De manera invisible, sibilina si cabe, Amazon ha venido entrando en muchos negocios. El gigante del comercio electrónico está presente en multitud de áreas comerciales, que han tenido un impacto negativo en los comercios tradicionales. Jeff Bezos, su fundador, es un hombre tranquilo que se mueve ajeno a los focos. Y esa discreción la ha llevado a ser santo y seña de la compañía. Revolucionó las compras por internet, cambió para siempre la distribución, potenció los robots industriales y, ahora, sus tentáculos alcanzan a otro territorio: la venta de productos farmacéuticos. La empresa ha obtenido permiso para comercializar a través de su plataforma de internet medicamentos a través del nuevo servicio Pharmacy. Es un tipo de producto que, por razones de salud pública, tiene reservada su distribución a través de los canales oficiales autorizados por los reguladores. La entrada en el negocio de las farmacias en Estados Unidos permitirá comprar medicamentos con receta a través de su plataforma y recibirlos en casa de manera gratuita para los suscriptores de Prime. Una medida que provocó esta semana una fuerte caída de las acciones de grandes cadenas farmacéuticas del país. El día de anunciarse las cadenas Walgreens y Rite Aid sufrieron un varapalo bursátil que redujo su participación en un 10%. Este nuevo servicio consiste en una tienda online que, al igual que sucede en la compra de otros productos comerciales, los usuarios pueden adquirir directamente mediante un perfil de usuario «seguro». A diferencia del resto de inventario, la plataforma requiere de un usuario verificado desde donde se pueden recibir las prescripciones del médico de cabecera. Requiere, por tanto, de introducir un seguro médico. La consecuencia directa es que los pacientes podrán recibir en sus domicilios sus medicinas en un corto espacio de tiempo sin la necesidad de salir a la calle. «Hemos diseñado Pharmacy para poner a los clientes primero», señala en un comunicado T.J. Parker, vicepresidente de la división farmacéutica de Amazon. Actualmente, opera en 45 estados federales excepto Illinois, Hawaii o Kentucky. Además, el servicio incluye asesoramiento a expertos farmacéuticos con acceso las veinticuatro horas. Requiere, como resulta obvio, de introducir datos personales. También se puede consultar el historial de pedidos. La compañía ha insistido en que acepta «la mayoría de los planes de seguros» expedidos en EE.UU. Cuando se registre el usuario, la empresa localizará la cobertura médica o se puede añadir manualmente, aunque también se puede utilizar incluso sin seguro, lo que abre la puerta a millones de estadounidenses fuera de las coberturas sanitarias. Desde el comienzo de la pandemia, muchos estadounidenses han optado por recibir medicinas por correo, una tendencia al alza. Prohibida en España La entrada de Amazon en este negocio no es posible, de momento, por la legislación europea y española. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios insiste en que sólo está permitida la venta de medicamentos con receta médica a través de farmacias, quedando prohibida la venta por procedimientos telemáticos de medicamentos sujetos a prescripción médica. Los medicamentos no prescriptos también deben ser comercializados a través de internet únicamente por las farmacias abiertas al público, legalmente autorizadas y que figuren en el listado publicado por la autoridad competente, siendo además necesaria una venta directa desde el propio establecimiento y «con intervención de un farmacéutico responsable de la dispensación».
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