucha responsabilidad. La cultura coreana, la oriental en general, es una cultura diferente. Cuando se envía a alguien a dirigir una subsidiaria, suele ser alguien bien conocido en la casa, que lleva en ella muchos años y que ya ha desempeñado diferentes cargos. ¿Y entonces por qué es usted presidente? Por un lado, porque ya llevo doce años en la compañía… Es cierto que entre 50 presidentes de la compañía en todo el mundo yo soy el único no coreano, y eso es un privilegio y una gran muestra de confianza por parte de LG. Lo que sí hay son ya varios directores generales que son nativos de sus países, pero no presidentes. ¿Cómo encaja usted, como español, en esa cultura tan diferente que me comenta? Pues muy bien, la verdad. Y es que, paradójicamente, los coreanos son muy parecidos a los españoles, aunque pueda parecer lo contrario. Los coreanos son los españoles de Asia. Es decir, ocupan en Asia el mismo lugar que nosotros ocupamos en Europa. Son de sangre caliente, tienen carácter, pero al mismo tiempo son muy afables. En el trato cercano, cuando se han roto ya las barreras interculturales, ellos se muestran como son realmente, y la verdad es que son muy parecidos a nosotros, afables, muy amigos de sus amigos… Cuando son amigos tuyos, lo son de por vida, algo que es muy español. Dicen que los japoneses son los alemanes de Asia. Pues bien, si eso es cierto, los coreanos son los españoles del continente. Y yo, por mi forma de ser, he encajado muy bien con ellos. Sé que es usted un buen lector, que le gusta estudiar otras culturas, que le apasiona la novela histórica… ¿Qué lee usted aparte de novedades tecnológicas e informes profesionales? Pues yo leo todo lo que cae en mis manos, aunque confieso que la novela no me gusta. Todo lo que no tenga un fondo de realidad me aburre enseguida. La novela histórica me gusta porque, a pesar de estar novelado, aprendes historia, cosas que han ocurrido realmente. También me gustan las biografías, conocer lo que otros han tenido que pasar en sus vidas. Prefiero, por ejemplo, leer una biografía de Hitler que una historia inventada sobre un robo en la Segunda Guerra Mundial. Usted es también muy deportista, ha jugado al fútbol, le gustan las motos… Si. En motos llegué a competir, fui tercero en la Copa de España de Mini motos de 1999, y eso que no tenía ni un duro para poder correr… Siempre iba en unas condiciones de inferioridad importantes. Empecé desde pequeño a montar, con una moto que me compraron mis padres, una especie de Vespino. Luego me compraron una Puch Cobra, y vi que el motocross se me daba muy bien. Les pedí que me compraran una moto para correr. Y me la compraron, pero con la condición de que nunca tuviera una moto de carretera. Vamos, que nunca en la vida montara en una moto fuera del circuito. Me lo pensé y dije que sí. He corrido toda mi vida, pero nunca he tenido, ni voy a tener, una moto de carretera, aunque me apetece un montón… Pero las promesas están para cumplirlas. Ahora que cita a sus padres… Su padre, Jaime de Jaraiz, fallecido en 2007, era un pintor y un músico muy conocido, miembro de la Academia de Extremadura, así que supongo que su formación fue mas de Letras que de Ciencias. ¿Cómo pasó de ahí al mundo de la tecnología? Pues es que mi padre era más tecnológico que yo. A mi me gusta la tecnología, pero no soy una persona a la que le apasionen los cacharros. No me seducen. Los utilizo como una herramienta, que es cómoda y que te facilita la vida. Pero no voy siempre buscando lo último en tecnología. Mi padre, sin embargo, sí. Él era muy innovador, y con setenta años estaba fascinado por la informática e Internet, de hecho sabía más que yo… Mi padre era un pintor realista, pintaba paisajes, maternidades, bodegones, retratos… y en su última época empezó a utilizar ordenadores para imprimir una especie de grecas dentro del lienzo para pintar después encima. Siempre ha sido muy innovador, bastante más que yo, y a mi me llega el mundo de la tecnología por eso. Después empecé a