Google necesitaba ponerse las pilas. La firma le vio las orejas al lobo tras la aparición de ChatGPT, y activó su particular código rojo en diciembre de 2022. La reacción, no obstante, ha sido mucho más templada de lo que cabría esperar.
La firma ha ido con pies de plomo en el lanzamiento de novedades en este ámbito. Google Bard, su competidor directo a ChatGPT y a Bing Chat con ChatGPT, por fin está disponible en 180 países —pero no en España ni la UE— tras haber sido anunciado a principios de febrero hace ya cuatro meses con algún que otro desliz.
Mientras, en Google I/O 2023 conocimos a PaLM 2, el competidor de Google para GPT-4. El impacto de este modelo de IA es aún una incógnita, pero se supone que aporta sus prestaciones tanto a Bard como a la nueva experiencia de búsqueda generativa de Google.
Esa fue la otra gran novedad de aquel evento. En Google plantearon al fin una singular revolución para su producto estrella, el buscador. Lo han llamado Search Generative Experience (SGE), y trata de conservar lo mejor del buscador de Google y combinarlo con esa prometedora tecnología de la IA generativa de texto.
La firma no puede arriesgar aquí: el daño reputacional sería tremendo si lo que presenta no está al nivel del buscador de toda la vida. Precisamente por eso el despliegue está siendo también muy cauteloso, y la empresa ha ido invitando a los interesados que iban solicitando acceso.
Nosotros hemos conseguido ya disfrutar de dicho acceso y hemos podido comprobar el funcionamiento de Google SGE durante unas pocas horas. Lo hemos hecho, como en el caso de Google Bard, gracias al uso de una VPN que permite simular que nos encontramos en EEUU, donde está restringido el uso de esa experiencia.
¿Con qué nos hemos encontrado? Eso es precisamente lo que hemos querido explicar en este texto que representa un primer acercamiento a lo que teóricamente puede ser el futuro buscador de Google. Vamos allá.
Avisos: privacidad "made in Google" y cuidado, que esto puede fallar
Lo primero que Google hace cuando activamos la nueva Search Generative Experience (SGE) es mostrar un aviso de privacidad. En él se destaca cómo al usar este buscador Google "recolecta datos de uso consistentes con nuestra Política de Privacidad".
En un párrafo en negrita Google advierte de que "por favor no se incluya información sensible (por ejemplo, confidencial) o personal que pueda usarse para identificarte a ti o a otros en tus interacciones con las características de SGE".
También se clara cómo esos datos que introducimos en SGE podrán acabar siendo "leídos, procesados o anotados por evaluadores humanos para ayudar con la calidad y mejora de nuestros productos".
Hay otro mensaje de advertencia importante, pero en este caso no relacionado con la privacidad, sino con la propia fiabilidad del nuevo motor de búsqueda. Como explican en Google:
"La IA Generativa es una tecnología experimental y sólo tiene fines informativos. La calidad, precisión y disponibilidad pueden variar. No confíe en las respuestas de la IA Generativa como consejo médico, legal, financiero u otro consejo profesional. Las respuestas no constituyen un tratamiento o diagnóstico médico".
Es importante esa apreciación de Google que la empresa por ejemplo no hace en su motor de búsqueda convencional aun cuando en él puede ocurrir lo mismo: los resultados de búsqueda del buscador tradicional no son ni mucho menos garantía de que podamos seguir consejos médicos legales o financieros como los que se muestran en esos enlaces.
Aquí Google prefiere prevenir, y ciertamente tiene sentido: la forma en la que funciona el buscador "conversacional" hace que esas respuestas parezcan redactadas por alguien muy seguro de sí mismo y muy convincente, así que el tono engaña.
Como sucede con ChatGPT o Bing Chat con ChatGPT, esta SGE se muestra confiado, pero no siempre dará datos precisos o incluso reales, y en temas sensibles —como recomendaciones médicas, legales, o financieras, por ejemplo— hay que tener muy claro que no debemos fiarnos al 100% de las respuestas dadas.
Buscando que es gerundio
Una vez aceptamos esos términos y activamos la casilla de SGE para habilitar esa opción, podemos comenzar a buscar con esa nueva experiencia del buscador de Google. Es importante destacar que el buscador con IA solo funciona si preguntamos en inglés: al preguntar en español solo muestra la interfaz tradicional con los resultados como lista de enlaces.
