La mayoría de los animales se comunican entre miembros de su misma especie, pero los cachalotes lo hacen de una forma muy particular. Emiten una especie de chasquido que producen en series rítmicas conocidas como codas. Esas cadenas de sonidos llevan intrigando a investigadores de diversas disciplinas desde hace mucho tiempo, puesto que se suelen prolongar bastante haciéndolas cercanas, al menos en apariencia, a una conversación.
Ahora, un grupo de investigadores de distintas disciplinas, entre los que se encuentran biólogos, expertos en lingüística e ingenieros informáticos, se ha propuesto averiguar definitivamente si los cachalotes construyen algo parecido conversaciones entre ellos al comunicarse y, además, de ser así, quieren tratar de entender lo que dicen, según la revista científica Hakai Magazine.
Para ello, van a intentar desarrollar un sistema GPT-3 adaptado a los sonidos que emiten estas ballenas. El GPT-3 es un modelo de inteligencia artificial que emplea el deep learning para producir textos que simulan la redacción humana. En resumen, lo que hace es detectar los conjuntos de palabras que suelen ir juntos para aprender a construir las frases. Para conseguir que el sistema funcione en este proyecto necesitan dos cosas: establecer la estructura de las comunicaciones entre los cachalotes y conseguir muchísimas grabaciones de codas.
Por eso, el punto de partida del proyecto, que comenzó en marzo de 2020, está siendo la construcción de un dispositivo especializado de grabación para obtener cientos de horas de sonidos de codas. Una vez se obtenga un número significativo de ellas, y mientras se siguen capturando, entrarán en acción los expertos en lingüística del grupo de investigación: se encargarán de establecer la estructura de comunicación de estos mamíferos y observar cuáles son las unidades que la componen para determinar si existe una gramática, una sintaxis o algo análogo a las palabras o las frases.
Una vez se obtenga esa información, se configurará el sistema GPT-3 para que intente aprender la comunicación de los cachalotes, para lo que será necesario contar con miles de horas de grabación de las codas. Esta herramienta tratará de detectar los sonidos que suelen ir en más ocasiones juntos para tratar de llegar a conocer cómo construyen las posibles frases, igual que hace con los distintos idiomas humanos.
IA para entender a los animales
No es la primera vez que se usa la inteligencia artificial para entender cómo se comunican los animales. En 2016 un equipo de investigadores descifró las diferencias entre las vocalizaciones de los murciélagos de la fruta de Egipto gracias a esta tecnología, y en 2019 unos científicos lograron establecer gracias a ella que las ratas emiten determinados sonidos para fines concretos, como huir del peligro o atraer a una pareja.
Sin embargo, el caso de los cachalotes es mucho más complejo. Desde hace tiempo se sabe que son una de las especies más inteligentes que existen, y su cerebro es el más grande del reino animal. Viven en redes sociales dominadas por hembras, se dividen en clanes con cientos e incluso miles de miembros que se diferencian por la forma en que emiten los chasquidos de las codas -en cierto sentido, se podría hablar de dialectos-, parecen tener nombres y aprenden a comunicarse de una forma parecida al ser humano: aprendiendo las codas de los miembros mayores del grupo cuando son pequeños.
Todo esto hace que interpretar la forma en que se comunican sea mucho más complicado que identificar diferentes sonidos de murciélagos o ratas, que tienen unas interacciones y unas redes sociales mucho menos complejas. Y, al mismo tiempo, es lo que alimenta las esperanzas de los investigadores de que, efectivamente, se pueda hablar de una especie de lenguaje de los cachalotes que pueda ser descifrado gracias a la investigación de los lingüistas y la inteligencia artificial.
Imagen | Gustavo A.
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