Enseñando a programar a los más pequeños de la casa con sticker

Poco a poco vamos viendo como una gran solución, al igual que aprender varios idiomas, sería enseñar programación a nuestros pequeños desde su más tierna infancia. El problema viene en que, al no saber escribir no podemos ponerlos a “picar código” como si no hubiese un mañana, debido a esto hay varios laboratorios, como en esta ocasión el MIT, donde se busca una solución muy sencilla para que los pequeños puedan iniciarse en este complejo mundo.

Lo mejor de este sistema para aprender a programar es que no solo serviría para introducir a los niños determinados principios de la programación, sino que también podría servir como herramienta de investigación para ayudar a determinar qué conceptos computacionales pueden captar los niños a determinadas edades. Según Michal Gordon, un post-doctorado en arte y ciencias de los medios y autor principal del estudio: “No queríamos poner esto en el mundo digital, sino más bien en el mundo tangible. Es una caja de arena para explorar conceptos computacionales, pero es una caja de arena que trata el mundo de los niños“.

Como puedes ver en la cabecera de esta misma entrada, en su estudio, los investigadores del MIT usaron un Dragonbot, un robot interactivo desarrollado por Media Lab. Este robot está dotado de sensores de audio y visuales, sintetizador de voz así como una serie de gestos expresivos y una pantalla de vídeo donde conseguir que el muñeco cambie su rostro ante determinados estímulos. Según Edith Ackermann: “Esto es lo que hacen que los niños aprendan de una forma mucho más adecuada. Así que teniendo esta expresión de principios computacionales para el mundo social es muy apropiado”.

Según los primeros avances en el estudio, se están utilizando pegatinas de diversas formas, para representar relaciones entre distintos estímulos y respuestas. Gracias a ellas los niños pueden crear “plantillas“ mediante la colocación de triángulos, círculos y flechas, posteriormente se utilizan stickers con diferentes opciones como pulgares hacia arriba o abajo e incluso pegatinas en blanco en el que los niños más mayores pueden escribir sus propias señales y respuestas verbales. Una vez toda la plantilla está rellena, es Dragonbot el encargado de decidir y expresar si hay algún posible fallo.

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