La expectación creada a nivel global de por la tienda sin cajeros de Amazon, Amazon Go, ha «eclipsado» en parte los esfuerzos de otro gigante de las cadenas de establecimientos en Estados Unidos, Walmart, que no se está quedando con los brazos cruzados. Aunque mucho menos espectacular (y con un marketing más modesto), 2017 ha significado para la compañía la toma de contacto con las nuevas tecnologías, revolucionando el trabajo de los dependientes y de la percepción tradicional de los clientes, dándoles la bienvenida a la tienda del futuro. A finales del pasado año, la firma introdujo robots de escaneo de estantes, una especie de «máquinas reponedoras» que se encargan de identificar cuándo los artículos están agotados, localizar precios incorrectos y detectar etiquetas incorrectas o faltantes. Además, con su medio metro de altura, patrullan los pasillos, vigilando que todos los productos estén en su sitio (avisa a un empleado humano si se da el caso de que la sección de chocolatinas está desordenada, por ejemplo) y actualizan el inventario para que los clientes que opten por la compra online sepan si el producto que han escogido se encuentra o no en los estantes de su tienda. Al principio se pensó en una especie de mezcla entre «coches teledirigidos» y robots de goma espuma, con señales lumínicas que indicaban a dónde se dirigía la máquina, a semejanza de los vehículos. Sin embargo, la confusión en los pasillos de Walmart fue generalizada, así que se optó por indicar con sonido cuando se mueve el dispositivo «para que no pille a nadie por sorpresa», explican desde la compañía, y emite una luz cuando alguien se le acerca demasiado. Según Jeremy King, director de tecnología de Walmart en EE. UU. y comercio electrónico, los robots son un 50 por ciento más productivos que sus compañeros humanos, pueden escanear de manera más precisa y tres veces más rápido que las personas. Sin embargo, advirtió que no se trata de reemplazar a los trabajadores de carne y hueso, sino de servirles de apoyo, tal y como explicó a Reuters. «Los trabajadores humanos se convierten en defensores de los robots» Esta amenaza precisamente es una de las preocupaciones más antiguas de la robótica, que en los últimos tiempos ha sido acrecentada con el impulso de la inteligencia artificial. Las previsiones sobre cuántos empleos podría destruir la introducción de la tecnología en tareas que actualmente desempeñan las personas no calman los ánimos al respecto. Sin embargo, en una entrevista a Martin Hitch, responsable de Negocio de Bossa Nova (la compañía detrás de los «robots reponedores» de Walmart) por la revista MIT Technology Review, afirma que «los trabajadores se convierten en defensores del robot de forma instantánea». «Cuando lanzamos el primer robot en una de nuestras tiendas, nuestros socios fueron los primeros en entender la estrategia. La tarea de escanear los estantes es aburrida y repetitiva, y yo todavía no conozco a nadie a quien le guste», aseguró Hitch. En cuanto a la reacción de los clientes, señala dos sentimientos: curiosidad e indiferencia. «Hay personas que nos preguntan qué hace el robot y por qué. Pero al menos el 50 por ciento de los clientes lo ignora por completo, como a cualquier otro dispositivo, algo que nos sorprendió». Realidad virtual, compras digitales y... fuera cajeros Además de los robots, la cadena de tiendas ha implantado un sistema de realidad virtual para enseñar a los nuevos empleados el funcionamiento de los establecimientos y la compañía se ha aliado con Google para potenciar la inteligencia artificial en el comercio online. De cara al futuro, Walmart no se quiere quedar por detrás de Amazon Go y su concepto de tienda inteligente, y ya trabaja en el Proyecto Kepler, su versión sin cajeros. De momento, la jugada no parece que le esté saliendo mal al gigante de la distribución en Estados Unidos, ya que sus acciones subieron a un máximo histórico en noviembre del año pasado.
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