Google podría paralizar el mercado de los robots personales con última patente

Google es una empresa que siempre se ha caracterizado por desarrollar e investigar tecnología que aún esta por llegar, algo que seguramente todos agradecemos pero que, en ocasiones, conlleva que sea la propia Google y su enorme poder de influencia la que tenga que “zancadillear” a empresas rivales para evitar que sus desarrollos lleguen antes el mercado. Este es precisamente, bajo mi punto de vista, lo que acaba de pasar con la aceptación de la última patente sobre personalidad en los robots que acaba de conseguir el gigante de internet.

Entrando un poco más en detalle, lo que en Google pretenden es, a base de explorar todos los datos que tienen de cualquier persona, conseguir que cualquier robot conectado a sus servicios sea capaz de cambiar de personalidad. En estos datos entraría todo tipo de perfiles de redes sociales, eventos en el calendario o cualquier circunstancia, es decir, imaginemos que ante un día lluvioso tu forma de reaccionar es escribir algo negativo en tus redes sociales, esto sería fuente suficiente para que el robot en cuestión intente interferir en tu estado de ánimo ejerciendo refuerzo positivo para el usuario.

Lejos de entrar a valorar si Google podría o no conseguir toda esta cantidad de datos y si esto es legal, lo que si me llama especialmente la atención, algo que habíamos hablado en el primer párrafo, es como esta patente consigue paralizar todos los desarrollos y avances que la competencia esté haciendo en este campo si no quieren tener que enfrentarse a duras denuncias y juicios contra el todopoderoso Google debido simple y llanamente a que Google ha sido más rápida a la hora de patentar una tecnología y su forma de proceder mucho antes que cualquier otra empresa.

Del lado de los usuarios que finalmente seremos los que “disfrutaremos” de esta tecnología queda un mundo de desarrollo literalmente paralizado, es decir, una de las cosas que hacen grandes a estas empresas es precisamente la competencia, un ejemplo lo tenemos en los sistemas operativos Android e iOS donde si uno de los dos no hubiesen existido el otro no habría sentido la necesidad de evolucionar a un ritmo tan grande debido a “falta de competencia“, esto mismo ocurrirá con este software ya que la falta de competencia, al menos desde mi punto de vista, se ha conseguido a base de temor ante posibles actuaciones legales.

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