Cuando OpenAI lanzó GPT-4 en marzo de 2023, la compañía liderada por Sam Altman nos invitó a pagar por ChatGPT Plus para utilizar este nuevo modelo. Los usuarios que permanecían en la versión gratuita del chatbot debían conformarse con el prodigioso (pero menos avanzado) GPT-3.5. Sin embargo, existía una alternativa para utilizar lo último de OpenAI sin pasar por caja. El corazón de Bing Chat (más tarde denominado Microsoft Copilot) funcionaba con GPT-4.
El tiempo pasó, la compañía de inteligencia artificial (IA) lanzó nuevos modelos y tanto GPT-4o como GPT-4o mini aterrizaron en la versión gratuita de ChatGPT con ciertas limitaciones. También llegó un modo de voz a la aplicación oficial. El modo de voz avanzado así como el modelo de vanguardia o1, por su parte, se convirtieron en elementos exclusivos de los clientes de pago de ChatGPT. Ahora bien, la historia se repite una vez más de la mano de Microsoft.
Lo último de OpenAI aterriza en Copilot (otra vez)
La compañía de Redmond anunció esta semana una renovación de Copilot. ¿Su misión? Convertirlo en un potente asistente digital integrado en Windows 11, pero también en una herramienta muy capaz para aquellos usuarios que la utilizan a través de la aplicación móvil. Las novedades llaman la atención por su similitud con las propuestas de OpenAI, de hecho, se ha confirmado que están basadas en los modelos más vanguardistas de la firma liderada por Altman.
Microsoft no ha dado detalles sobre qué modelos específicamente impulsan las funcionalidades del nuevo Copilot, pero la compañía ha dicho en declaraciones a TechCrunch que se han encargado de ajustar “los últimos modelos de OpenAI”. Esto parece indicar que se trata tanto de GPT-4o como o1. Una vez más, los de Redmond ofrecen lo más reciente de OpenAI en sus propios productos, algo que pueden hacer porque, como veremos a continuación su multimillonario acuerdo se los permite.
Entre las nuevas funcionalidades de Copilot encontramos a Copilot Voice. Se trata de una propuesta que, al igual que el modelo de voz avanzado de OpenAI, nos permite hablar de manera natural. Tan natural que podremos interrumpirle, será capaz de capturar nuestro tono de voz durante las conversaciones y responder en consecuencia. Asimismo, llega con cuatro opciones de voz (de momento en inglés) que los usuarios donde está disponible podrán elegir.
Un punto importante es que Copilot Voice ha comenzado su despliegue en Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Reino Unido y Estados Unidos (tendremos que esperar para saber cuándo llegará a España) de manera gratuita. La compañía de Redmond también está desplegando Copilot Vision, un sistema que promete ver lo que los usuarios ven en tiempo real, por ejemplo, la pantalla del ordenador, para hacerle preguntas sobre el contenido.
El despliegue también incluye algo llamado Think Deeper, una opción diseñada para “razonar” y ofrecer respuestas más relevantes a preguntas complejas. El sistema se tomará algo de tiempo para responder y estará limitado a los usuarios de Copilot Pro. ¿Te resulta familiar esto? ¿Quizá a o1 de OpenAI? Como decimos, no sabemos exactamente en qué modelo de OpenAI está basada esta funcionalidad experimental, pero todo parece indicar que en o1.
Como podemos ver, Microsoft Copilot se presenta como un competidor de ChatGPT y sus últimas funcionalidades. Aquellos usuarios que desean acceder a modelos avanzados, utilizar funciones de visión, conversar en lenguaje natural con un asistente al más puro estilo ‘Her’ o recibir respuestas “masticadas”, salvando las diferencias, pueden optar por una o por la otra diferencia. Y esto puede traducirse en menos usuarios y suscriptores directos para OpenAI.
La situación en el ámbito empresarial es mucho más compleja. Mientras que los rumores sugieren que OpenAI está buscando de una mayor financiación para seguir manteniéndose a la vanguardia de esta industria, y evalúa dejar completamente atrás su misión altruista, Microsoft tiene un músculo financiero capaz de invertir en otras compañías de IA como Mistral AI, absorber gran parte del talento de Inflection AI, incluido su cofundador, Mustafa Suleyman.
El fichaje de Suleyman no pasó desapercibido en el sector. Suleyman se convirtió en el CEO de Microsoft AI, una nueva división de la firma de Redmond dedicada exclusivamente a la IA. Poco después de materializado este movimiento, surgieron rumores de que los de Nadella estaban trabajando en un modelo de lenguaje grande equivalente a GPT-4 llamado MAI-1. Microsoft parece tener algo en claro: no está dispuesta a poner todos los huevos en la misma cesta.
Microsoft parece estar exprimiendo al máximo su acuerdo con OpenAI al tiempo que apuesta por proyectos paralelos, todo con el objetivo de consolidar su posición como uno de los líderes de la industria de la IA. OpenAI, por su parte, depende más que nunca de Microsoft. Parte de esta dependencia se materializó con aquella inversión inicial de 1.000 millones de dólares que los creadores de Windows hicieron en la firma en la que nació ChatGPT.
Altman, sediento de dinero fresco para impulsar sus desarrollos, aceptó asociarse con Microsoft en un acuerdo que estableció a Azure como el “proveedor exclusivo de nube” de la compañía, es decir, la compañía que pone los supercomputadores sobre los que se entrenan y ejecutan sus modelos. Al mismo tiempo, Microsoft se convirtió en su “socio preferido” para comercializar sus productos de IA, algo que hemos estado viendo todo este tiempo.
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