trabajar en el mundo de la tecnología y me gustó. ¿También su madre estaba relacionada con el arte? No, pero ella es la que hizo posible todo. Si no hubiera sido por mi madre, mi padre no habría sido lo que fue. Por ejemplo, cuando le llamaban para una entrevista, no le interesaba lo más mínimo si no creía que tenía alguna historia que contar, o si no le gustaba la persona que le iba a entrevistar. Nunca se movió solo para darse más a conocer o hacerse publicidad. Hacía entrevistas solo si le gustaba la persona con la que iba a interactuar, nunca por vanidad. Yo me di cuenta de la verdadera dimensión de mi padre en su funeral. Me impresionó la cantidad de amigos y de gente que asistió. Y yo mismo descubrí muchas cosas suyas porque me las contaros después sus amigos… Entre esos amigos estaba también, José Miguel Santiago Castelo, poeta extremeño, subdirector de ABC y presidente de la Academia de Extremadura… Falleció hace poco y era toda una institución en el periódico… Sí, le conocía muchísimo, desde pequeño, igual que mi hermana. Castelo fue uno de los mejores amigos de mi padre, y de mi madre. Y cuando mi padre falleció, José Miguel se portó muy bien con mi madre y con toda mi familia.. Era muy cariñoso, tengo mil recuerdos de él, muy cercanos. Volvamos a LG. Lleva usted doce años en la compañía y antes de su cargo actual, ya fue presidente en Canadá. ¿Por qué se marchó tan lejos? Justo antes de irme yo era vicepresidente aquí, en España. No buscaba irme… En 2005 yo era responsable de televisores, de la gama marrón. Luego pasé a ser director comercial y después vicepresidente, cargo que ejercí durante un año. Llevaba mucho tiempo en las quinielas para ser presidente en algún país, siempre que se iba alguno mi nombre sonaba para sustituirlo. Aunque al final, quizá porque era aún demasiado joven, nombraban a otro. Pero en 2013, en abril, de dijeron que se iba el presidente de Canadá y que si quería podía sustituirlo. Me dieron muy poco tiempo para pensarlo, Consulté con la familia y decidimos irnos todos para allá. Fue una de las mejores decisiones que pude tomar y una experiencia increíble para la familia. Estuvimos allí dos años. Iba a estar cuatro años, pero al presidente de España le ascendieron y cambió de división en la empresa, se fue a la parte de cosmética, para impulsar su expansión internacional. Me dieron a elegir entre cubrir la vacante o seguir en Canadá el tiempo previsto y después, quizá, ir a algún otro país. Así que decidí volver. Mi familia se quedó allí ocho meses más, para que los niños terminaran el colegio, así que durante ese tiempo me tocó vivir solo. ¿Qué es lo que hace exactamente un presidente? El otro día leí una definición que me gustó: conseguir los objetivos de una compañía a través de otros. Nadie puede hacer nada solo. Por eso, tener un buen equipo es fundamental. Pero si es ese equipo el que consigue los objetivos. ¿qué hace el presidente? Es el que hace que las cosas funcionen, que la gente esté a gusto dentro de la compañía… Es decir, ¿se trata más bien de funciones internas? Depende de las empresas. En mi caso, tengo tanto funciones internas como externas. Yo intento representar a la empresa en todo lo que hago, porque creo que tenemos una historia que contar. En LG no somos una empresa normal. Somos especiales y tenemos muchos valores que queremos compartir con la sociedad. Somos una de las pocas empresas del mundo que tienen una sonrisa en su logo, y un eslogan tan positivo como el de «La vida es buena» (Life is good). LG busca la innovación con el objetivo de mejorar la vida de las personas. Pero eso no es más que un mensaje de márketing… No, de verdad que no. La pregunta ¿Considera que LG es una empresa honesta? ¿Y como se sustenta ese mensaje tan positivo? Siendo la cara amable de la tecnología. Los clientes y consumidores son, desde siempre, lo más importante para LG. Cuidamos muchísimo a la gente, a las personas. El trato y el servicio son exquisitos. Esa es nuestra filosofía, nuestro ADN. En