Conocida por sus drones y gimbals, DJI da el salto a la robótica educativa con el Robomaster S1. El primer acercamiento de la firma china a los robots terrestres llega con el reclamo de atraer a los más pequeños de la casa con carreras y combates, un pretexto lúdico bajo el que encontramos un potente entorno para aprender a programar. Hemos probado el Robomaster S1 para ver hasta dónde puede llegar
Se llama Robomaster S1 y es el primer robot de DJI para aprender a programar. El primer acercamiento de la firma china a los robots educativos llega con el reclamo de atraer a los más pequeños de la casa con carreras y combates, un pretexto lúdico bajo el que encontramos un potente entorno para aprender a programar. Hemos probado el Robomaster S1 para ver hasta dónde puede llegar
Ficha técnica del Robomaster S1
Robomaster S1 |
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Peso y dimensiones |
320 x 240 x 270 mm |
Lenguajes de programación |
Scratch 3.0 y Python |
Edad recomendada |
A partir de 14 años |
Conectividad |
Wi-Fi IEEE 802.11 a/b/g/n/ac de triple banda: 2.4 GHz, 5.1 GHz, 5.8 GHz. |
Cámara |
1/4" CMOS Píxeles efectivos: 5 MP FHD |
Batería |
2400 mAh (25.92 Wh) |
Qué hay en la caja |
Piezas Robomaster S1, aceite, gafas de seguridad, botella con bolas de gel, destornillador, batería, cargador, cable de alimentación, cinta, marcadores de visión, |
App |
Robomaster (iOS 9.0 o posterior /Android 5.0 o posterior) |
Otros |
Compatible con tarjetas microSD con capacidad de hasta 64 GB |
Precio |
Robomaster S1
Qué hay en la caja
Al abrir la voluminosa caja del Robomaster S1 encontramos todas las piezas necesarias para montarlas convenientemente separadas y protegidas con espuma, así como un destornillador con doble punta, grasa y una cajita con los tornillos que necesitaremos bien organizados.
Lo primero con lo que nos toparemos en la parte superior es una plancha de plástico con los 48 rodillos que conforman el sistema de ruedas, algo que puede darnos vértigo dado lo elevado del número y el pequeño tamaño de estas. Precisamente una de las partes más originales del S1 son sus ruedas, de tipo mecanum, que no giran sino que son capaces de moverse en todas las direcciones de una forma característica gracias a los pequeños rodillos que las conforman y la forma en la que están integrados, con un ángulo de 45º.
Conforme vamos levantando las planchetas de espuma iremos encontrando elementos clave para su funcionamiento como el controlador de movimientos (la caja donde se conectan todos los cables), cuatro motores sin escobillas, el controlador inteligente y la batería con su correspondiente cargador y adaptador. Por cierto, cargar el robot cuesta menos de dos horas, pero también es rápida vaciándola: en aproximadamente media hora hora tendremos que volver al enchufe. Como sucede con los drones de DJI, el mando para controlarlo se vende por separado, pero podremos hacerlo sin problema instalando su app en un teléfono o tablet.
Las piezas del robot de DJI son más grandes de lo que suele ser habitual en otros kits de montaje de robótica educativa y es de agradecer tanto su diseño robusto y resistente como la calidad de los materiales empleados - fundamentalmente plástico duro con algunos elementos de metal - para la construcción del S1. Incluso el destornillador y los tornillos están hechos para soportar manos no demasiados expertas en el montaje.
El Robomaster S1 viene con un manual de instrucciones denominado "Quick Start Guide" donde se detalla e identifica lo que hay en la caja y cómo es el procedimiento de montaje mediante esquemas. Es verdad que una imagen vale más que mil palabras, pero a veces es de agradecer una línea explicando lo que estamos haciendo (especialmente mientras montamos las ruedas). Afortunadamente, en la web de DJI encontramos un vídeo en inglés con el montaje que podremos seguir sin dificultad.
