Unos investigadores de la Universidad Nacional de Singapur (NUS) han desarrollado una "espuma inteligente" de lo más interesante: se llama AiFoam (aunque su nombre técnico es espuma inervada artificialmente) y su objetivo es imitar el sentido del tacto humano y permitir que los robots puedan percibir objetos cercanos sin tocarlos.
Este nuevo material fue presentado por NUS en mayo de este mismo año, aunque los hallazgos fueron publicados en noviembre de 2020 en la revista Nature Communication. Según los investigadores, "queremos demostrar que es posible replicar el sentido del tacto humano en un robot, lo que abre un nuevo paradigma en la interacción entre el hombre y la máquina para futuras aplicaciones".
Robots que sienten
AiFoam es un polímero altamente elástico creado mediante una mezcla de fluoropolímero (una sustancia similar al teflón) y un tensioactivo que reduce la tensión superficial. Cuando este material se divide en trozos, es capaz de volver a unirse en una sola pieza.
Además, tiene partículas metálicas microscópicas infundidas que permiten a la espuma detectar la presencia de un objeto, como un dedo humano. Según los investigadores, AiFoam permite que el material perciba mejor la proximidad de la presencia humana y es capaz de detectar la presencia de dedos humanos a centímetros de distancia.
¿Cómo lo hace? Digamos que AiFoam imita las terminaciones nerviosas de la piel humana. Bajo la espuma hay unos electrodos muy pequeñitos con forma de cilindro. Cuando acercamos el dedo o aplicamos presión cambiamos las propiedades eléctricas de las partículas de metal. Dicho cambio es detectado por los electrodos e interpretado por un ordenador.
De esa manera, el robot no solo puede detectar la dirección de la fuerza aplicada o la cantidad de fuerza aplicada, sino que, sobre el papel, podría entender mejor las intenciones humanas y saber que un objeto en contacto está resbalándose. Esto tiene interesantes aplicaciones futuras en prótesis o equipo industrial que requiera de precisión.
En cuanto a las capacidades de curación, el material tensioactivo de la espuma permite que la espuma se "regenere" incluso después de recibir un corte. Los investigadores apuntan que la espuma se puede estirar hasta un 230% sin romperse.
Vía | Reuters
Más información | Universidad Nacional de Singapur
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