La interfaz del buscador cambia ligeramente. La página principal del buscador muestra casi los mismos elementos, pero nos invita en la parte baja a probar las búsquedas con resultados generados por IA. Al desplegar esa opción aparecen algunos ejemplos que podremos ir rotando con otros adicionales, pero si no queremos utilizar de momento esa opción, podremos introducir directamente cualquier búsqueda como siempre lo habíamos hecho.
A partir de ahí las cosas se ponen interesantes. Los primeros resultados de búsqueda que se presentan tienen el formato tradicional de Google: una lista de enlaces con una pequeña descripción y, según el caso, algunas búsquedas internas de ese sitio, como ocurre al buscar "Xataka". Hay unna diferencia importante con el buscador tradicional: los enlaces aparecen en negro, y no en azul, como hasta ahora ocurría.
Si pulsamos la opción "Generate" marcada con un fondo morado, podremos comenzar a ver cómo se comporta la experiencia de búsqueda generativa. El motor de búsqueda tardará unos instantes mientras muestra el mensaje "Generating" y una ligera animación, pero momentos después se mostrará la respuesta que el motor considera que buscamos en una sección superior que desplaza el resto de resultados —y toda la interfaz de búsqueda tradicional— hacia abajo.
En esa misma sección generada por IA aparecen diversos enlaces. A la derecha surgen las tarjetas con enlaces a diversas fuentes relacionadas con la búsqueda —en nuestro ejemplo aparecían Xataka Móvil, Xataka y la página de Xataka en Crunchbase, entre otras—, pero además el motor da pie a añadir una nueva pregunta relacionada con esa búsqueda ("Ask a follow up") o a consultar la información en otros enlaces de interés como Wikipedia.
Podremos además valorar la calidad de la respuesta con los iconos de pulgar hacia arriba o hacia abajo, e incluso dar preferencia a esas tarjetas para que se muestren de forma más prominente en lugar de la descripción generada por la IA con los llamados "Knowledge Panels", que ponen algo más de relieve a las fuentes reales del contenido con pequeñas miniaturas.
Más interesante no obstante es el nuevo botón que aparece debajo de la caja de introducción de la búsqueda. En ella se puede leer la palabra "Converse" ("Conversar"), y al pulsarla desaparecen los resultados tradicionales y la interfaz nos invita a charlar sobre el tema sobre el que habíamos preguntado... o sobre cualquier otro.
La información de Google no es del todo correcta, como se puede ver al comparar los datos que presenta con la tabla real que hemos podido obtener en Wikipedia.
Quisimos comprobar el comportamiento de SGE con alguna de las preguntas que le hicimos a Bard y a ChatGPT en nuestras pruebas de hace unas semanas. En concreto, quisimos que nos creara una lista con los 10 países que más títulos y segundos puestos han logrado en los Mundiales de fútbol. El resultado fue decente pero no del todo preciso, y aquí una vez más se demuestra que nos diga lo que nos digan estos motores de IA generativos, habrá que revisar la respuesta y dudar de ella.
También quisimos comprobar cómo de útil era por ejemplo a la hora de buscar el mejor móvil fotográfico de 2023. Aquí comienza a notarse esa vocación del buscador por plantear la compra del dispositivo: junto a la imagen del móvil y una breve descripción de su capacidad fotográfica se muestra información sobre dónde poder comprarlo y a qué precio. Curiosamente marca varios modelos como "buenos para jugar", y la información relevante al apartado fotográfico, que es el que buscábamos, es quizás algo escasa.
Si nos estuviéramos intentando decidir entre el Pixel 7 Pro y el iPhone 14 Pro Max, podemos plantearle a SGE que nos los compare, lo que genera un resultado también algo escaso y poco claro.
Se ofrecen las ya mencionadas tarjetas con posibles enlaces que nos ayuden a saber cuál es el más adecuado, pero aquí Google no consigue el objetivo de responder a la pregunta de cuál puede ser mejor para nosotros ni de orientarla demasiado.
Para ello, eso sí, aporta en la parte inferior preguntas adicionales "¿Es el Google Pixel mejor que Apple?", "¿Qué hace diferente el iPhone 14 pro Max?" que podemos usar para tratar de averiguar algo más.