la empresa tenemos una estrategia, llamada «LG way» (El camino de LG) que define nuestra propia cultura. Creemos en las personas, tenemos una cultura ética muy potente, creo que muy superior a la de otras empresas… ¿Cómo se materializa todo eso? Haciendo lo correcto. ¿Incluso cuando lo correcto va en contra del beneficio? Sí, se lo aseguro. Yo he estado en varias empresas, desde Caja Madrid a Danone o Philips, y le puedo asegurar que lo que he visto en LG no lo he visto en ninguna otra parte. LG es una empresa que es capaz de tomar decisiones que van en contra de sus intereses, a favor de clientes y consumidores. Hasta ahí llega el compromiso de hacer lo correcto. ¿Considera que LG es una empresa honesta? Si, profunda y absolutamente honesta, tanto con los consumidores como con sus propios trabajadores. Y en estos tiempos en los que parece que todo vale con tal de vender un poco más, LG mantiene sus valores y sobrevive porque hace muchas cosas bien y porque tiene un espíritu muy innovador. ¿Qué significa exactamente eso? Por supuesto, hay negocios que se nos dan mejor que otros. En el de televisores, por ejemplo, con el nuevo Signature Oled W7 tenemos la mayor innovación que se ha visto en años en el mundo de la TV. Pero incluso en negocios en los que hemos tenido menos éxito, como sucedió el pasado año con telefonía, nadie puede decirnos que esa falta de éxito nos llegue por no innovar. Recuerde que nuestro G5 es el primer móvil modular que existe, y nos arriesgamos a hacer algo que nadie había hecho nunca, un móvil del que podías quitar piezas y sustituirlas por otras que lo convertían en una cámara, en un aparato de música, etc. Dentro de la telefonía, somos los que más innovación hemos llevado al mercado. «Estamos trabajando en móviles con pantallas OLED ultrafinas, que sean wearables, es decir, que se puedan llevar encima, o en materiales, como ciertos tejidos, que no parecen pantallas, pero que al meterles una corriente eléctrica se conviertan en pantalla» Hace unos años, usted me dijo en otra entrevista que en el futuro todos los móviles serían curvos… Y lo mismo no me equivocaba… Aunque ahora nosotros no tengamos ya teléfonos curvos, hay muchas firmas que sí los tienen y con bastante éxito. Y dentro de poco, cuando las pantallas sean flexibles, habrá muchos grados de curvatura, y nosotros fuimos los primeros, en 2015, que lanzamos un teléfono con pantalla curva y flexible. En el futuro, los teléfonos ya no serán sólidos y con bordes, como los de hoy. Nosotros estamos en ello… ¿Sí? ¿Y para cuándo? Puede que en un par de años. Estamos trabajando en móviles con pantallas OLED ultrafinas, que sean «wearables», es decir, que se puedan llevar encima, o en materiales, como ciertos tejidos, que no parecen pantallas, pero que al meterles una corriente eléctrica se conviertan en pantallas… Ya que ha citado usted OLED, pasemos a los televisores. Su última creación, el Signature OLED W7, parece casi de ciencia ficción… Si, es un televisor magnífico, y tan fino (apenas 2,7 mm.) que se puede pegar a la pared. Cuando está instalado apenas sobresale… Lo presentamos el pasado enero en CES, la feria tecnológica de Las Vegas, y allí ese televisor se llevó más de veinte premios, entre ellos el de la mejor innovación del CES, el «Best of the Best». Cierto. Sin embargo, parece que estamos en medio de una auténtica guerra entre televisores, OLED contra LED, que también están evolucionando mucho… Algunos dicen que los LED han llegado incluso a superar en calidad a los OLED. El resultado es que los consumidores están hechos un verdadero lío. ¿Cómo les explicaría usted lo que está pasando? El consumidor tiene que entender que hay dos tipos de tecnología en el mundo de la televisión. La tecnología LCD y la tecnología OLED. Y que ambas son totalmente diferentes. ¿Dónde están esas diferencias? La tecnología LCD necesita retroiluminación, es decir, una fuente de luz trasera que ilumine los píxeles para que muestren los colores y las imágenes. Las pantallas