viernes, 2 de febrero de 2018

Kazuo Hirai, el CEO que introdujo el concepto «Kando» en Sony

Japón en los años 60. El joven Kazuo Hirai estudia en la escuela americana de Tokio, aunque a veces viaja a Estados Unidos por la profesión de su padre, que es banquero. Un día llega a casa una cinta en la que graban la voz de Kazuo y, al reproducirla, él se queda maravillado ante el «artilugio». Su pasión por los videojuegos marcarían el resto de una historia que acabará el próximo mes de abril, cuando Kazuo, convertido en CEO de Sony medio siglo después, sea relevado por Kenichiro Yoshida. Hirai afirma que ha conseguido su objetivo: trasladar el concepto japonés «Kando» a los productos de la compañía. Es decir, lograr que los consumidores de Sony experimenten una profunda emoción y satisfacción cuando encuentran algo de valor excepcional. El actual consejero delegado de la compañía asumía el puesto en 2012. Con una amplia trayectoria dentro de la compañía, entró en la división de música en 1984, aunque en 1995 se trasladó al área de videojuegos y ordenadores. Allí escaló puestos, hasta convertirse en cabeza visible de videojuegos. Considerado como uno de los baluartes de la empresa, vivió la fusión de su área con la de electrónica (y el pinchazo de Play Station 3). Desde que en 2011 fuese nombrado vicepresidente del grupo, ya se rumoreaba que se convertiría en sucesor de Howard Stringer, anterior CEO que se aferraba al puesto, pero que encadenaba caídas en beneficios. Finalmente las previsiones se cumplieron: Kaz Hirai se convertía en nuevo presidente. Reconversión y gloria Sin embargo, lo que se encontró no era lo que esperaba. La compañía había perdido ese «algo más» que había convertido a su padre y a su abuelo en fanáticos de la marca en los años 60. «Los productos de Sony deben tener un valor funcional y emocional. Cualquiera puede proporcionar un valor funcional, pero el valor emocional es algo que ha sido parte de la filosofía de diseño de Sony, parte de su ADN desde que la compañía comenzó hace 71 años. Lo perdimos por un tiempo, y mi trabajo ha sido revivir ese orgullo en lo que hacemos», explicaba Hirai en una entrevista para The Guardian el pasado mes de enero durante la feria CES. Por ello, se propuso aplicar la teoría Kando a todas y cada una de las divisiones. Una estrategia que ha llevado a la compañía a lograr un beneficio neto de 507.602 millones de yenes (3.705 millones de euros) entre abril y diciembre de 2017, casi once veces más que el registrado un año antes, sobre todo gracias al área de videojuegos. El evento para presentar los resultados ante el mundo ha sido el medio escogido por el actual CEO de Sony para anunciar su marcha. «Me he dedicado a transformar la compañía y mejorar su rentabilidad, y estoy muy orgulloso de que ahora, en el tercer y último año de nuestro actual plan corporativo de rango medio, esperamos superar nuestros objetivos financieros», ha asegurado Hirai, que ha continuado: «A medida que la compañía se acerca a un momento crucial, cuando nos embarcaremos en un nuevo plan de rango medio, considero que este es el momento ideal para pasar el testigo de liderazgo a la nueva administración, para el futuro de Sony». Así que ahora, en medio de la revolución de la inteligencia artificial (donde el CEO ha hecho su primera incursión con Aibo, su querido perro robot que intenta ser una copia de una mascota real, reconociendo voces, rostros y responde a estímulos físicos), de las dudas en torno al negocio de la compañía en su división de smartphones, de unas ganancias millonarias de los videojuegos, que ya apuntan hacia la realidad virtual como nuevo campo para expandirse, Hirai ha decidido parar. No ha dicho a qué se dedicará a partir de ahora, solo que se trata de un «nuevo capítulo» en su vida, en la que han transcurrido solo 57 años. 57 años de los que ha pasado 33 en Sony, esa compañía que le emocionó al reproducir su voz.

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