Hay muchas utilidades que se le puede dar a un tercer brazo, pero pocas se me ocurren más divertidas que destrozar paredes a base de puñetazos. Unos investigadores canadienses han creado un exoesqueleto que se ajusta a la cintura del usuario y le ayuda coger objetos o realizar otras tareas del día a día. Un brazo lo suficientemente delicado para recolectar frutas de un árbol, pero a la vez con la fuerza necesaria para destrozar una pared.
Se trata del proyecto de unos investigadores de la Universidad de Sherbrooke en Canadá. Han desarrollado un brazo externo que se acopla a la cintura y puede ayudar en diferentes tareas. Según comentan en IEEE, es un brazo que puede por ejemplo recoger frutas de un árbol, ofrecer herramientas al usuario, pintar, limpiar o hasta jugar a badminton.
El brazo tiene un peso de 4,2 kg (similar a un brazo humano) y con sus movimientos hidráulicos es capaz de levantar un total de 5 kg o moverse a una velocidad de 3,4 m/s. En el extremo del mismo se pueden colocar diferentes componentes como una pinza si queremos que coja objetos o una bola de metal si lo que queremos es fuerza.
De momento la autonomía del brazo no es nada del otro mundo. Es decir, depende de una batería externa para su energía y para controlarlo hay un segundo humano utilizando un mando que simula al brazo. Pero hay que tener en cuenta que se trata de un prototipo, no de un producto final en el que se tenga claros cuáles son las necesidades que va a suplir.
Otro de los aspectos que los investigadores comentan que deben solucionar es el de la física que aplica el brazo robótico al cuerpo del usuario. A pesar de que apenas pesa y de que se encuentra cerca del centro de masa de la persona, aún puede generar fuerzas incómodas que desestabilicen a la persona. Su autora indica que ocurres especialmente cuando hay que compensar los movimientos de torsión del brazo o cuando el arnés no está lo suficientemente apretado al cuerpo.
La utilidad de los exoesqueletos más allá de destrozar paredes
Los exoesqueletos son una de las aplicaciones más interesantes de la robótica. Permiten a las personas disponer de capacidades extra a las que permite el cuerpo humano de por si. Por ejemplo para poder cargar peso extra, para correr más rápido o simplemente para sentarse en cualquier lugar.
También es común ver este tipo de robots tratando de suplir capacidades de las que un usuario ha sido privado. Por ejemplo, en octubre del año pasado vimos cómo un exoesqueleto robótico controlado con la mente permite mover piernas y brazos a un joven francés tras años sin poder hacerlo. Otros como HAL se están utilizando en procesos y tratamientos de rehabilitación para personas con dificultades a la hora de caminar.
Vía | IEEE
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