están hechas de varias capas. Esa luz trasera pasa a través de esas capas y «pinta» los colores y las imágenes que vemos. Todos esos televisores son LCD. Ahora se les llama LED porque en lugar de tener lámparas fluorescentes en la parte trasera del televisor, la iluminación se hace con bombillas LED, más pequeñas y eficientes. A partir de ahí, cualquier innovación que se haga dentro de la tecnología LCD está limitada por esa característica, la necesidad de una retroiluminación. Es decir, no se puede hablar de una nueva tecnología, sino de una evolución dentro de una tecnología ya existente. Tiene sus pros y sus contras, pero hay cosas que, por ser como son, no pueden superar. «Para tener una calidad de imagen óptima, es necesario conseguir que cada píxel sea independiente de los demás. Y en el mundo del las pantallas LCD o LED, como prefiera llamarlas, cada una de las bombillas tiene que iluminar a muchos píxeles» ¿Qué tipo de cosas? Para tener una calidad de imagen óptima, es necesario conseguir que cada píxel sea independiente de los demás. Y en el mundo del las pantallas LCD o LED, como prefiera llamarlas, cada una de las bombillas tiene que iluminar a muchos píxeles, es decir, a muchas «ventanitas» que se abren y se cierran para dejar pasar la luz. Pero esas bombillas tienen que estar siempre encendidas, por lo que aunque algunas de esas ventanitas se cierren, una parte de la luz sigue pasando y hace que los colores no estén bien definidos, e impiden que la pantalla pueda reflejar un negro puro. Siempre hay un cierto resplandor alrededor de los píxeles que impide que el contraste sea óptimo. El negro no es negro al 100%, el blanco no es blanco al 100% y los colores no son puros al 100%. Eso es así siempre, da igual el avance que se haga. Es una limitación insuperable e impuesta por la propia naturaleza de la tecnología LCD. Llegamos entonces a la tecnología OLED… Sí, esa sí que es una auténtica revolución dentro del mundo de la televisión y la imagen. La diferencia es que no necesita una fuente de luz externa, es decir, que no tiene retroiluminación. Todos los píxeles son independientes y auto luminiscentes. Es decir, al recibir una carga eléctrica se iluminan cada uno por su cuenta. Eso permite que un píxel cualquiera pueda ser totalmente negro mientras los que tiene justo al lado son totalmente blancos. No hay contaminación lumínica de ningún tipo. Es decir, ya no es una luz que viene de atrás y que ilumina muchos píxeles a la vez, sino que cada uno se ilumina de forma independiente, y eso permite que el negro sea negro de verdad, y que el blanco o cualquier otro color sean puros al 100% . En una pantalla LED, por muy buena e innovadora que sea, no se puede conseguir eso porque físicamente es imposible. La pregunta Hay quien dice que ya dispone de ella… Sin embargo, los televisores LED cada vez son mejores. ¿Podrán alcanzar alguna vez la calidad de un OLED? No, porque es físicamente imposible. Solo si se consiguiera que cada uno de los píxeles se iluminara de forma independiente y sin necesidad de una fuente de luz externa que contamine a los demás píxeles sería posible igualar la calidad de una pantalla OLED. Pero esa tecnología todavía no existe. ¿No? Sin embargo hay quien dice que ya dispone de ella… Pues quien diga eso no hace más que confundir al consumidor. Lo que sí existe es una evolución de la tecnología LCD que incorpora una serie de filtros que pueden mejorar el color y la imagen, pero no deja de ser la misma tecnología, basada en bombillas LED que iluminan muchos píxeles a la vez desde detrás de la pantalla. Eso es lo que hay. Cualquier otra cosa son ganas de confundir. Además del OLED, LG trabaja también con pantallas LED… Sí, nosotros también trabajamos con tecnología LCD, y tenemos además la última evolución que existe para ella que es el Super UHD con Nanocell. En esas evoluciones dentro de la tecnología LED también hemos ido un paso más allá. Mientras que otros han llegado a afinar la precisión del píxel hasta