El fundador de Tesla, Elon Musk, vuelve a ser noticia por sus predicciones de futuro. Durante una entrevista en la Code Conference celebrada la semana pasada, el multimillonario sudafricano se pronunció sobre algunos pronósticos que no están exentos de polémica. Musk, también fundador de compañías como Space X, indicó que cree que «no es posible destruir las criptomonedas», pero sí considera que «los gobiernos pueden ralentizar su avance». Sobre Starlink, su proyecto de internet satelital, apuntó que es un sistema que «está realmente diseñado para servir a los menos servidos». Según Musk, la dependencia tecnológica cada vez más creciente en nuestro planeta no es compatible con la generación de energía únicamente verde. «Si cambiamos el transporte actual al eléctrico, la demanda de electricidad se duplicará un poco más del doble y eso generará muchos desafíos con la red», explicó. El magnate, vaticina además que los robots bípedos parecidos a los humanos llegarán más pronto de lo esperado. Su propia compañía está trabajando en uno que «será c omo un Tesla, pero con piernas». Fuera de su conocimiento tecnológico, el multimillonario se pronunció también sobre las drogas y pronosticó que «a medida que la nueva generación llegue al poder político, se verá una mayor receptividad a los beneficios de las tendencias psicodélicas». Pero, ¿acaso Musk tiene una bola de cristal en la que ver el futuro? Y lo que es más importante: ¿Siempre acierta son sus predicciones? Pues bien, aunque sus aciertos son más notorios que sus vaticinios fallidos, el fundador de Tesla ha metido la pata en numerosas ocasiones al aventurarse a predecir el futuro. Musk declaró que esperaba que los coches autónomos pudieran ser una realidad en 2018 Quizá el pronóstico erróneo más notorio es el de los coches sin conductor. Musk trabaja en ello desde hace más de una década. De hecho a principios de 2016, Musk declaró que esperaba que los coches autónomos pudieran ser una realidad en 2018. No obstante, tres años más tarde, ya hay informes del Gobierno de Estados Unidos que relacionan casi una docena de accidentes al modelo de conducción automático de Tesla. En Europa se ha fijado el año 2030 como el momento en que llegarán los vehículos completamente autónomos. No contento con su fallo sobre los coches autónomos, en 2019 el magnate aseguró que los robotaxis llegarían en 2020. Sin embargo, hasta que el coche sin conductor no se implante, los taxis autónomos tampoco harán lo propio. También relacionado con la movilidad, el punto fuerte de Musk, está el Hyperloop, un sistema de transporte a través de tubos al vacío que permitiría alcanzar los 1.200 kilómetros por hora. En 2017 anunció por todo lo alto que tenía permiso de Estados Unidos para su desarrollo, pero no ha trascendido nada más sobre el proyecto. En España Adif y Virgin Hyperloop One han acordado desarrollar el transporte supersónico en Antequera. El pasado año se completó el primer viaje de pasajeros del mundo en un sistema de cápsulas levitantes de alta velocidad, pero no se conoce todavía cuál será el siguiente movimiento. <blockquote class="twitter-tweet"><p lang="en" dir="ltr">Worth reading Superintelligence by Bostrom. We need to be super careful with AI. Potentially more dangerous than nukes.</p>— Elon Musk (@elonmusk) <a href="https://twitter.com/elonmusk/status/495759307346952192?ref_src=twsrc%5Etfw">August 3, 2014</a></blockquote> <script async src="https://platform.twitter.com/widgets.js" charset="utf-8"></script> Hace unos siete años el magnate aseguró que «con la Inteligencia Artificial (IA)estamos convocando al demonio» y que «era potencialmente más peligrosa que las armas nucleares». Pese a sus afirmaciones, gran parte de su tecnología se basa en la IA, por lo que parece que ha dejado atrás esta superstición. Por último, otro de los patinazos del fundador de Tesla es Neuralink, la empresa que presentó hace ya cinco años y con la que se adentraba en el mundo de la neurotecnología. El objetivo final de esta técnica es que las personas con miembros amputados o lesiones cerebrales o espinales puedan controlar un ordenador, un móvil o cualquier aparato conectado solo con el pensamiento. Este año el multimillonario ha anunciado que ha conseguido implantar un chip en el cerebro de un mono que le permite «jugar a videojuegos con la mente». Tras este hito Musk ha señalado que espera empezar a realizar experimentos en humanos cuanto antes, pero se trata de un hecho que ya anunció en 2019 y que todavía está lejos.
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