La mayor red social del planeta corre el riesgo de dejar de ser Facebook para convertirse en «Fakebook». Un juego de palabras bien tirado en el que se introduce, precisamente, uno los tres grandes problemas de la multinacional norteamericana: las noticias falsas. Su líder, Mark Zuckerberg, era ya famoso y multimillonario a los 27 años, pero ahora se enfrenta a una nueva crisis, una de las muchas que le han acompañado durante su trayectoria. Desde que pusiera en marcha de manera oficial su servicio digital ha estado en medio de escándalos legales que, a pesar de todo, han engrosado su prestigio y admiración. Durante mucho tiempo era el modelo a seguir, un ejemplo de emprendedor. De la nada había creado un producto que todavía no ha tocado techo y que le permite embolsarse más de dos mil millones de dólares cada trimestre. Facebook es una simple idea pero, pese a todo, ha cambiado el mundo y es mucho más que una simple red social. Con el tiempo, ha venido amasando un poder increíble que está fuera de control. Ni el propio Zuckerberg sabe ahora por dónde virar para corregir el rumbo de la desconfianza. Controvertidas pero acertadas adquisiciones de servicios como Instagram (2012) o WhatsApp (2014) han contribuido a que este joven empresario de 37 años haya podido lanzar el cebo en varios caladeros. Y los usuarios, por diversos motivos, han caído en su anzuelo, cediéndole voluntariamente sus datos personales. Lo planeó todo desde el principio. La quinta mayor fortuna Aunque ahora se le pone en cuestión, Zuckerberg ha emergido como una de las mentes más brillantes de la economía mundial de los últimos tiempos. Con una fortuna de 75.900 millones de dólares (57.244 millones de euros), ocupa, según la lista anual de la revista «Forbes», la quinta posición. Lo ha conseguido en tan solo 14 años de existencia de su proyecto estrella. Interesante a muchos niveles, su meteórico ascenso a la fama mundial no le ha sido suficiente para desprenderse de esa percepción social que le tilda de frío y calculador. Hay quien, viendo su comportamiento estos días en las investigaciones del Senado y Congreso de los Estados Unidos, se pregunta, entre chanzas y bromas, si se trata de un robot. La inseguridad en algunas de sus respuestas ha sacado del armario su semblante impasible. Su relevancia alcanza cotas que pocos se hubieran atrevido a pronosticar. Ha sido la plataforma de comunicación de dirigentes políticos como Barack Obama o Donald Trump, ha servido para dar notoriedad a campañas reivindicativas en países tan distantes como México o Irán, y es una catapulta para la difusión de las empresas publicitarias más importantes. «Zuck», como cariñosamente le conoce su entorno cercano, es hijo de un dentista llamado Edward y de la psiquiatra Karen Kempner. Además, tiene tres hermanas: Randi, Donna y Arielle. Su vida está marcada por el poder femenino, algo que ha querido traducir en términos empresariales con el nombramiento de Sheryl Sandberg como su número dos en 2015. Zuckerberg es producto, sin embargo, de la constancia y la dedicación. Durante su estancia en la Universidad de Harvard desarrolló un programa al que llamó CourseMatch, que permitía a los estudiantes acceder a la lista de compañeros de clase. Fue el embrión de un sistema para calificar a las estudiantes que registró, inicialmente, como Facemash.com. La aparición de Facebook estuvo marcada por diversos procesos judiciales que le obligaron incluso a desembolsar más de 65 millones de dólares a tres de los compañeros de universidad que le ayudaron a edificar las bases del proyecto (Cameron y Tyler Winklevoss, a Divya Narendra) y a reconocer como «cofundador» a un antiguo socio, Eduardo Saverin. Finalmente, en marzo de 2004 nació The Facebook. En la película «La Red Social» (2010) se le retrata de gurú entregado, pero se deja constancia de los escándalos que han acompañado a Facebook desde su primer momento. Idea robada, triquiñuelas digitales varias como el acceso a la base de datos de la universidad en la que estudiaba y un oportunismo inconsciente han sido la palanca de crecimiento de una plataforma que, bajo una máscara de inocencia, ha venido acumulando ingentes cantidades de información de millones de personas. Ahora, se le empieza a caer la careta.
via Tecnología https://ift.tt/2JMLUht
No hay comentarios:
Publicar un comentario