varios nanómetros de tamaño, nosotros hemos llegado a un solo nanómetro. Es decir, que como mínimo, nosotros tenemos un 100% más de precisión en cada píxel en nuestros modelos LED que el mejor de los televisores LED de nuestra competencia, aunque ellos la vendan como una tecnología nueva, que no lo es. ¿Durará mucho esta guerra? No, no es una guerra, en absoluto. Son dos tecnologías completamente diferentes y nosotros no competimos con nuestros televisores OLED contra ningún televisor LED. Porque no son comparables. Intentar comparar las dos no hace más que confundir a los consumidores. Otro aspecto, que es importante, es la estética. Nuestro nuevo televisor OLED tiene un grosor de apenas 2,7 mm. Es imposible fabricar un LED tan fino, por el mero hecho de que las bombillas necesitan estar a una distancia mínima de los píxeles para iluminarlos, y también porque los televisores LED necesitan tener muchas capas de filtros, lo que los hace más gruesos. Es incorporando más de esos filtros y capas como las pantallas LED han ido mejorando, pero sólo podrán hacerlo hasta un límite. De todos los televisores que vende LG, ¿Qué porcentaje son OLED? Al ser más caros, los OLED se venden menos que los LED. No le puedo decir el porcentaje exacto, pero es de doble dígito. ¿Bajarán más los precios de los OLED? Los precios ya han bajado, y seguirán bajando a medida que crezca la demanda. Ahora se han incorporado al OLED prácticamente todas las marcas importantes. Nosotros somos el único fabricante mundial de paneles OLED de gran formato, y este año hemos empezado a vendérselos a firmas como Sony o Panasonic. A todos menos a Samsung, que sigue apostando por el LED. Este mismo año, pues, llegarán al mercado televisores OLED de otras marcas, por lo que la oferta crecerá. Y cualquiera de los televisores OLED que aparezcan en el mercado de cualquiera de estas marcas tendrá mejor calidad de imagen que el mejor televisor de LED que haya. ¿Por qué LG es el único fabricante mundial de pantallas OLED para TV? Porque son muy complicadas de fabricar. Otras marcas lo han intentado, algunas varias veces, se han gastado miles de millones en esos intentos y al final no lo han conseguido. ¿Por qué son tan difíciles de fabricar? Es una tecnología muy compleja, que nosotros hemos llevado ya hasta su quinta generación. Y no es fácil llegar a hacerla funcionar. De hecho, como le decía, todas las grandes marcas de la industria lo han intentado, bien directamente o a través de consorcios, pero no lo han conseguido. Algunos, como Samsung, sí que fabrican pantallas OLED de pequeño formato, para los teléfonos, y otros han sacado incluso televisores pequeños, de 15 pulgadas, pero a la hora de hacer paneles OLED de gran formato no han sido capaces de conseguirlos. Al escalar el tamaño, la dificultad se multiplica. Nosotros lo hemos resuelto, ellos no. Entonces será un secreto muy bien guardado… Si, muy bien guardado. Todas las fábricas de OLED están en la propia Corea, no hay ninguna fuera, y todos los procesos están automatizados, de forma que si vas a visitar una de esas fábricas no puedes ver nada. Es un conocimiento en el que la compañía ha invertido muchísimos millones y que no vamos a compartir. Con los televisores OLED, hemos conseguido algo que las demás marcas decían que era imposible conseguir. Cambiemos ahora de tema. Todos sus nuevos productos parecen tener una cosa en común: la inteligencia artificial.Cambiemos ahora de tema. Todos sus nuevos productos parecen tener una cosa en común: la Inteligencia Artificial. Si, es cierto, y en ese campo la evolución va a ser rapidísima. La gran evolución de la sociedad va a estar basada en datos. Ahora mismo, al navegar por internet o al interactuar con cualquier programa muchos datos nuestros se van a la nube. Y esos datos van haciendo un perfil de cada uno y permiten ir haciéndole sugerencias. Pues eso que está ocurriendo ya en el mundo virtual, va a ser exactamente igual también en el mundo real, en nuestra realidad física. Vamos