Estando acostumbrada a trabajar con robots de LEGO y con kits educativos de Arduino, el primer robot educativo de DJI es el más sencillo que he montado de estas características, requiriendo unas tres horas de principio a fin. El encaje de piezas es sólido, sencillo y sin holguras. Además, no hay partes de soldadura, los tornillos vienen bien indicados, el destornillador está imantado y el cableado es claro y organizado. No nos ha hecho falta pero agradecemos mucho que vengan algunos tornillos extra.
Aunque recomendado a partir de 14 años, la realidad es que el Robotmaster S1 podrían construirlo jóvenes a los que les guste la tecnología a partir de 8 años sin problema, además el entorno de programación de Scratch es apto para esas edades. Una vez montado, nos encontraremos con un robot pesado, voluminoso y muy estable donde todo se mueve con fluidez.
Qué se puede hacer y qué no con el Robomaster S1
Dentro de la robótica educativa se engloban diferentes propuestas de aprendizaje y desarrollo de la creatividad: algunas como LEGO Technics se centran en la construcción, otros como Sphero en la programación y finalmente encontramos productos como Zum Kit de bq o LEGO Mindstorms que ofrecen un equilibrio entre ambas disciplinas. En el caso del Robomaster S1 estamos ante un robot con una construcción cerrada donde la parte creativa recae en el proceso de aprender a programar.
Durante la presentación preguntamos a DJI sobre la posibilidad de incorporar elementos adicionales: no hay expansiones a la venta, pero siempre nos queda el recurso de diseñar e imprimir piezas para tunear el Robomaster S1, pudiendo incluso implementarle partes electrónicas para conectarlas en el controlador de movimientos. Eso sí, no es un proceso que pueda hacer cualquiera a nivel de conocimientos y herramientas.
Como hemos explicado en el apartado anterior, el joystick se vende por separado, pero también es posible comprar un reemplazo para la batería en la web de DJI. Teniendo en cuenta la calidad y precio del robot, sería muy interesante si además pudiéramos comprar otras partes como motores, ruedas o sensores. Y es que en el kit se incluyen piezas destinadas a percibir el medio como una cámara FPV que graba a 1080p, detector de impactos, micrófono y altavoz, sensor de infrarrojos cuya pérdida o deterioro empañaría considerablemente nuestra experiencia.
A nivel de construcción resulta un poco decepcionante no poder jugar más con la personalización, no solo con construcción libre, sino quizás ofreciendo variaciones en el diseño para construir diferentes tipos de robot. Así pues, el Robomaster S1 es un robot que viene en piezas para montar cuya construcción paso a paso se hace inicialmente, para centrarnos después en su punto fuerte: sus posibilidades a nivel de programación en Python y Scratch 3.0.
Destaca la cantidad y calidad del contenido de su aplicación, permitiéndonos iniciarnos en la programación sin ningún conocimiento mediante ejemplos, vídeos y explicaciones paso a paso de cómo se hacen programas sencillos. A partir de esta completa sección de tutoriales modificables, podremos lanzarnos a crear proyectos desde cero o ir modificando los existentes.
Con este robot para niños y adolescentes podremos aprender a programar a fondo con Scratch y tener unas nociones de Python, si bien el uso de este último ya son palabras mayores. La idea es aprender y entender la dinámica de la programación descomponiendo las tareas por bloques y comprobar su efecto tanto antes de cargarlo al robot como después.
Cuando ya se desenvuelvan con Scratch con soltura (ojo porque este lenguaje da para mucho), podremos dar el salto a Python y ver en crudo el código, lo que abre un abanico de posibilidades por lo robusto y completo de este lenguaje de programación.
La parte de programación de Python está en fase beta y se nota: faltan explicaciones y croquis. Al acceder, podremos ver ejemplos con el código tal cual para ejecutar en el robot, algo no demasiado intuitivo en contraposición con la interfaz intuitiva y colorida de Scratch. Por densidad, tecnicismo, idioma y el propio entorno, el cambio es muy brusco para alguien sin base teórica. Quizás los más avanzados y amantes de la experimentación se atrevan.
