Mientas que las horas de trabajo de las máquinas aumentan en todos los sectores, las de los humanos, disminuyen. La Inteligencia Artificial, la robotización, el Internet de las Cosas, el Big Data o el despliegue del 5G vienen para cambiarlo todo, ¿cómo van a influir en las ciudades, las personas, el empleo, los sistemas económicos de los países? ¿Cuál es el papel que se nos reserva a los ciudadanos? Estamos ya inmersos en una revolución más profunda y veloz que ninguna otra en la historia. También es una de las más complejas; la denominada Revolución 4.0 encierra una paradoja que lleva tiempo tensionando el mercado laboral. La ministra francesa de Empleo, Muriel Pénicaud, señalaba en Davos: «una de cada dos empresas tiene dificultades para contratar, al mismo tiempo que tenemos altos niveles de desempleo»; en España, el porcentaje es aún mayor, casi un 72% de las compañías refieren dificultades, según un informe de la escuela de negocios IESE. La solución gala es invertir en formación, programas destinados a desempleados, jóvenes y trabajadores en activo para actualizar sus competencias y adaptarlas a lo que el mercado demanda. «La única competitividad posible es con la tecnología. Es lo que va a permitir que la industria sobreviva» apunta Carlos Balaguer, al frente del Robotics Lab de la Universidad Carlos III de Madrid. Que precisamente, estrena el próximo curso un máster multidisciplinar en Industria Conectada 4.0. Empresas y universidades pisan el acelerador para adaptarse al cambio, sin embargo, la OCDE pone a España en la picota de la pérdida de empleo; según el informe «¿Cómo es la vida en la era digital?», el 22% de los trabajos en nuestro país corren riesgos por la automatización. Para tener un empleo, las personas deberán formarse durante toda su vida; estudiar y reciclarse constantemente. Esta es una de las conclusiones que se desprenden del debate sobre la llamada «Cuarta Revolución Industrial» en el que ABC ha reunido a expertos del sector digital, de la enseñanza y la robótica para dibujar el perfil del trabajador del futuro. (Puedes ver el debate completo en este enlace) Víctimas de la tecnología En los países desarrollados muchos trabajadores se sienten acorralados por la globalización y la tecnología, pero el mito de la destrucción del empleo por parte de los robots se sustenta en una interpretación sesgada de los datos; según el World Economic Forum 75 millones de empleos se perderán por la incidencia de la automatización en las empresas, a cambio, se generarán 133 millones de posiciones relacionadas con la Industria 4.0. El balance neto es de 58 millones de puestos de trabajo extra. La destrucción es, en realidad, una transformación, un desplazamiento. En pocas décadas desaparecerán decenas de profesiones, pero también se crearán otras nuevas: según un estudio de la Universidad de Oxford, el 65% de los niños que hoy estudian primaria trabajarán en profesiones aún por inventar. El Departamento de Trabajo de EE.UU. ha elaborado una proyección de la evolución del empleo en un periodo de diez años, para cada profesión. Las cifras señalan qué puestos están en auge y cuáles podrían desaparecer hasta 2026. *Puedes consultar en el buscador si tu puesto de trabajo está en alza o por el contrario, es el momento de cambiar de profesión* Europa necesita robots para competir Una de las consecuencias de la globalización de finales del siglo XX fue la deslocalización masiva de empresas que trasladaron su producción a países donde los costes laborales eran significativamente más baratos. Europa del Este, Asia y el norte de África han sido el destino de millones de puestos de trabajo. En mitad de este panorama, Amazon y Bosch cuentan con miles de trabajadores en sus centros en España. La eficiencia en los procesos y la tecnología son imprescindibles para poder competir y ser rentables desde el Viejo Continente. Ambas son ejemplo de la Industria 4.0. Es muy probable que el lector tenga instalado en su vehículo un sensor procedente de la fábrica de Bosch en Madrid. Aquí se producen sensores de aceleración y presión (PAS, PPS) y de aparcamiento (USS) para todo el planeta y se da empleo cualificado a unas 800 personas. En Amazon, más de 1800 personas trabajan en su almacén de El Prat (Barcelona), de ellas, 100 están contratadas para trabajar directamente con robots. El centro cuenta con 6.000 drives (parte móvil de los robots) y 50.000 pods (estanterías móviles donde se almacenan los productos. Marc Zenon, responsable de RRHH del centro logístico de Amazon en El Prat, y José López San Román, al frente de Selección y desarrollo en Bosch para España y Portugal, coinciden al señalar las competencias imprescindibles para encajar en el nuevo mercado laboral: el inglés, las ingenierías y carreras técnicas son las bases de la empleabilidad, pero irrumpen con fuerza las denominadas «soft skills», aptitudes tales como trabajar en equipo, ser creativo o capaz de automotivarse para aprender son un valor en alza en un entorno en el que compartiremos mesa y mantel con algoritmos y cobots.
via Tecnología http://bit.ly/2X3cJYt
No hay comentarios:
Publicar un comentario