a tener aparatos físicos que interactuarán con nosotros, que se adelantarán a nuestras necesidades y que nos van a hacer la vida mucho más fácil. Cuando lleguemos a casa, estará a la temperatura que nos gusta sin tener ni que pedirlo… Lo que sucede es que llevamos ya muchos años hablando de eso, de la nevera que hace la compra sola, de la lavadora que se puede programar desde el coche, etc. etc… Pero parece que todo eso no llega nunca a aterrizar. Sí, no ha aterrizado hasta ahora porque, aunque los aparatos estaban preparados, no había infraestructuras para hacerlo. Pero ahora eso ha cambiado. La mayoría de las casas tienen wifi y pueden transmitir enormes cantidades de datos. Dentro de poco tendremos 5G y nuestra capacidad de recibir y enviar datos rápidamente se va a multiplicar. Por eso, ahora sí que puedes tener un robot, un asistente doméstico como el que acabamos de lanzar nosotros, un dispositivo que va a hablar contigo, te va a informar de tus citas, te va a decir si has olvidado comprar algo, te va a decir que esperes media hora para salir de casa porque en el camino a tu trabajo ha habido un accidente y hay atasco… Otro ejemplo: tu lavadora te podrá decir que va a retrasar en cincuenta minutos la hora prevista de la colada porque va a llover, y así un largo etcétera de cosas. Las máquinas y los robots nos van a ayudar a que nuestra vida sea mucho más cómoda. Entonces, se puede decir que en este año, 2017, LG ha empezado una auténtica ofensiva en este campo… Si, es correcto. Este año comenzamos una estrategia concreta y basada en dotar de capacidades de inteligencia artificial a todos nuestros productos. Y pretendemos que todas nuestras máquinas se entiendan con todos los sistemas. Es decir, una vez más, facilitar en lo posible las cosas a nuestros clientes. El otro día, presentando una lavadora, una mujer me decía que los hombres nunca leemos las instrucciones. Y ahora nosotros somos la única empresa del mundo en la que te puedes descargar una app en el móvil para la lavadora y pedirle lo que necesitas: ropa delicada, blanca, etc. Luego basta con acercar el móvil a la lavadora y por NFC se transmite el programa de lavado adecuado, sin que hayas tenido que programar ni tocar nada. Suena muy práctico… Sí. Puedes incluso preguntarle a la app cómo se quitan manchas concretas, como las de chocolate, o las de sangre, o las de césped. Seleccionas tu necesidad en la aplicación, pones el móvil encima de la lavadora y, aunque tú no tengas ni idea, se transmiten los parámetros precisos para que se ponga en marcha el programa adecuado. Eso no es futuro, está funcionando ya. Quizá no sepa que el 90% de la gente utiliza mal su lavadora, es decir, lava mal. Ponen siempre el mismo programa, al que están acostumbrados, y en el tipo de lavado que creen que es más suave. Y el consumidor cree que lava mejor comprando un detergente mejor. Pero, paradójicamente, el detergente ayuda, pero el trabajo de lavado quien tiene que hacerlo es la lavadora. Si lavas a mano y no frotas de la manera adecuada, da igual el detergente que uses, porque no va a penetrar bien en la fibra. Por eso, en nuestras lavadoras no tienes que saber nada. Solo decirle al móvil qué tipo de ropa o de mancha quieres lavar, y acercar el teléfono a la lavadora. La propia lavadora tiene muchas funciones, pero nadie sabe cuáles son las combinaciones necesarias para cada caso. ¿Y en el sector de la automoción? ¿Cuáles son los planes de LG? Somos líderes mundiales en fabricación de baterías. Pero en los próximos años vamos a ser una de las empresas de referencia en el mundo de la automoción. Conducción inteligente, baterías, coche conectado, infotaiment… Todas las grandes marcas están ya trabajando con nosotros. Próximamente se lanzará el nuevo Opel Ampera, el primer coche eléctrico de General Motors, y en ese coche el 60% de los componentes son de LG. Toda la electrónica, las baterías, el motor, los asistentes de conducción, etc., son nuestros. Entonces la apuesta de LG en este