Otra característica muy atractiva que complementa el conjunto de elementos físicos y posibilidades de programación del robot DJI es su inteligencia artificial, algo que posibilita el reconocimiento de personas, gestos y marcadores (incluyendo números, letras y caracteres especiales) o la identificación de diferentes sonidos.
El resultado es un Robomaster S1 muy sensorial que posibilita proyectos tan sencillos y comunes como seguir líneas y otros más originales como identificar y seguir a una persona concreta que tenga en su campo de visión o escribir y reproducir canciones. Asimismo, proporciona interacciones versátiles como los gestos o las palmadas.
Aunque la característica más diferencial y potente del Robomaster S1 es experiencia de programación y sus posibilidades en este terreno, también podemos reducirlo a una especie de vehículo teledirigido accionando el modo "un jugador". Si entramos al modo de batalla, además podremos ir lanzando rayos o bolas de gel. Estas bolas de gel de unos 6 milímetros de diámetro están hechas de copolímeros reticulados de poliacrilato de sodio. Según explica DJI, son seguras y no tóxicas incluso si las comemos. Antes de usarlas, recomiendan tenerlas a temperatura ambiente y ponerlas en remojo durante unas horas.
Ningún animal fue dañado durante el análisis del Robomaster S1
Estas bolas no hacen daño cuando te golpean, pero por seguridad DJI ha limitado el ángulo de disparo para que solo pueda disparar a otros robots. Es más, con el depósito de bolas incrustado en el robot, el programa de trackear a una persona incluido dentro del modo "un jugador" no está disponible.
El Robomaster S1 toma su nombre de la RoboMaster Shenzhen, la competición de robots mas grande del mundo en la que equipos tienen que superar diferentes pruebas entre las que se encuentra el formato de battle royale empleando estas bolitas. DJI ha querido imprimir ese espíritu bélico a su robot educativo con la inclusión de este lanzador. El reclamo de los rayos y las bolas de gel seguro que resultan muy llamativos para los niños y niñas más beligerantes, pero el Robomaster S1 es de por sí lo suficientemente atractivo sin el manido recurso de pegar tiros, de cuestionable valor educativo.
Aunque para controlarlo nos basta un móvil, tablet u ordenador, la experiencia de manipulación gana mucho, especialmente en carreras y combates, si integramos cualquiera de los dos primeros en su controlador, un pad que no viene incluido y cuyo coste es de 89 euros. Este mando permite incrustar dispositivos de entre 14 y 24 cm. de longitud mediante un sistema de presión y para conectarlo usaremos un cable USB - micro USB que viene incluido. Eso sí, si tu tableta o teléfono no tiene este puerto, tendremos que añadir un adaptador.
Con este pad la maniobrabilidad pasa a ser mucho más intuitiva al ofrecer unos controles similares a los que encontramos en los mandos de las videoconsolas, con palancas de control y cuatro botones como los que encontramos en mandos de videoconsolas, de modo que podamos moverlo, disparar y programar funciones.
Aplicación de programación del robot
Cuando ya hemos montado completamente el robot y hemos metido la batería en su lugar (esto es, bajo el parachoques trasero), es momento de ponerlo en acción. La app Robomaster está disponible tanto para iOS como para Android y, una vez descargada, tendremos que registrarnos para poder usarla.
Cuando ya hemos iniciado sesión, nos conectaremos al Robomaster S1 mediante el Wi-Fi. DJI recomienda poner las antenas en vertical para mejorar la conectividad y en nuestro caso hemos podido manejarlo sin problemas a un radio aproximado de 100 metros. Como ya hemos detallado anteriormente, hay dos formas de hacerlo: o conectamos ambos al Wi-Fi de casa o conectamos nuestro dispositivo a la red del propio robot. En este último caso tendremos que fijarnos en la parte superior del robot, donde veremos la SSID y la contraseña que tendremos que introducir en el apartado de Wi-Fi de los ajustes de nuestro teléfono o tableta.
