Un ciempiés artificial, un robot-oruga o simplemente una cinta flexible con decenas de patas minúsculas. Da igual como lo quieras interpretar, este nuevo robot está pensando para caminar por dentro del cuerpo y moverse por los órganos. Capaz de transportar 100 veces el peso de su cuerpo, abre todo un mundo de posibilidades para la administración de medicinas en pacientes.
Varios investigadores de la City University of Hong Kong han creado un novedoso robot capaz de transportar cargas pesadas y adaptarse a ambientes irregulares y adversos. No es el primer robot que microscópico que se crea con el propósito de moverse dentro del cuerpo, aunque sí que es uno de los más prometedores hasta el momento, pues puede moverse con relativa facilidad sobre superficies internas del cuerpo, incluso si están sumergidas en líquidos como la sangre o mucosa.
Además de moverse en entornos hostiles, es capaz de transportar una cantidad considerable de peso teniendo en cuenta su tamaño. En las diferentes pruebas de laboratorio que se han realizado, puede llevar una carga de hasta 100 veces su propio peso. En otras palabras, suficiente para transportar una pastillla/medicamento.
El robot está fabricado en una especie de cinta plana flexible de silicona. Contiene en su interior partículas magnéticas que le permite ser controlado remotamente mediante la aplicación de fuerzas electromagnéticas. Lo curioso es que no hay ningún punto central, sino que se trata sólo de una cinta uniforme, por lo que puede ser cortada en diferentes formas y tamaños según lo que se necesite.
El secreto está en las patas
Para conseguir que este robot pueda moverse cómodamente por los interiores del cuerpo, lo que han hecho los investigadores es centrarse en las patas. Concretamente, en la proporción de las patas. Tras diversos estudios, descubrieron que la mayoría de seres vivos con patas tienen una proporción que oscila entre 2:1 y 1:1 respecto a la distancia que hay entre cada pata. Los más cercanos a 1:1 se desenvolvían mejor en áreas más difíciles.
Es por eso que el robot-oruga que vemos tiene una proporción casi exacta de 1:1 Sus patas miden 0,65 mm de longitud, mientras que la distancia entre ellas es de 0,6mm. Además, las patas son cónicas (más área en la zona de contacto con la cinta y una punta en la zona de contacto con las superficies), de este modo se reduce el área de contacto y se evita la fricción que puede impedir el movimiento fluido.
¿Y cómo hace para moverse? Pues similar a un humano o similar a un gusano. Puede por ejemplo balancear todas las patas de un lateral y posteriormente las del otro lateral para crear un movimiento en forma de péndulo similar al humano. Pero según el área en el que se encuentre, también puede generarse un impulso con las patas traseras y posteriormente una tracción con las delanteras para moverse similar a cómo lo hace un gusano. Además, si se topa con un obstáculo más grande, puede levantar en vertical parte de su cuerpo para pasar por encima.
¿Y dónde quiere llegar este robot todoterreno? En principio a los órganos internos del cuerpo sin dañarlos. Podría ser introducido fácilmente en el estómago por ejemplo, y de ahí moverse a otros órganos transportando el medicamento que se le haya adjuntado. Por otra parte, los investigadores van un paso más allá y quieren que esté formado de materiales biodegradables. De este modo podría desintegrarse con el tiempo dentro del cuerpo tras cumplir su misión, ya que retroceder por sus pasos para salir del cuerpo no siempre es sencillo.
Vía | EurekAlert
Imagen | City University of Hong Kong
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