Si pinchamos en cualquiera de las dos imágenes no hay información que nos ayude a entender mejor qué ofrece cada dispositivo. No al menos de primeras, porque aparece una especie de ventana pop-up en la búsqueda con una ficha del teléfono y, en primer lugar, las tiendas donde podemos encontrarlo y a qué precio. Vender es lo que parece primar aquí —suponemos que con comisión para Google—. No hay de momento resultados aparentemente promocionados,
En cualquier momento podremos pinchar en el botón "Reset" en la parte inferior de la interfaz para cambiar de tema, algo que hará que vayamos a una página inicial en la que se nos proponen alternativas de preguntas —todas en inglés— que nos ayudan a tomar contacto con este motor de búsqueda conversacional.
Aquí hay todo tipo de consultas posibles, pero en general nuesta impresión es que las respuestas generativas de Google, al menos por ahora, se quedan cortas. Al preguntar por ejemplo por las últimas noticias en inteligencia artificial, la respuesta generativa da titulares sin enlaces asociados, aunque luego muestre tarjetas con enlaces a algunos medios con resultados relacionados.
Aquí Bing Chat con ChatGPT tampoco se comporta mucho mejor, aunque lo parezca. Al pedirle las 10 principales noticias recientes sobre IA da una lista con titulares interesantes, como Google, pero sus citas y referencias son siempre la misma (en este caso, enlace a la sección de IA de The Guardian).
En ambos casos la búsqueda orgánica tradicional con resultados de búsqueda (SERP) resuelve mucho mejor, sobre todo si accedemos a Google Noticias o a Bing Noticias. Si quieres informarte, los buscadores conversacionales no aportan demasiado de momento.
Primeras impresiones: mucho margen de mejora
Tras estas primeras horas con Google y su nueva Experiencia de Búsqueda Generativa (SGE), lo cierto es que en la mayoría de los casos las respuestas que plantea el motor suelen ser demasiado escuetas. Eso sirve para ciertas preguntas y búsquedas, pero en la mayoría de nuestras pruebas ha sido insuficiente.
Son amarillas. Estaba claro.
De hecho el buscador tradicional suele comportarse mejor a la hora de lograr que ni siquiera tengas que salir de Google para encontrar la respuesta. La compañía de Mountain View lleva años trabajando en lograr contestar a tus preguntas con el primer resultado y extractos de contenidos de terceros.
El resultado de eso es un buscador casi mágico —y demasiado dominante— que entiende lo imposible, como saber que cuando buscamos "Aguanchu bi fri" sale el vídeo que queríamos de Queen. Aquí ese papel de "adivino" de Google no es ni mucho menos tan patente, y el motor generativo se ciñe más a la búsqueda sin intentar ir mucho más allá.
Plantea nuevas búsquedas para continuar la inicial, pero eso hace que en cierto modo se nos obligue a conversar cuando lo que queremos es, simplemente, encontrar la respuesta a nuestra pregunta, no estar charlando una y otra vez hasta dar con lo que queríamos. Es preferible recorrer la lista de enlaces de la página de resultados tradicional y visitarla para averiguar la respuesta.
¿Será suficiente la respuesta generativa en algún momento? Ese debería ser el objetivo de Google: evitar que tengamos que recorrer la lista de enlaces tradicional. Lo ha logrado en muchos casos con el buscador tradicional, pero la búsqueda generativa, aunque prometedora, tiene mucho margen de mejora.
Hay aquí una situación contradictoria: Google afirma seguir queriendo llevar tráfico a los creadores de contenido, pero en las respuestas generativas no hay apenas forma de que esa interacción se produzca. Están las tarjetas (Snippets) y esos "Knowledge Panels", sí, pero no hay citas o referencias al texto generado (algo que sí nos gusta que haga Bing Chat).
Eso plantea un problema: ¿de dónde ha sacado Google esa información? No queda claro, y eso es peligroso. Cuando en el buscador tradicional Google da respuesta a nuestra pregunta con un extracto de un contenido de terceros, el enlace a ese contenido aparece justo debajo, lo que nos permite visitar esa URL para ampliar la información si lo deseamos. Aquí el origen y la fuente del texto generado por la IA queda oculto, y uno simplemente puede suponer que es una respuesta adecuada construida a partir de uno o varios sitios web en los que había información (teóricamente) fidedigna.
¿Es esta la revolución que esperábamos? De momento, desde luego, no. En mi caso, la SGE de Google resulta curiosa como experimento, pero me resulta mucho más natural buscar como siempre en Google. Si quiero conversar, las interfaces de ChatGPT (o de Bing Chat) me parecen mucho más llamativas por ahora a la hora de dar respuesta a mis preguntas de formas distintas a como lo hacía Google.
Esto, por supuesto, es solo el principio. Habrá que dar tiempo al tiempo.
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