campo es muy fuerte… Por supuesto que sí. Lo que está sucediendo con el coche conectado se parece mucho a lo que pasó en el mundo de la televisión. En los años noventa, LG vendía en Asia mucho televisor de tubo. En Europa menos, por el volumen de los aparatos. Entonces LG se planteó invertir en la tecnología del futuro. Otros siguieron desarrollando mejores televisores de tubo, que aún admitían mejoras, pero LG se fue a las tecnologías siguientes, que eran el plasma y la LCD. Y gracias a eso, años después, se convirtió en líder mundial en televisores. Con los coches está pasando exactamente lo mismo. Nosotros, hasta ahora hemos sido suministradores de ciertos productos para la automoción, pero resulta que uno de nuestros puntos más fuertes es la industria química, la fabricación de baterías, y estamos liderando lo que será la nueva revolución en esa industria. Lo que va a pasar con el coche eléctrico versus el coche de gasolina se parece mucho a lo que ocurrió, y está ocurriendo ahora, con los televisores. Nosotros estamos en la siguiente tecnología. OLED es como el coche eléctrico, y LCD es como el coche de gasolina, que se puede seguir mejorando, hacerlo más eficiente, que consuma menos, pero que siempre seguirá siendo un coche de gasolina, pase lo que pase. Con LCD ocurre lo mismo, se puede mejorar, hacer que se vea mejor, pero no deja de ser un LCD con sus limitaciones físicas, que son imposibles de superar. E igual que en los televisores, con los coches LG ha decidido invertir en lo que será el futuro, y no en tratar de mejorar lo que ya hay. Ahí será donde tengamos un papel protagonista. En los próximos años, nuestro papel en el coche eléctrico va a ser decisivo, y seremos una referencia en esa industria igual que lo somos ahora en el sector audiovisual con los televisores OLED. Es la misma jugada. Para terminar, ¿cuál es la posición de LG España dentro de la estructura mundial de la compañía? A nivel europeo, España es un mercado muy importante para LG. Si España es la quinta economía de Europa, dentro de LG estamos en el top 3, es decir, dentro de los tres mercados europeos más importantes. ¿Qué grado de libertad de acción tiene usted en España y Portugal? ¿Y qué ha cambiado usted dentro de LG Iberia desde que le nombraron presidente hace dos años? Tengo mucha libertad, siempre dentro de las directrices generales. Una de las cosas que tiene LG es que da mucha libertad a sus filiales a la hora de hacer cosas diferentes. Por ejemplo, el eslogan «Life is Good» nació en Australia. El presidente de LG Australia lo creó para su mercado, pero el éxito de esa campaña fue tal que en solo dos años se adoptó en todo el mundo. Y la filosofía de la compañía cambió mucho, colocando al consumidor en el centro de todo. Con respecto a lo que yo he hecho, le diré que he cambiado muchas cosas, pero para cambiar poco. Es decir, lo que he hecho ha sido tratar de mejorar los resultados de la compañía, que han mejorado, y luego centrarme en las personas. Yo tengo una visión muy humanista de las cosas, y creo que todo gira entorno a las personas. Todo lo que hacemos es gracias, para y por las personas. Por eso intento cuidar mucho a las personas dentro de la compañía, hemos puesto en marcha muchos programas de formación, de mejora, hemos cambiado parte de la cultura interna, nos hemos hecho más cercanos, para ayudar a nuestros socios. Todo nuestro personal está muy motivado, aquí no se buscan culpables. La presión es grande sobre los resultados, pero los empleados no tienen por qué soportar esa presión, para eso estamos los directivos. Nosotros somos los que tenemos que soportar esa presión, digerirla y repartirla para que las cosas funcionen. Las cosas tienen que funcionar como algo natural y suave. Por eso, LG sale siempre como uno de los mejores lugares para trabajar. El año pasado éramos séptimos en ese ranking, y este año hemos conseguido la mejor posición de nuestra historia en ese aspecto.

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