La aplicación no solo es completa en cuanto a recursos para programar como hemos mencionado previamente, sino que está muy bien diseñada para resultar intuitiva y con una interfaz que recuerda a un videojuego. No hacen falta explicaciones para saber usarla. Al acceder a ella veremos los tres modos disponibles:
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"Un jugador", lo que convertirá el Robomaster S1 en un tanque teledirigido con ojos y oídos capaz de reconocer y seguir a alguien como si fuera un asesino a sueldo (al menos de rayos). Además, también podremos grabar y guardarlo en una SD.
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"Batalla", orientado a que compitamos con otros Robomaster en carreras de obstáculos contrarreloj, Battle Royale o el juego que nosotros elijamos. Dentro de la caja vienen unas tarjetas para aderezar el juego de obstáculos.
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"Laboratorio", dividido a su vez en 'El camino del maestro' (con tutoriales guiados para ir mejorando), 'Programación Propia' (con programas prediseñados que se pueden modificar y crear) y la 'Roboacademia', con acceso a vídeos en alemán y manuales en inglés.
Asimismo, también accederemos a la Configuración, donde veremos los datos de conexión, podremos personalizar la apariencia de la pantalla, el volumen, las opciones de grabación de la cámara, la sensibilidad del control, si queremos vibración, calibración de la mirilla, información del robot, entre otros.
Usar el Robomaster S1 como coche teledirigido es muy divertido, por lo que es fácil que muchos peques se contenten con ello. Un buen anzuelo es que incluso en el modo "Un jugador" podemos usar programitas que hayamos implementado previamente, como por ejemplo que cuando dispare emita un sonido concreto o que haga fotos, por lo que ir adentrándose en la programación de forma ligera y lúdica resulta atractivo. Además, tanto por el poderío de Scratch como por todos los recursos ofrece este robot de DJI, hay diversión y aprendizaje para muchísimo tiempo.
En este sentido, merece la pena comenzar poco a poco con los tutoriales para aprender cómo se mueve el robot y ver qué podemos hacer con él. De nuevo, si entramos en las explicaciones, veremos que hay partes en inglés. No obstante, lo intuitivo de Scratch, las animaciones y que los bloques están en castellano harán que este proceso de aprendizaje sea rápido. A partir de aquí, saltaremos al diseño libre de nuestros programas.
Entre los bloques tenemos los más habituales en este tipo de lenguajes de programación: movimiento con control preciso de los motores y sus ejes, información de entrada de sensores (por ahora solo de color, sonido, tiempo o sensores propios del robot como los giroscopios), bloques condicionales, bucles, operaciones matemáticas y creación de variables.
La interfaz de programación es la clásica de Scratch de bloques de colores: a los elementos tradicionales como los operadores, comandos y funciones se incorporan otros apartados modificar luces, efectos del chasis, estabilizador, lanzador, parachoques, entre otros. Todo es muy visual y está cuidadosamente organizado.
Robomaster S1, la opinión de Xataka
Hemos probado el Robomaster S1 durante una semana y nuestra experiencia ha sido educativa y al mismo tiempo muy divertida, algo que no siempre sucede con la robótica. Montarlo es fácil y ameno y el resultado es difícilmente mejorable: estamos ante un robot robusto y de calidad donde todo funciona y encaja como si fuera el mecanismo de un reloj suizo. Es cierto que nos habría gustado que contase con expansiones para seguir aprovechando el potencial de esta máquina, pero la parte creativa del S1 está en su interior.
Esta calidad se evidencia en el funcionamiento, el diseño y los materiales, pero también en el precio: es uno de los robots educativos de precio más elevado del mercado. Y es verdad que por esa inversión, cabría esperar una autonomía superior y que el pad viniera incluido en el kit.
Así como otros robots educativos emplean su propio lenguaje de programación, el Robomaster S1 apuesta por Scratch y Python y lo hace desde una aplicación exhaustiva cualitativa y cuantitativamente. Si a esto le añadimos lo entretenido que es usar el robot e integrar estos programas en los diferentes modos que tiene, el Robomaster S1 es un arma letal para el aprendizaje, en el buen sentido de la palabra.
Robomaster S1
Este dispositivo ha sido cedido para la prueba por parte de DJI. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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